ESPAÑA: Repsol presenta el viernes la auditoría sobre sus reservas

C. Monforte / MADRID (14-06-2006)

L a recuperación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Libia, con la próxima apertura de una embajada en Trípoli, ha colocado en la parrilla de salida a las grandes compañías petroleras estadounidenses, muchas de las cuales se disponen a volver al país norteafricano. Entre ellas, Marathon, Shell o Texaco. También la española Repsol YPF quiere aprovechar la coyuntura que ofrece el nuevo proceso de concesión de licencias que el Gobierno libio quiere cerrar en el próximo otoño, para afianzar su presencia en una área que produce un crudo de alta calidad.

Aun con todo, según explicó el lunes el presidente de Repsol, Antonio Brufau, tras una reunión en la capital libia con su homólogo de la petrolera estatal del país (NOC), Shokri Ghanem, el éxito de las prospecciones en los yacimientos del desierto libio permitirá a su grupo incrementar la producción de 250.000 barriles diarios de crudo (un 15% de la producción total del país) a más de 400.000 en el año 2010.

Ghanem anunció que se reunirá en los próximos meses con las compañías interesadas para ofrecerles los nuevos bloques exploratorios que se están definiendo. El proceso se cerrará en los meses de septiembre u octubre. En este sentido, el presidente de NOC, quien aseguró que las 'diferencias que ha habido durante muchos años entre su país y Estados Unidos se han resuelto' y que 'las puertas de Libia están abiertas', dejó claro que no habrá trato preferente para las petroleras norteamericanas frente a las europeas, japonesas o chinas. Por su parte, ante la nueva competencia que se avecina, Brufau se mostró tranquilo: 'nosotros ya tenemos una posición en Libia y los que vengan tendrán que pagar su posición'.

El futuro de la producción de un país 'situado sobre un lago de petróleo', según Ghanem, es prometedora, una vez salvados los escollos de las sanciones y embargos que ha venido sufriendo el país en los últimos años. Así, la producción actual de crudo en Libia, 1,6 millones de barriles diarios, se situará en dos millones, según las expectativa del Gobierno de Gadafi. Y, lo que es más importante, las reservas actuales (37.000 millones de barriles, según los cálculos más amplios) puede ser realmente el doble, si se tienen en cuenta otras variables.

En estos momentos, Repsol explora una superficie minera en el desierto del Sahara equivalente a un 25% del territorio español y su resultado operativo bruto de Libia (mil millones de dólares en 2005) es un 2% del total del grupo. Aunque en Libia la petrolera española trabaja con contratos (cada uno con condiciones específicas) que sólo le permiten anotarse entre un 10% y un 15% de las reservas (según cada caso) se trata 'de un crudo con un alto valor añadido', según Brufau. Además, este sistema, respecto al que rige en otros países, proporciona una gran seguridad jurídica a la empresa. 'Frente a otros países -añadió- Libia tiene historia petrolera'.

Además, el ratio de éxito de los descubrimientos en Libia es muy elevado: frente a los 11 pozos descubiertos en 2005, este año se prevé hallar 22'. En Libia, Repsol actúa a través de Remsa (Repsol Exploración Murzuq) que explora nueve bloques en solitario y otros seis con otros socios. También está presente en Repsol Oil Operations (ROO), que se dedica a la exploración, desarrollo y producción, en la que participan NOC (que tiene un 75% del capital) y Second Party, con un 25%. En ésta, Remsa tiene un 10%. El grupo lleva una inversión acumulada en la país norteafricano de 270 millones de dólares desde 1984.

Auditoría con demora

Con un gran retraso, Repsol presentará el próximo viernes al mercado y a su junta general de accionistas el resultado de la auditoría que ha venido elaborando desde el pasado mes de enero, tras anunciar el recorte en un 25% de las reservas que tenía contabilizadas. Según fuentes cercanas a la compañía, del resultado de la investigación se deriva un nuevo recorte, que no han querido precisar.

Repsol anunció entonces que el informe, elaborado por el Comité de Auditoría y Control creado por la compañía y en el que participan miembros de su consejo, estaría listo en un par de meses. De hecho, el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, le pidió que, tan pronto como estuviera lista la auditoría, se le remitieran las conclusiones para dar vía libre a una investigación previa a un posible expediente sancionador.

El día 26 de enero, Antonio Brufau anunció una rebaja de las reservas de crudo de Repsol en 1.245 millones de barriles equivalentes de petróleo (uno de cada cuatro). Este anuncio sorprendió al mercado, que castigó a Repsol con una pérdida de valor de 2.300 millones el primer día. Meses después, el 1 de mayo, el presidente de Bolivia, Evo Morales, decretó la nacionalización del subsuelo y de toda la cadena productiva de los hidrocarburos que afectó de plano a Repsol. De hecho, entre las razones que ofreció la compañía para el recorte de reservas, se encontraban los cambios legales en Bolivia.

l El presidente de Repsol considera que 'la acción está baja y no refleja el valor de la compañía', pero con la clarificación de las reservas y los planes de inversión se recuperará. Ayer cayó un 3,23% (20,38 euros por título) tras la venta del BBVA de su 5%.
A la espera de la auditoría en Bolivia

Los responsables de Repsol se muestran poco optimistas sobre el futuro de la compañía en Bolivia, que está a la espera de que se inicie la auditoría que determinará el valor de sus activos en el país andino, expropiados por el Gobierno boliviano en el decreto de nacionalización. Morales dio seis meses de plazo para que las petroleras afectadas (Repsol y Petrobras, principalmente) firmaran nuevos contratos de prestación de servicios, que sustituirían al actual régimen de concesión. El primer paso es calcular mediante una auditoría (el Gobierno ha abierto un proceso de selección entre firmas auditoras), el valor de los activos, que se descontará, en su caso, del valor de los nuevos contratos que se ofrezcan. La diferencia será reclamada por Repsol al Gobierno boliviano.

Fuentes cercanas a las empresas opinan que, de no alcanzarse un acuerdo con Repsol o Petrobras, el futuro de la producción de gas en Bolivia es incierta, pues estas dos compañías controlan los dos grandes mercados vecinos (Argentina y Brasil) y tienen proyectos de infraestructuras que podrían parar.

En la auditoría sobre las reservas que Repsol presentará esta semana, Bolivia pesará, pues supone un 18% de las reservas del grupo, pero menos de lo que se cree, pues el valor del gas, medido en barriles equivalente de petróleo, es muy inferior al del crudo.

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