by José Mario Bonacci
El pasado 13 de diciembre se exhaltó una vez más el orgullo argentino por su petróleo y se rindió homenaje al creador de YPF, Gral. Mosconi. No obstante, vale seguir recordando hoy que la voracidad del capitalismo internacional siempre apuntó a nuestra riqueza. Y que fue justa y certera la acción de Mosconi, cuando en los inicios de la empresa YPF, la competencia representada por Esso y Shell aumentó el costo del litro de la nafta fijado hasta ese momento. Nuestro prohombre contestó con rebaja sobre igual índice e infligió derrota a las pretenciones foráneas. Después llegó la demencial cesión de nuestro petróleo al extranjero y la sigla de YPF quedó para distraer al país ante semejante desprendimiento. Es sabido que no somos quienes proyectamos el desenvolvimiento, uso y destino de nuestro petróleo.
En un planeta bajo la voracidad imperial, las reservas disminuyen a velocidad constante y en algunas décadas habrá terribles problemas por agotamiento del petróleo y del agua en nuestra casa grande que es la Tierra, entre otras acuciantes falencias. El espíritu del país si no muerto, al menos está aletargado, arrastrado en el frenesí de un consumismo irresponsable, en la pobreza y defensa de la cultura identificatoria, y otras lacras alimentadas por increíbles desaciertos en lo que debe ser la base sustentatoria de una verdadera Nación fuerte y equilibrada, con el recambio necesario para vislumbrar una luz de esperanza en el futuro. Pero no todo está perdido. Un golpe de energía se agita en el país respecto del petróleo.
Desde todos los rincones suena un grito de rebelión respecto de lo que se ha regalado, envuelto en dolor y pérdidas de fuentes laborales, pobreza devastadora acompañada por suicidios y exigencia de remuneraciones prometidas y no cumplidas luego de casi veinte años. En este contexto, uno de los bastiones de resistencia ha nacido en Mendoza, a través del Foro Nacional Ypefiano (Fonay) cuyo coordinador nacional es José A. Tonón, historiador del petróleo y ex trabajador de YPF. El Fonay acaba de realizar un seminario nacional sobre YPF con el objetivo de recuperarlo para el país, apuntando al futuro. No todo está dormido y aunque en Rosario, sede de la Divisional YPF más importante del interior, nadie haya levantado su voz, está la fresca presencia del cartel aparecido en Corrientes y Tucumán, reivindicando el Día del Petróleo Nacional y la presencia en cruce de peatonales de grupos que aludían al problema con sus pancartas.
El Ing. Luis A.Huergo sobre cuya acción no hay dudas expresó que “sólo los países degenerados aceptan o buscan de afuera los administradores de las grandes instituciones y riquezas”. Y por si no fuera contundente, Tashunka Witko llamado “Caballo Loco” fue un guerrero sioux que en 1876 derrotó al Gral. Custer en el propio territorio del imperio. Fue un descomunal patriota de innegable valor para su etnia que veía en peligro la tierra que les pertenecía. Estando preso fue asesinado a puros golpes de bayoneta, pero antes dejó al mundo su sentimiento: “Uno no vende la tierra por la que camina su pueblo”.
lacapital.com.ar
El pasado 13 de diciembre se exhaltó una vez más el orgullo argentino por su petróleo y se rindió homenaje al creador de YPF, Gral. Mosconi. No obstante, vale seguir recordando hoy que la voracidad del capitalismo internacional siempre apuntó a nuestra riqueza. Y que fue justa y certera la acción de Mosconi, cuando en los inicios de la empresa YPF, la competencia representada por Esso y Shell aumentó el costo del litro de la nafta fijado hasta ese momento. Nuestro prohombre contestó con rebaja sobre igual índice e infligió derrota a las pretenciones foráneas. Después llegó la demencial cesión de nuestro petróleo al extranjero y la sigla de YPF quedó para distraer al país ante semejante desprendimiento. Es sabido que no somos quienes proyectamos el desenvolvimiento, uso y destino de nuestro petróleo.
En un planeta bajo la voracidad imperial, las reservas disminuyen a velocidad constante y en algunas décadas habrá terribles problemas por agotamiento del petróleo y del agua en nuestra casa grande que es la Tierra, entre otras acuciantes falencias. El espíritu del país si no muerto, al menos está aletargado, arrastrado en el frenesí de un consumismo irresponsable, en la pobreza y defensa de la cultura identificatoria, y otras lacras alimentadas por increíbles desaciertos en lo que debe ser la base sustentatoria de una verdadera Nación fuerte y equilibrada, con el recambio necesario para vislumbrar una luz de esperanza en el futuro. Pero no todo está perdido. Un golpe de energía se agita en el país respecto del petróleo.
Desde todos los rincones suena un grito de rebelión respecto de lo que se ha regalado, envuelto en dolor y pérdidas de fuentes laborales, pobreza devastadora acompañada por suicidios y exigencia de remuneraciones prometidas y no cumplidas luego de casi veinte años. En este contexto, uno de los bastiones de resistencia ha nacido en Mendoza, a través del Foro Nacional Ypefiano (Fonay) cuyo coordinador nacional es José A. Tonón, historiador del petróleo y ex trabajador de YPF. El Fonay acaba de realizar un seminario nacional sobre YPF con el objetivo de recuperarlo para el país, apuntando al futuro. No todo está dormido y aunque en Rosario, sede de la Divisional YPF más importante del interior, nadie haya levantado su voz, está la fresca presencia del cartel aparecido en Corrientes y Tucumán, reivindicando el Día del Petróleo Nacional y la presencia en cruce de peatonales de grupos que aludían al problema con sus pancartas.
El Ing. Luis A.Huergo sobre cuya acción no hay dudas expresó que “sólo los países degenerados aceptan o buscan de afuera los administradores de las grandes instituciones y riquezas”. Y por si no fuera contundente, Tashunka Witko llamado “Caballo Loco” fue un guerrero sioux que en 1876 derrotó al Gral. Custer en el propio territorio del imperio. Fue un descomunal patriota de innegable valor para su etnia que veía en peligro la tierra que les pertenecía. Estando preso fue asesinado a puros golpes de bayoneta, pero antes dejó al mundo su sentimiento: “Uno no vende la tierra por la que camina su pueblo”.
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