Hoy, cuando paguemos el aumento en el recibo de la luz para el inminente nuevo año, debido a los perjuicios que la moratoria nuclear ha provocado, no debemos olvidar a quien debemos agradecer el favor.
Los “progres” en los años 80 paralizaron en España el desarrollo de la energía nuclear, emulando un movimiento que abanderó el rojo-ecologismo radical en Europa. Hoy la propia Comisión Europea subraya las ventajas de esta energía para frenar el calentamiento global y la dependencia exterior. La Comisión describe las ventajas de esta fuente energética, no generadora de gases de efecto invernadero, y cuantifica los efectos en un panorama de progresivo cierre de centrales nucleares en varios países de la UE. "Actualmente, la energía nuclear contribuye aproximadamente en una tercera parte a la producción de electricidad de la UE y si bien es preciso prestar una especial atención a las cuestiones de los residuos nucleares y la seguridad, esta opción representa actualmente la mayor fuente de energía, prácticamente libre de emisiones de carbono en Europa". Recordemos que la recientemente fallecida Loyola de Palacio fue en España la política que más prontamente apuntó nuestro error sobre esta cuestión.
La Comisión alerta de que el previsto cierre de centrales nucleares, sobre todo en Alemania, impedirá alcanzar uno de sus objetivos de su plan energético, que persigue reducir las emisiones de CO2 en un 35% para 2035. Otro de los objetivos es lograr que el peso de las energías renovables (hidráulica, eólica, solar, biomasa) represente el 20% para 2020. El Parlamento reconoció igualmente el papel que la energía nuclear puede jugar en el futuro, pero dejó a los Estados miembros decidir sobre el futuro de esta fuente de energía.
Hoy, cuando paguemos el aumento en el recibo de la luz para el inminente nuevo año, debido a los perjuicios que la moratoria nuclear ha provocado, no debemos olvidar a quien debemos agradecer el favor. Por un lado esos ecologistas tronados muy acostumbrados a convertir prejuicios y verdades a medias en teoremas científicos. Pero sobre todo una izquierda cerril, encantada de debilitar a Occidente en plena guerra fría con la consigna del “Nuclear, No gracias”, y a la que la autentica protección de naturaleza o el progreso de su patria poco importaba con tal de lograr sus objetivos seudo revolucionarios.
Nos gustaría ver como aquellos que entonces se equivocaron reconocen hoy su error. Lo dudamos.
minutodigital.com
Los “progres” en los años 80 paralizaron en España el desarrollo de la energía nuclear, emulando un movimiento que abanderó el rojo-ecologismo radical en Europa. Hoy la propia Comisión Europea subraya las ventajas de esta energía para frenar el calentamiento global y la dependencia exterior. La Comisión describe las ventajas de esta fuente energética, no generadora de gases de efecto invernadero, y cuantifica los efectos en un panorama de progresivo cierre de centrales nucleares en varios países de la UE. "Actualmente, la energía nuclear contribuye aproximadamente en una tercera parte a la producción de electricidad de la UE y si bien es preciso prestar una especial atención a las cuestiones de los residuos nucleares y la seguridad, esta opción representa actualmente la mayor fuente de energía, prácticamente libre de emisiones de carbono en Europa". Recordemos que la recientemente fallecida Loyola de Palacio fue en España la política que más prontamente apuntó nuestro error sobre esta cuestión.
La Comisión alerta de que el previsto cierre de centrales nucleares, sobre todo en Alemania, impedirá alcanzar uno de sus objetivos de su plan energético, que persigue reducir las emisiones de CO2 en un 35% para 2035. Otro de los objetivos es lograr que el peso de las energías renovables (hidráulica, eólica, solar, biomasa) represente el 20% para 2020. El Parlamento reconoció igualmente el papel que la energía nuclear puede jugar en el futuro, pero dejó a los Estados miembros decidir sobre el futuro de esta fuente de energía.
Hoy, cuando paguemos el aumento en el recibo de la luz para el inminente nuevo año, debido a los perjuicios que la moratoria nuclear ha provocado, no debemos olvidar a quien debemos agradecer el favor. Por un lado esos ecologistas tronados muy acostumbrados a convertir prejuicios y verdades a medias en teoremas científicos. Pero sobre todo una izquierda cerril, encantada de debilitar a Occidente en plena guerra fría con la consigna del “Nuclear, No gracias”, y a la que la autentica protección de naturaleza o el progreso de su patria poco importaba con tal de lograr sus objetivos seudo revolucionarios.
Nos gustaría ver como aquellos que entonces se equivocaron reconocen hoy su error. Lo dudamos.
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