El futuro de la regasificadora de El Musel (Gijón) se aclarará el próximo viernes. Si las previsiones se cumplen, el Consejo de Ministros tendrá que decidir sobre la revisión del marco retributivo de las inversiones en infraestructuras energéticas, entre las que se encuentra la planta de gas asturiana. Enagás, empresa adjudicataria de este proyecto, advirtió de que la instalación corre peligro si se recortan las ayudas.
La Comisión Nacional de la Energía (CNE) se convirtió en un aliado de las empresas energéticas. En su último consejo, celebrado el pasado jueves y que se prolongó hasta la madrugada, se revisó el marco retributivo de inversiones en infraestructuras de gas. Industria garantiza a Enagás, que es el gran perjudicado con esta revisión, una tasa de rentabilidad (TIR) del 7 por ciento, frente al 10 que obtenía actualmente.
La propuesta del Ministerio de Industria en el plan de almacenamientos fue rechazada por unanimidad, mientras que la referente a las plantas de regasificación como la de Gijón contó con el voto en contra de cinco de los miembros del consejo, los cuatro afines al PP además de Luis Albentosa, nombrado a propuesta del PSOE.
El gran obstáculo fue la negativa de la CNE a que esta retribución se calcule de acuerdo a valores brutos, en lugar de como se hace actualmente sobre los netos, antes de amortizaciones.
La CNE remitirá un informe sobre sus conclusiones al Ministerio de Industria, aunque será éste el que decida si se modifica o no su propuesta antes de que el nuevo marco normativo sea aprobado en el último Consejo de Ministros del año.
Todos los agentes gasistas, salvo Reganosa, que explota la planta de Ferrol, mostraron su preocupación por la propuesta de Industria. Si se mantienen los baremos retributivos previstos en el borrador del Ministerio es previsible que se paralicen las inversiones previstas por todos los agentes gasistas.
Una de las principales actuaciones previstas es la planta regasificadora de Gijón. Fuentes del sector gasista aseguraron que «los números ya no salen» con la propuesta de retribución de Industria. El argumento más invocado en medios del sector energético español es que «no se va acometer inversión alguna con la que se pierda dinero». El argumento de las empresas transportistas y regasificadoras es que el nuevo marco retributivo no garantiza una rentabilidad mínima para sus accionistas.
La presencia de Cajastur en el accionariado de Enagás, donde controla un 5 por ciento del capital, no fue ajena al interés que mostró por lograr la adjudicación de la planta gijonesa.
No sólo estaría en peligro la regasificadora de El Musel, también otras dos obras claves para garantizar el suministro de gas natural a Asturias: los gasoductos Gijón-Llanera y Llanera-Treto (Cantabria), ambos pendientes de adjudicar.
Los operadores gasistas españoles han advertido al Ministerio de Industria de la pérdida de credibilidad de cara a los inversores si se modifica el marco regulatorio energético, debido a la inseguridad y falta de estabilidad jurídica que se genera. El sector ya se plantea acudir a los tribunales si se recortan las ayudas, al afectar a las inversiones realizadas previamente con efectos retroactivos.
El nuevo marco normativo establece que para 2007 se garantiza la rentabilidad del 7 por ciento para el gestor técnico del sistema gasista, fijado en función de la ratio Weighted Average Cost of Capital (WACC), que es la más utilizada internacionalmente.
lne.es
La Comisión Nacional de la Energía (CNE) se convirtió en un aliado de las empresas energéticas. En su último consejo, celebrado el pasado jueves y que se prolongó hasta la madrugada, se revisó el marco retributivo de inversiones en infraestructuras de gas. Industria garantiza a Enagás, que es el gran perjudicado con esta revisión, una tasa de rentabilidad (TIR) del 7 por ciento, frente al 10 que obtenía actualmente.
La propuesta del Ministerio de Industria en el plan de almacenamientos fue rechazada por unanimidad, mientras que la referente a las plantas de regasificación como la de Gijón contó con el voto en contra de cinco de los miembros del consejo, los cuatro afines al PP además de Luis Albentosa, nombrado a propuesta del PSOE.
El gran obstáculo fue la negativa de la CNE a que esta retribución se calcule de acuerdo a valores brutos, en lugar de como se hace actualmente sobre los netos, antes de amortizaciones.
La CNE remitirá un informe sobre sus conclusiones al Ministerio de Industria, aunque será éste el que decida si se modifica o no su propuesta antes de que el nuevo marco normativo sea aprobado en el último Consejo de Ministros del año.
Todos los agentes gasistas, salvo Reganosa, que explota la planta de Ferrol, mostraron su preocupación por la propuesta de Industria. Si se mantienen los baremos retributivos previstos en el borrador del Ministerio es previsible que se paralicen las inversiones previstas por todos los agentes gasistas.
Una de las principales actuaciones previstas es la planta regasificadora de Gijón. Fuentes del sector gasista aseguraron que «los números ya no salen» con la propuesta de retribución de Industria. El argumento más invocado en medios del sector energético español es que «no se va acometer inversión alguna con la que se pierda dinero». El argumento de las empresas transportistas y regasificadoras es que el nuevo marco retributivo no garantiza una rentabilidad mínima para sus accionistas.
La presencia de Cajastur en el accionariado de Enagás, donde controla un 5 por ciento del capital, no fue ajena al interés que mostró por lograr la adjudicación de la planta gijonesa.
No sólo estaría en peligro la regasificadora de El Musel, también otras dos obras claves para garantizar el suministro de gas natural a Asturias: los gasoductos Gijón-Llanera y Llanera-Treto (Cantabria), ambos pendientes de adjudicar.
Los operadores gasistas españoles han advertido al Ministerio de Industria de la pérdida de credibilidad de cara a los inversores si se modifica el marco regulatorio energético, debido a la inseguridad y falta de estabilidad jurídica que se genera. El sector ya se plantea acudir a los tribunales si se recortan las ayudas, al afectar a las inversiones realizadas previamente con efectos retroactivos.
El nuevo marco normativo establece que para 2007 se garantiza la rentabilidad del 7 por ciento para el gestor técnico del sistema gasista, fijado en función de la ratio Weighted Average Cost of Capital (WACC), que es la más utilizada internacionalmente.
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