En 2010 España contará con un Almacén Temporal Centralizado (ATC), un cementerio nuclear para el depósito de los residuos nucleares de alta actividad -el combustible gastado-, y el Gobierno ha dado hoy un paso decisivo para su ubicación y construcción en un enclave aún sin decidir. El Consejo de Ministros aprobó este viernes la creación de la comisión interministerial encargada de fijar los requisitos técnicos y medioambientales exigibles a este repositorio, con el que España cumplirá con el mandato de la UE en materia de residuos radiactivos.
En la actualidad los restos más contaminantes de la actividad nuclear -las barras de uranio gastado- se custodian en las «piscinas» de almacenaje de cada una de las centrales españolas. El ATC servirá de depósito nacional único -aunque no definitivo- para la basura más contaminante creada por el ser humano, capaz de emitir radiactividad durante millones de años. Su construcción es urgente porque la capacidad de algunas de las piscinas está al límite y en 2011, además, regresará a España el combustible vitrificado de Vandellós I, alojado en Francia desde el desmantelamiento de la central tras el incendio de 1989. Junto al ATC, en el mismo emplazamiento, se edificará un centro tecnológico sobre la energía nuclear «del más alto nivel», dijo la vicepresidenta, Mª Teresa Fernández de la Vega.
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