Más de dos años de intensas gestiones y negociaciones que, haciendo un histórico de las mismas, comenzaban desde la iniciativa del Ayuntamiento de Pedrera, localidad que con unas Normas Subsidiarias agotadas y con un avance de su Plan General de Ordenación Urbana, actualmente en sus primeros pasos para su aprobación, hacían prever entonces unas necesidades futuras que afrontar.
El desarrollo de un plan parcial concreto, el conocido como R-II de unos 100.000 metros cuadrados, donde en la actualidad se está construyendo la urbanización Cristo de la Sangre, y una nueva zona industrial, Madre Vieja del Agua, de más de 50.000, junto al polígono industrial Centro Sur ya en funcionamiento, donde entre otras empresas hay algunas pertenecientes al sector de la piedra natural y del carbonato cálcico, aceleraron esas necesidades y la búsqueda de soluciones de la manera más inmediata posible, a sabiendas que el reto no era nada fácil.
La no existencia de una infraestructura eléctrica suficiente en media tensión que diera respuesta a la potencia estimada y necesaria hacía que por parte de Sevilla Endesa se remitiese al Ayuntamiento de Pedrera a realizar una conexión con la red de distribución en la línea de alta tensión a 66 KV Osuna-Estepa, cuyos costes se elevaban unilateralmente a 1.200.000 euros, una cifra que escapaba de las posibilidades locales.
Como alternativa a esta conexión se planteaba también llevar a cabo la ejecución de una nueva subestación eléctrica de 66/25 KV, con una nueva línea aérea LA-280 de alimentación a esa subestación futura haciendo entrada y salida en la línea actual ya referida de Osuna-Estepa, así como una red de media tensión a 25 KV de interconexión entre la subestación y ese sector. El coste de esta subestación que superaría los 3.600.000 euros, evidentemente mucho mayor que la conexión unilateral por parte de Pedrera, podría ser asumido con la unión a este ambicioso proyecto de los municipios de Aguadulce y Gilena, también con intereses similares para desarrollar sus infraestructuras eléctricas, lo que hace razonable esta participación conjunta en sacar adelante esa subestación AT/MT y sus líneas de alimentación.
En el caso de Aguadulce, con un PGOU recientemente aprobado, soportaría el 40% de esa infraestructura. Gilena, con unas normas por desarrollar que serán incluidas en el avance de su PGOU, con un 35%. Y, finalmente, Pedrera, con unas necesidades actuales en torno al 25%.
Estas circunstancias plenamente localistas habría también que unirlas al Real Decreto 1.955/2000, de 1 de diciembre (dictado bajo uno de los gobiernos del Partido Popular en el estado español), que regula las actividades de transporte, distribución, comercialización, suministro y procedimientos de autorización de las instalaciones de energía eléctrica en todo el territorio nacional, mediante el que se hace responsable a los promotores urbanísticos para que sean estos quienes asuman las actuaciones necesarias en esta materia, como la de construir las subestaciones eléctricas.
Los tres Ayuntamiento unidos por unas mismas necesidades ven en la subestación un elemento más a tener en cuenta para progresar tanto en lo social como en lo económico, de ahí que hayan venido trabajando en tal sentido a fin de que en este mes de junio, si fuera posible, se firmase con la compañía suministradora, Sevillana Endesa, un convenio para sacar adelante este proyecto tan necesario. En ese documento, las tres corporaciones municipales de la Sierra Sur sevillana adquieren el compromiso de no conceder ninguna nueva licencia de obras a promotor alguno –no así a particulares– hasta que estos no aporten la parte que les corresponda de esa subestación y, así, poderles asegurar el suministro de energía eléctrica.
Repercusiones en el futuro
En palabras del alcalde de Pedrera, Francisco Javier Montero Vega, esa subestación eléctrica viene a ser como “la A-92 de la energía, una autopista energética, que tendrá que ser asumida por todos los que al final se beneficien de esta importante, precisa e imperiosa infraestructura, que garantizará el suministro eléctrico y la calidad del mismo a las tres poblaciones, unidas ahora por una misma voluntad”. El alcalde pedrereño cree firmemente que este proyecto es “futuro para tres municipios que vienen destacando en la comarca por su espíritu emprendedor; una zona, al sur de la sierra de Becerrero, que en los últimos años ha progresado enormemente tanto en su sociedad como en su economía”.
Ahora es el momento de realizar un esfuerzo añadido por parte de las distintas administraciones públicas y, también, de quienes quieran y deseen invertir en esta área sevillana. Y no es tiempo de perder un tren de progreso que, como ese mismo tren de alta velocidad que también va a pasar por los tres términos municipales implicados, ha hecho que se unan voluntades de tres consistorios vecinos como son los de Aguadulce, Gilena y Pedrera.
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