La unipolaridad de Estados Unidos declina aceleradamente (Parte I)

by Víctor Wilches

Los rápidos y profundos cambios que se están observando en el mapa de las relaciones internacionales en los primeros años del siglo XXI, están configurando nuevos poderes que se contraponen a la hegemonía unilateral de los Estados Unidos. Como resultado de estos cambos se está generando un Nuevo Orden Internacional, el cual manifiesta dos tendencias muy marcadas: por un lado, encontramos el acelerado declive de la supremacía política, militar y económica de Estados Unidos; y por el otro, un rápido re-alineamiento y consolidado ascenso de Rusia y China, que los sitúa como nuevos protagonistas de poder a nivel internacional y serios rivales a los intereses y objetivos de EEUU a nivel planetario.

El Nuevo Orden Internacional en ciernes se caracteriza principalmente por el esfuerzo mancomunado de Rusia y China de constituir un Orden Mundial Multipolar, que se sustente en la política, la diplomacia y el derecho internacional, y en que sea el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el que dirima las controversias internacionales. Mientras que en el mundo unipolar de EEUU impera el unilateralismo y el desprecio a las reglas internacionales. Este decadente orden unipolar capitalista se opone frontalmente a que surja un posible mundo multipolar, aunque éste también sea capitalista.

El actuar de Washington y de relacionarse con los poderes mundiales y Estados le está llevando a que pierda influencia y poder a todos los niveles; es tal la crisis de la superpotencia que algunos intelectuales y analistas, tanto de derecha como de izquierda, se atreven a sentenciar que el “fin de la hegemonía estadounidense” ya ha entrado en su última fase de decline.

Este periodo de unipolarismo se establece una vez desaparecida la Unión Soviética, pero se implementa con profundidad y agresividad tras los trágicos acontecimientos del 11/S de 2001. Valiéndose de este hecho el gobierno de George Bush emprende a nivel global una serie de amenazas, confrontaciones e invasiones militares bajo los lemas de “guerras contra el terrorismo” y “guerras preventivas”. Pero antes de emprender su ‘misión revelada’ contra el ‘terrorismo internacional’ y el ‘eje del mal’, le advierte amenazante a la comunidad internacional que ‘aquel que no está con nosotros está contra nosotros’.

Estas ansias de supremacía y planes de dominio hegemónico planetario que se fundamentan en 'Rebuilding America's Defensas (RAD)'[1], documento central elaborado y puesto en marcha por los ‘neoconservadores’ del “Proyecto para el Nuevo Siglo Americano”, a finales de la década pasada. Las áreas temáticas de este documento están organizadas bajo 4 categorías: “A.) Pax-Americana –esbozando la razón fundamental para el imperio global-, B.) Asegurar la hegemonía global –identificar las regiones que son consideradas problema para la política de EEUU-, C.) Reconstruir el ejército –planes para la expansión del poder militar de EEUU-, y D.) Con las futuras guerras de la Pax-Americana visiona el RAD completo control de tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio a nivel global.”

Los propósitos imperiales de EEUU van a quedar inmediatamente al desnudo con las guerras de invasión a Afganistán e Irak, el objetivo que se busca con estas agresiones es el control geoestratégico de la importante región del Oriente Medio y el Asia Central para hacerse a sus inmensos recursos energéticos. Aventura bélica expansionista que quedará grabada en la historia de la humanidad por los horrores cometidos en el campo de concentración de Guantánamo, las torturas en Abu Ghraib, los vuelos de aviones clandestinos de la CIA y el establecimiento de prisiones clandestinas en varios países del mundo.

Estos propósitos hegemónicas estadounidenses también han contribuido a que en gran medida haya ido perdiendo y decayendo de su privilegiada posición global, debido a los múltiples reveses que ha venido recibiendo a causa de sus pretensiones. Ya que al mismo tiempo que avanzaba y se expandía avasalladoramente sobre los demás países imponiendo sus reglas y condiciones, iba creando y dejando muchos vacíos militares, políticos, económicos y hasta culturales, a lo largo y ancho de la tierra. Vacíos que comenzaron a ser asumidos rápidamente por otros poderes políticos-militares mundiales ansiosos de convertirse en potencias globales y regionales. Vacíos que han incentivado a nuevas situaciones y alianzas que de otra manera hubieran tardado mucho más tiempo en constituirse.

La pérdida de esta influencia y dominio de Washington es el resultado de la combinación de múltiples factores, en los que cuentan las importantes derrotas militares que le han venido infligiendo sus adversarios en diferentes conflictos en los que se encuentra implicado. Lo más importante de esto último, es poder apreciar cómo Estados Unidos pasó, en tan corto tiempo, de ser un “imperio a la ofensiva a ser un imperio a defensiva”[2], produciéndose con ello un cambio trascendental en el orden internacional.

Aunque todos los indicios pueden llevan a pensar que existen las condiciones objetivas para que se de una Nueva Guerra Fría[3], y que todos las señales puedan indicar hacia esa dirección, aún estos dos posibles bloques no se han ‘constituido formalmente’: aquellos países y poderes que se decantan y alinean en un posible bloque encabezado por EEUU, y otros, alineados con el ascendente bloque asiático liderado por Rusia-China. Si bien es cierto que todavía no encontramos dos bloques divididos por una línea que los separa en dos campos bien definidos y rivalizando abiertamente por el control de los recursos estratégicos, sobretodo por los recursos energéticos globales: carbón, gas, petróleo, uranio y agua. Aquello que encontramos en esta nueva etapa que se está abriendo son fuertes rivalidades entre diferentes Estados y poderes regionales y globales, que indican y vislumbran conflictos bélicos para hacerse con esos vitales recursos.

Si algo se puede afirmar desde ahora, sin temor a equivocaciones, es que los conflictos en el inmediato y lejano futuro van estar principalmente originados por la rivalidad por el control, acceso, abastecimiento y seguridad de los recursos energéticos y del agua a nivel mundial. Recursos sin los cuales las sociedades y Estados industrializados y desarrollados se paralizarían, situación que crearía un caos total en sus economías y vidas.

Por motivos vitales y por ser un recurso escaso y costoso, el tema petrolífero se ha convertido desde hace algunas décadas, en parte importante y estratégica de la seguridad del Estado en muchos países del mundo, en especial de en los países desarrollados. Hoy esa preocupación se hace más apremiante y extendida hacia el gas, del que se afirma será el eje central y motor de la industria y de la economía mundial hacia mediados de la década de 2020. Otro tanto pasa con la energía nuclear, los países industrializados hablan de la urgencia de construir y poner en funcionamiento centrales nucleares para abastecerse de energía, mientras esas mismas posibilidades se le niegan o limitan a los países en desarrollo.

Todos estos movimientos por preservar y garantizar los intereses y necesidades nacionales acontecidos en la arena política internacional, están arrastrando a las grandes superpotencias, a los poderes de rango medio y también a la gran mayoría de los países a nuevas e impensables relaciones, a nuevos lineamientos y reacomodos de estratégicas alianzas. Unos buscan garantizar y asegurar recursos energéticos para satisfacer sus necesidades e intereses; y otros, la protección de tales recursos, pues existen demasiados poderes interesados en hacerse a ellos, ya sea por la fuerza (Irak) o a través de contratos leoninos de saqueo, con la colaboración de las corruptas clases políticas dirigentes de estos países (México, Colombia, Nigeria, Costa de Marfil).

El nuevo panorama en las relaciones internacionales además de señalar sus elementos centrales: pérdida de influencia y supremacía del poder global unipolar de EEUU y el ascenso de nuevos poderes regionales e internacionales, entre los que sobresalen de lejos la fuerte alianza ruso-china; a su vez está mostrando cómo se está gestando éste a grandes pasos y cuáles serán los principales rasgos que tendrá ese Nuevo Orden Internacional: Rusia y China (y probablemente también India) serán a mediano plazo los Estados que ostenten un importante dominio, poder e influencia en la política y orden mundial; y el continente asiático será el centro decisivo de la política, la economía y de la seguridad internacional.

Cómo se están desarrollando los acontecimientos este nuevo orden será en gran medida multipolar. Hoy la situación es muy diferente a aquella de 1996 en que muchos se reían socarronamente cuando Rusia y China –a las que posteriormente se adhirió India y luego otros países- comenzaron a dar a conocer su ideas en numerosas declaraciones y foros internacionales sobre la necesidad de un mundo multipolar, con la intención de parar el dominio unipolar de EEUU

Veamos algunos de los signos más relevantes, indicadores de, hacia donde se está dirigiendo aceleradamente un nuevo orden, en el que la tendencia preponderante es la merma trascendental del poder e influencia de EEUU a nivel mundial; y en el que Rusia y China están aumentando su poder y predominio a nivel regional y mundial. Circunstancia que los está situando en una mejor posición para constituir relaciones geopolíticas estratégicas sustancialmente opuestas a los intereses del dominio estadounidense:

- Acuerdos y acercamientos cada vez mayores entre Rusia y China en temas clave a nivel mundial: Irak, Afganistán, Corea del Norte, Irán y Oriente Medio, como también, en unidad diplomática y política ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
- Profundización en la cooperación entre Moscú y Pekín a través del Tratado de Amistad y Cooperación y Buena Vecindad, en la esfera política, económica, militar, energética, científica, tecnológicas y de seguridad regional y mundial.
- Fortalecimiento de las organizaciones asiáticas regionales como la Organización de Cooperación de Shangai, la ASEAN+3.
- Aumento constante de las tensiones entre EEUU -y de algunos países europeos- con estos Estados asiáticos en ascenso.
- Discrepancia en el tratamiento en asuntos y problemas globales entre ciertos Estados ‘Occidentales’ y el ‘Este’ ascendente: energía nuclear, escudo antimisiles, armamentismo, extensión de OTAN hacia el Este europeo, manejo de los recursos energéticos, derechos humanos y reformas democráticas.

En el Sudeste Asiático

En estas importantes regiones hacen presencia naciones que aspiran ser potencias regionales o mundiales (China, Rusia, India, Japón, Irán, Corea). Varios de los países que hacen presencia allí están gozando de elevado y constante crecimiento económico, después de la profunda crisis económica sufrida en el sureste asiático de 1997-8, conocida como “efecto Dragón”. No se debe olvidar que en la mayor parte de estas naciones existe una gran brecha entre las inmensas masas empobrecidas y las clases ricas que ostentan el poder. Pese a los indicadores macroeconómicos que hablan del incremento de la riqueza la brecha entre pobres y ricos sigue aumentando vertiginosamente.

La misma presencia y proximidad de estos grandes poderes en ascenso tanto en el suroeste y centro del continente asiático, les permite un acercamiento más fácil para relacionarse con los distintos países y organizaciones internaciones que hacen presencia en estas importantes regiones.

En el sudeste asiático Rusia y China han venido asentando solidamente su poder e influencia a través de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Esta organización que cuenta con mecanismo denominado ASEAN+3 (que es la ASEAN + China, Japón y Corea del Sur), ha ido afianzando su lazos de cooperación y dando pasos firmes hacia procesos de integración más sólidos, como la propuesta de crear una Unidad Monetaria Asiática denominada ACU, la cual se había planeado lanzar en el mes de marzo de este año. Todas las naciones que hacen parte de la ASEA+3 participan con sus respectivas divisas de esta iniciativa para crear una cesta de todas ellas, pero las tres monedas con más peso significativo de este nuevo sistema monetario serán el yuan chino, el yen japonés y el won surcoreano. En el mismo momento en que se materialice este sistema monetario será un gran golpe audaz y duro al sistema basado en el dólar-centrismo.

El desarrollo de la situación política en esta región no debe sorprender, por el contrario nos lleva a tomar nota para comprender por qué la ASEAN+3, no ha tenido la gentileza de invitar a EEUU a sus cumbres, y si lo haga con Rusia. En la cumbre 2005, en Kuala Lumpur, Malasia, la estrella invitada fue Rusia, que planteó la necesidad de crear un mecanismo para garantizar la seguridad de los recursos energéticos (petróleo, gas, carbón, etc.) a nivel mundial y se comprometió a compartir sus inmensas riquezas energéticas con los miembros de la ASEAN+3[4].

A finales de octubre tuvo lugar una cumbre China-ASEAN, en donde China brilló con luz propia. En el Marco del Acuerdo sobre Cooperación General Económica señala que el comercio entre las dos partes ha alcanzado 130.370 millones de dólares en 2005, mientras las inversiones 3.100 millones de dólares. Entre lo más sobresaliente de la Cumbre está: la ASEAN se reafirma en su política de una sola China; establecen un Area de Libre Comercio para 2010 que incluye la liberación de mercancías para ASEAN-6 y China, y para 2015 participan Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam; Además China apoya y da la bienvenida a los esfuerzos de la ASEAN para establecer al Sudeste de Asia como un Zona Libre de Arma-Nucleares[5].

La próxima cumbre de ASEAN+3 en diciembre podrá definir nuevos pasos que vayan en contra de los intereses de EEUU, pues no es en vano ni fortuito que el gobierno de G. W. Bush le pidiera a China ser transparente en la cooperación militar con la ASEAN, ante las palabras dichas por parte del Primer Ministro Chino, Wen Jiabao, de que desea profundizar los lazos militares con el Sudeste Asiático[6].

Quizá estos desarrollos políticos son en gran mediada los responsables de que uno de los países más alineados a la voluntad de Washington, como es el caso Corea del Sur, le haya contentado al presidente Bush, en la reciente reunión de la APEC en Vietnam, en su intento de crear un frente común contra el programa nuclear de Corea del Norte, que no está de acuerdo y rechaza sumarse al plan de Washington de interceptar transportes norcoreanos sospechosos de incluir material nuclear.

En Africa

Acercamiento y establecimiento de profundas relaciones comerciales y de cooperación en distintas áreas entre la gran mayoría de los países del continente africano y China, como lo demuestra la reciente Primer Cumbre “Foro de Cooperación China-Africa”[7] que tuvo lugar en el mes de octubre, en el que participaron 48 presidentes y líderes de países africanos. Fue tal el número de presidentes y líderes africanos asistentes al foro, que la mayor parte de los medios de comunicación a nivel mundial resaltaron este importante hecho.

Entre los acuerdos que tuvieron lugar en este Foro sobresalen la firma de 14 contratos y acuerdos comerciales por un valor cercano a $1.9 billones de dólares con 11 naciones africanas que abarca recursos naturales, infraestructura, finanzas, tecnología y comunicaciones.

Igualmente se resalta el constante crecimiento del comercio bilateral China-Africa, registrando un crecimiento promedio anual superior al 30% en los últimos años. Se espera que esta cifra alcance los $50 billones de dólares este año y que llegue a los $100 billones de dólares para el año 2010.

Al efecto establecieron un Plan de Acción[8] para “adecuadamente dirigir las disputas comerciales y fricciones a través de la consulta amigable bilateral y multilateral… fortaleciendo la cooperación aduanera, impuestos, inspección y cuarentena.” Y a su vez “el Presidente de China, Hu Jintao, prometió abrir su mercado a Africa y levantar a 440 el número productos libre de impuestos, actualmente es de 190.”

Por su parte Rusia también ha estado ampliaando y mejorando sus relaciones de cooperación con varios países del Africa. En septiembre firmó con Maruecos[9] un acuerdo en nueve campos diferentes. Con Egipto y Angola acordó a comienzos de noviembre[10] profundizar sus relaciones comerciales en sectores tales como el turismo, comercio, exploración de hidrocarburos, minerales y desarrollo. Egipto también ofreció a Moscú el espacio para la creación de un parque industrial de un millón de metros cuadrados.

En septiembre el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, viajó a Sudáfrica[11] acompañado por una delegación de cien hombres de negocios, firmando acuerdos para inversión de más de mil millones de dólares en áreas de energía y petróleo, minería, aluminio, abastecimiento de energía nuclear, y el ofrecimiento de por parte del Kremlin para que Sudáfrica utilice las naves espaciales rusas para el lanzamiento de satélites surafricanos.

Este tipo de movimientos y de acuerdos que se están dando entre Rusia y China con el continente africano, ya hizo saltar las alarmas y está poniendo sobre aviso a los líderes estadounidenses sobre lo que pueda pasar debido a la dependencia de recursos estratégicos venidos de Africa: “Los EEUU solo resultaran ser más vulnerables cuanto más se caliente la competición global por recursos estratégicos (y el anti-americanismo a través del planeta aumente). Las naciones ya han iniciado pelearse no sólo por recursos energéticos, sino por minerales estratégicos, particularmente vitales para las industrias de defensa.

Si Sudáfrica cerrara un pacto con naciones anti-estadounidenses compitiendo por la influencia global, EEUU podría ser aislado de vitales recursos. Sí Rusia ganara predominante influencia sobre los recursos de Sudáfrica, éste, en cooperación con China y la Unión Europea, estaría en una posición para forzar un bloqueo sobre las naciones anglo-americanas”[12].

En Latinoamérica

La pérdida de influencia de Washington en América Latina es notoria. Se manifiesta en un serio distanciamiento por parte de varios gobiernos latinoamericanos frente a las políticas de EEUU, fundamentalmente por parte de Venezuela, Bolivia, Cuba, Argentina y Brasil, y también Ecuador, que tras la reciente victoria electoral fue elegido como nuevo presidente del país Rafael Correa, quien también se opone a las políticas de la Casa Blanca. Y posiblemente hay que agregar en la lista a la Nicaragua de Daniel Ortega.

A la vez que aumentan las tensiones los países latinoamericanos van tomando políticas más autónomas de carácter nacionalista, en especial por parte de Venezuela y Bolivia, en el manejo de sus recursos naturales: gas y petróleo. O de iniciativas más autónomas de carácter regional o sub-regional como el ALBA, Merco Sur, Comunidad Sudamericana, así como el planteamiento de políticas petroleras intrépidas para la región latinoamericana como la conformación de la Empresa Multinacional Petrolera Estatal Latinoamericana (Petroamérica), bajo el paraguas del ALBA.

La Casa Blanca ha encontrado una resistencia cada vez más fuerte por parte de varios gobiernos de la región y de las amplias mayorías populares latinoamericanas, a los tratados comerciales que ha querido imponer bajo la presión y la fuerza, como en el caso del ALCA o el fracaso intento de EEUU para “derrocar a Hugo Chávez en 2002 que llevó a la solidificación del régimen bajo ataque. Del mismo modo, el método tradicional rutinario de USA de dominio sobre Latinoamérica, el de las políticas económicas del FMI y de la OMC, que agilizan la transferencia masiva y regular de la riqueza latinoamericana a USA, también es evitado por dirigentes nacionalistas envalentonados”[13].

No en vano el Council on Foreign Relations dio a conocer en octubre de 2006 un estudio, titulado “National Security Consequences of U.S. Oil Dependency”, en el cual hace un análisis minucioso sobre las consecuencias para la seguridad del Estado de EEUU, por su condición de país dependiente del petróleo y de las exportaciones de recursos estratégicos de otros países. Además de destacar y prevenir sobre la peculiar situación, deja un velado mensaje sobre el peligro que puede representar el que compañías estatales sean las propietarias de estas riquezas estratégicas, y peor aún, que estos países se opongan a los intereses y políticas estadounidenses, haciendo una clara referencia a Rusia, Venezuela, Irán y Bolivia. Ya que los altos precios permitirán a estos Estados una mayor autonomía, y debido a eso es que “en años recientes, con los altos precios del petróleo, algunos países como Rusia y Venezuela han incrementado la autoridad sobre esas compañías estatales”[14].

Por lo tanto, la posibilidad de que éstos [Estados] cuenten con el ‘control sobre inmensos recursos petroleros proporciona a los países exportadores la flexibilidad para adoptar políticas que se oponen a los intereses y valores de EEUU’ (…) Venezuela tiene los recursos de sus exportaciones de petróleo para pedir reajuste en las relaciones políticas en América Latina y para financiar cambios tales como la salida de Argentina de su acuerdo de reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI), y la reciente decisión de Bolivia de nacionalizar sus recursos de gas y petróleo. Debido a su riqueza petrolera, esos y otros países productores son libres para ignorar las políticas estadounidenses y para continuar con hostiles intereses a nuestra seguridad nacional”[15].

A su vez esto ha producido un marcado acercamiento de los países latinoamericanos a los poderes asiáticos y el aumento de las inversiones chinas y rusas en áreas energéticas estratégicas, militares, de armamento y comerciales, entre otras, las cuales son de gran importancia para la región.

Entre estos encontramos el acuerdo entre Rusia y Venezuela para la entrega por parte de Moscú a Caracas de 24 aviones de combate y 53 helicópteros de combate[16], así como fusiles de asalto AK-103, 10 aviones de transporte y 8 botes patrulleros. O la exitosa gira que hiciera en noviembre de 2004 el Presidente de China, Hu Jintao, por varios países de la región: Brasil, Argentina, Chile y Cuba, en la que se dio a conocer que Pekín invertiría 100 mil millones de dólares en Latinoamérica durante una década 2004-2014. Acuerdos de inversión que se han comenzado ha desarrollar entre el gigante asiático y diferentes estados latinoamericanos.

En noviembre de 2005 China y Chile firmaron un Tratado de Libre Comercio[17], siendo hasta el momento el primero de esta clase entre China y un país latinoamericano. De acuerdo con el Ministerio del Comercio de China, el comercio bilateral entre los dos países ha estado creciendo en un promedio anual del 20% desde del 2000. El volumen comercial alcanzó los $7.130 millones en 2005, del cual el 50% son importaciones de cobre chileno a China[18].

Una de las iniciativas que pueden marcar en el corto y mediano plazo un eje más definido de ruptura entre la región Sudamericana y la Casa Blanca es la propuesta de Brasil sobre la creación de una organización de defensa regional, la cual sería como una “OTAN sudamericana”[19]. Esta propuesta será oficialmente presentada a los vecinos del Cono Sur y a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) a comienzos de 2007.

Tres serían los objetivos de este tipo de ‘OTAN’ sudamericana: primero, defender los bastos recursos naturales que dispone la zona. Segundo, disuadir cualquier intento foráneo para intervenir en forma directa en el Cono Sur. Y tercero, distender las relaciones entre las propias naciones de la región.

Si se logran materializar estos objetivos pueden ser el camino de Brasil hacia el año 2050 del que hace referencia el Dreaming with BRICs: The Path to 2050 (2003)[20], que es la conocida Tesis del banco de inversión Goldman Sachs, tan ampliamente comentada y bien valorado por diferentes sectores a nivel mundial, en la que se plantea que Brasil junto con Rusia, India y China (BRIC) pueden llegar a ser las cuatro economías dominantes en el 2050.

Todo parece indicar que hoy más que nunca retumban las palabras de Simón Bolívar sobre la ‘necesidad de formar en [Sur]América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria’, para hacerle frente a 'los Estados Unidos [que] parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad', y que esta nueva coyuntura política sea capaz de enterrar la apolillada ‘doctrina Monroe’, la cual reza que América es para los Usamericanos, y que por el contrario ésta debe ser recordada por los pueblos latinoamericanos como una larga y mala pesadilla.

argenpress.info

Notas:
1) The Project for the New American Century: Rebuilding America’s Defenses. Strategy, forces and Resources for a new Century, en http://newamericancentury.org, septiembre de 2000.
2) Klare, Michael: The Meaning of Gates: From Imperial Offense to Imperial Defense, en www.tomdispatch.com, Nov. 14, 2006.
3) Wilches, Víctor: Rusia y China: Una Posible Alianza. ¿Existen Factores Objetivos para una Nueva “Guerra Fría”?, GrönMåne Ed., Stockholm, Dic. 2005.
4) Wilches, V.: Op. cit.
5) Xinhua: Full text of Joint Statement of China-ASEAN Commemorative Summit, octubre 30, 2006.
6) Agence France-Presse: U.S. Asks China To Be Open with Military Ties with Southeast Asia, 0ctubre 31, 2006.
7) Xinhuanet: Beijing Summit adopts declaration, highlighting China-Africa strategic partnership, en www.xinhuanet.com, noviembre 5, 2006.
8) Cheng Yunjie: Action plan encourages joint energy exploration, stressing sustainable development, en www.chinaview.cn, noviembre 11, 2006.
9) Morocco TIMES: Cooperation Morocco occupies important place in Russian-African relations, Russian official, www.moroccotimes.com, septiembre 13, 2006.
10) Zubkov, Vasily: New venues of Russian-African cooperation, RIA Novosti, noviembre 10, 2006.
11) South Africa Info: New era for SA, Russian business, www.southafrica.info, septiembre 11, 2006.
12) Esto lo afirma el religioso y ultra conservador periódico The Trompet: Russia Strengthens Ties With South Africa, www.thetrumpet.com, octubre 27, 2006.
13) Sperber, Oshua: How the US Lost Latin America, en www.counterpunch.org, noviembre 4, 2006.
14) Council on Foreign Relations: National Security Consequences of U.S. Oil Dependency, www.cfr.org, octubre 2006, pg. 33.
15) Ibíd. pg. 41.
16) BBC: Chávez obtiene armas y apoyo en Rusia, julio 27, 2006.
17) AP: China, Chile sign free-trade agreement, noviembre 18, 2005.
18) People's Daily Online: 'China, Chile put free trade agreement into effect', octubre 1, 2006.
19) Noticias24: Brasil fomentará una 'OTAN' Latinoamericana, en www.noticias24.com, noviembre 19, 2006.
20) The Goldman Sachs Group: Dreaming with BRICs: The Path to 2050 (2003), Global Paper No 99, en http://www2.goldmansachs.com, 2003.

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