ISRAEL La estrategia energética apunta al gas natural

by Andrea Magistrelli

El futuro energético del país se articula entre la dependencia de los proveedores y la tentativa de diversificación de los recursos. De la necesidad de optimizar la producción de energía para respaldar el desarrollo económico, el gas natural está ganando un papel de relieve, así como los estados que pueden suministrarlo. Los parámetros disponibles para la valoración de las tendencias en los flujos de abastecimiento energético se refieren a las variaciones que los datos consolidados del 2005 y aquellos relativos al primer semestre del 2006 pueden plantear.

Parámetros y desarrollos

Como es habitual esperarse de una economía en crecimiento, los datos oficiales indican un general aumento del consumo y de la oferta de energía en el país. Frente a una producción que ha crecido un 1,3% en 2005 y de un consumo que ha aumentado en un 0,85%, se hallan variaciones más significativas en los parámetros sobre el abastecimiento y el empleo de los diferentes productos energéticos, aspectos por los que es posible delinear las futuras tendencias.

Después de una leve descenso del ritmo de crecimiento en el bienio 2001-2002, en Israel el pasado trienio ha sido caracterizado por una fuerte reactivación, que ha situado el crecimiento del Producto Interior Bruto en 2005 alrededor del 5%. Desde el punto de vista energético, la relación entre la oferta total primaria de energía y el PIB ha registrado - a partir del 2003 - una continua disminución. Este indicador se refiere al nivel de eficiencia energética en relación al PIB: la disminución de su valor señala como en Israel el uso eficiente de la energía esté aumentando en línea con el crecimiento de la economía nacional.

Tanto desde el punto de vista de la producción, como del consumo, las dos macro categorías en que se divide el prospecto energético del país conciernen por un lado a la electricidad, por el otro al crudo con sus derivados. Los datos relativos a este último indican un aumento del 12,5%, en toneladas equivalentes de petróleo (TEP), del import de crudo y productos correlatos, en concomitancia con un aumento del 10,7% del volumen de materia prima refinada en Israel. También con respecto al 2005, el consumo de gasolina ha hecho registrar un incremento del 1,37%, el empleo de nafta con finalidades industriales ha aumentado del 3,51% mientras el empleo de gas de petróleo licuado ha crecido en un 6,1%. Frente a estos incrementos, el consumo de todos los demás derivados del petróleo - como el aceite de gasolina y gasóleo y el queroseno - ha ido reduciéndose en conjunto de un 2%.

En lo que concierne a las importaciones, a pesar de que el país sea casi completamente dependiente del exterior, el volumen de los productos petrolíferos adquiridos, excluido el montante de los alimentadores para la refinería, ha bajado en 2005 en un 12,5% TEP. En particular, ha sido la decadencia de las importaciones de productos residuales del petróleo lo que ha determinado este valor, que debe ser interpretado como un intento de diferenciar las fuentes para la producción de energía eléctrica. Si en efecto los productos tradicionales han aumentado su presencia en Israel (diesel +15,5%, gasolina +20,8%, gas de petróleo licuado +102,8% TEP) el nivel de consumo final de petróleo y derivados ha sufrido una descenso con respecto a los períodos anteriores.

Las variaciones en el campo de los combustibles fósiles están necesariamente vinculados a los desarrollos en acto en el ámbito de la producción de energía eléctrica. La cantidad de electricidad erogada ha aumentado del 2,8% TEP, pero los cambios más consistentes se han hallado en la elección de las materias primas con las que producir esta energía. De hecho el gas natural está ganando un papel de primer plano en el panorama de las fuentes energéticas, tanto que ha aumentado su cuota de empleo para la producción de energía eléctrica hasta un 11,2% de toda la electricidad erogada el año pasado. Es de subrayar el hecho de que el gas natural ha aparecido como input para la producción eléctrica exclusivamente a partir del 2004. Hasta finales de 2005, sólo la central Eshkol de Ashdod suminstraba electricidad para el empleo de gas natural, mientras que - aunque con algunos retrasos - se piensa en convertir para este uso a otra estructura cerca de Tel Aviv. En concomitancia con la tendencia actual, el empleo de aceites residuales ha disminuido en un 23,2% TEP, mientras que el empleo de gas de petróleo ha crecido del 6,3%. El primer semestre del 2006 ha plenamente confirmado con datos y tendencias previstas el impulso al aumento del empleo del gas natural.

Uno de los límites estructurales del abastecimiento energético en Israel está constituido por la imprescindible presencia de restricciones políticas a la explotación de las vías de tránsito de la energía. Aunque sin entrar en el mérito de las elecciones estratégicas de la leadership israelí en pasado, hace falta constatar que la actual fase de desarrollo energético ha implicado un cambio fundamental en la elección de las rutas a través de las que hacer llegar los recursos. En pasado, Israel se ha abastecido de petróleo de estados como Angola, Colombia, México, Egipto y Noruega, protegiéndose continuamente de no importar de manera directa el recurso de estados con los que no tenía relaciones diplomáticas. En los últimos años Rusia y en particular la región del Mar Caspio se han convertido en el área de mayor hallazgo, tanto que actualmente cerca del 90% del petróleo importado proviene de los campos asiáticos.

Entre los proveedores del pasado, ha jugado un papel importante Egipto, que ha visto disminuir enormemente en el tiempo sus exportaciones de crudo hacia Israel: sólo hace diez años en efecto estas representaban a un tercio de las necesidades globales israelíes. En línea con la actual tendencia de mayor valorización del gas natural, los dos países han refrendado en el julio de 2005 un acuerdo para la constitución de una joint-venture, el Eastern Mediterranean Gas, entre cuyos objetivos destaca la construcción de un gasoducto de enlace que debería ser completado dentro del fin del 2007. El objetivo de la empresa es suministrar a Israel una cantidad de gas capaz de cubrir el 60% de las necesidades para la producción de energía eléctrica.

Si en el escenario mediterráneo se perfilan las condiciones para un futuro desarrollo de las relaciones en tema de energía, sin embargo los actuales proveedores de petróleo del área del Caspio quieren consolidar su papel de preeminencia. Rusia, Kazajstán, Georgia y Ucrania miran desde hace tiempo al corredor mediterráneo que de Turquía podría alcanzar las costas israelíes. Durante el 2005 ya han habido contactos entre el gobierno israelí y Rusia a través del gigante energético Gazprom. El plan principal prevé un recorrido submarino, ramificación del gasoducto ya construida por Gazprom en Turquía y subutilizada (el así llamado blue stream) capaz de proporcionar el recurso a Israel antes del 2010. Al proyecto se ha interesado recientemente también Turquía, con una propuesta de amplio alcance, relativa a la construcción de cuatro canales de transporte capaces de hacer llegar agua, electricidad, petróleo y gas natural a Israel, que sería abastecido no sólo para sus necesidades, sino que se volvería también escala para la distribución de estos recursos en los mercados orientales. El proyecto, que prevé la participación de muchos estados y está siendo analizado por el Banco europeo de las Inversiones, no pone todavía plazos definidos, mientras que la voluntad de los actores rusos parece-omitiendo las implicaciones políticas - más orientada hacia resultados inmediatos.

Israel sabe desde hace tiempo que no puede permitirse vincular su dependencia energética a un único sujeto, tanto por claras motivaciones de naturaleza política, como por cuestiones estructurales: una sola fuente de abastecimiento en efecto, en caso de avería, de hecho paralizaría al país. En la actualidad no parece que puedan desarrollarse recorridos alternativos al egipcio y al ruso; la perspectiva de acceder al petróleo iraquí todavía es demasiado incierta, aunque el oleoducto desusado que corre de Mosul a Haifa podría servir bien para el objetivo. Otro problema es que esta eventualidad implicaría el logro de acuerdos con Siria, en cuyo territorio corre la línea del oleoducto. Otra posible solución podría ser el incremento de las relaciones con el British Gas para la explotación de los yacimientos administrados por esta cerca de Gaza, que integrarían así el suministro egipcio de gas natural. También en este caso, las dificultades en el logro de un acuerdo debido a motivaciones tanto comerciales como políticas parecen bloquear la situación, alejando la posibilidad de conseguir la planteada diversificación de las fuentes de abastecimiento.

Si por lo tanto el gas natural se prepara para convertirse en el recurso principalmente utilizado por la producción de energía eléctrica, Israel no descuida la posibilidad de explotar fuentes diferentes y sostenibles, sobre todo en vistas de unas necesidades que dentro de diez años-con las actuales tasas de crecimiento – se prevén duplicadas. Además de apuntar hacia una mayor eficiencia energética en las instalaciones ya existentes, a través del método de cogeneración de energía y calor, se está llevando a cabo un proyecto de conversión de muchos vertederos para poder producir biogás. Asimismo en lo que concierne a las energías alternativas, la falta de recursos propios lleva el país a desarrollar en particular la energía del sol; se está de hecho estudiando un proyecto para una central que explote la exposición solar del desierto del Negev, aunque el coste actualmente muy competitivo del gas natural aparta el interés de la tecnología de las celdas fotovoltaicas, todavía demasiado caras para un uso a gran escala.

Paralelamente a los proyectos de nuevas centrales, empeño hacia una mayor sostenibilidad del consumo energético también se mueve en ámbito legislativo. Las viviendas privadas de nueva construcción tienen que ser equipadas con sistemas solares de calefacción del agua, mientras, desde el punto de vista gubernamental, un tipo de autoreglamentación impone umbrales específicos para la producción de energía de fuentes renovables, que en el 2016 tendrán que constituir el 5% de todo el output erogado. En general la voluntad de la leadership israelí es reducir el consumo per cápita de combustible fósil, no por una necesidad urgente, sino para ser ejemplo de eficiencia energética a presentar a la escena internacional. Los primeros pasos en esta dirección, según el modelo europeo, prevén el incentivo para medios de transporte menos contaminantes y la integración de los combustibles derivados del etanol.

Aunque no sea un mercado energético de dimensiones relevantes, el caso de Israel resulta particularmente interesante como ejemplo de cómo los cambios en las necesidades energéticas pueden determinar cambios en los equilibrios estratégicos. El abastecimiento de gas natural parece poder ser en futuro un factor determinante en la definición de los equilibrios regionales, vinculándose necesariamente a elecciones y a evaluaciones de naturaleza puramente política.

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