La explosión de un oleoducto en Nigeria que ha causado por lo menos 265 muertos, no ha variado el precio del petróleo ni el precio de las acciones de las petroleras extranjeras que operan en ese país. Ese oleoducto suministraba petróleo para el consumo doméstico y no se utilizaba para las exportaciones. Pero aunque la explosión parece obra de ladrones y no de terroristas, es un aviso sobre el riesgo de hacer negocios en Nigeria. Esto es un problema, ya que las petroleras extranjeras apuestan cada vez más fuerte por este país para engordar su cifra de negocios.
El terrorismo es otro problema. Este año, el mayor exportador de petróleo del país, Shell, ha perdido cerca del 40% de su producción debido a ataques de rebeldes.
A pesar de estos problemas, las petroleras extranjeras apuestan seriamente por el futuro de Nigeria. Exxon Mobil, el segundo productor de crudo de Nigeria, está invirtiendo 11.000 millones de dólares en el sector petrolero del país. Total, Shell y Eni están invirtiendo miles de millones para expandir la industria de gas natural licuado del país, que cubrirá los déficit de las oscilaciones de la producción de gas en Estados Unidos y Gran Bretaña.
El Gobierno nigeriano ofrece generosos incentivos financieros a las petroleras extranjeras para alcanzar su objetivo de doblar la producción de petróleo del país durante los tres próximos años. Los que se oponen a estas medias del Gobierno son menos hospitalarios.
Este mes, Shell evacuó a las familias de los trabajadores extranjeros después de que colocaran un coche bomba en las inmediaciones de uno de sus complejos.
La tragedia de Lagos subraya el peligro de hacer negocios en un país donde la gente es tan pobre que está dispuesta a correr enormes riesgos para ganar algo de dinero. Pero si la inestabilidad política y social empeoran todavía más, las petroleras extranjeras podrían pensar que los costes de invertir en Nigeria no justifican sus beneficios.
negocios.com
El terrorismo es otro problema. Este año, el mayor exportador de petróleo del país, Shell, ha perdido cerca del 40% de su producción debido a ataques de rebeldes.
A pesar de estos problemas, las petroleras extranjeras apuestan seriamente por el futuro de Nigeria. Exxon Mobil, el segundo productor de crudo de Nigeria, está invirtiendo 11.000 millones de dólares en el sector petrolero del país. Total, Shell y Eni están invirtiendo miles de millones para expandir la industria de gas natural licuado del país, que cubrirá los déficit de las oscilaciones de la producción de gas en Estados Unidos y Gran Bretaña.
El Gobierno nigeriano ofrece generosos incentivos financieros a las petroleras extranjeras para alcanzar su objetivo de doblar la producción de petróleo del país durante los tres próximos años. Los que se oponen a estas medias del Gobierno son menos hospitalarios.
Este mes, Shell evacuó a las familias de los trabajadores extranjeros después de que colocaran un coche bomba en las inmediaciones de uno de sus complejos.
La tragedia de Lagos subraya el peligro de hacer negocios en un país donde la gente es tan pobre que está dispuesta a correr enormes riesgos para ganar algo de dinero. Pero si la inestabilidad política y social empeoran todavía más, las petroleras extranjeras podrían pensar que los costes de invertir en Nigeria no justifican sus beneficios.
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