Las reservas de petróleo en la naturaleza se agotan, y el hombre no hace nada para detener este proceso, según los especialistas, en aproximadamente cuarenta años los hidrocarburos se habrán extinguido.
En poco más de una centuria y media, el hombre consumió la mitad, de las reservas petrolíferas que la tierra produjo en el transcurso de millones de años.
Lo más triste del asunto, no está en qué alcance o no, ni en saber qué vamos hacer, después que liquidemos las reservas de hidrocarburos, la razón es bien simple, hasta que la humanidad aprendió a usar los combustibles fósiles, y vio sus potencialidades como energéticos, no les dio importancia, y vivió sin ellos, miles y millones de años. Esto espero, responda la pregunta, no pasará nada, es probable que incluso aprenda, a vivir y desarrollarse sin ellos en los pocos años que restan, antes que se agote.
Otra cosa es preguntarnos, ¿llegaremos a ver el fin del petróleo y sus derivados, lo resistirá el planeta?, esta cuestión, es más difícil de responder, teniendo en cuenta que, con la escasez, aumentó la demanda y con ella el precio.
Por esa tendencia alcista, el petróleo es cada día más, la manzana de la discordia. En todos los puntos del planeta, donde existen grandes yacimientos, se presentan conflictos bajo cualquier pretexto. Conflictos inducidos, creados por aquellos países que, pretenden el control de ese recurso, que pertenece al mundo.
En ocasiones, se esgrime una razón incierta, para crear una confrontación de intereses, y poder atacar un país, cuando la verdadera razón es que dicho país, tiene petróleo. En Medio Oriente por ejemplo: Afganistán e Irak fueron invadidos, por los Estados Unidos. En uno pretextaron, que por ocultar a un terrorista y tener relaciones con la organización Al – Qaeda, al otro, presuntamente por esconder armas de exterminio masivo, lo que se comprobó no era verdad. Otras zonas de conflictos, encontramos en África, Asia, Europa y América, también con diferentes excusas, pero la causa real, otra vez, es el petróleo.
Si aun las guerras, por el monopolio del combustible, no extinguen la vida en la tierra. Lo hará, el mal uso del hidrocarburo. La contaminación del planeta creció hasta límites incalculables, baste decir que antes, la naturaleza era capaz de buscar remedios a los mal tratos que el hombre le infringía, pero se ha llegado a un punto en que le es imposible defenderse, del carácter depredador de nuestra especie.
Por hacer un uso inadecuado, de los recursos que nos brinda nuestro mundo, el hombre provoca incluso cambios climáticos, que se ven reflejados en frías estadísticas pero, el análisis y comprensión de ellas, nos llevan de la mano a mirar, las afectaciones ocasionadas a la agricultura por sequías, el aumento de eventos meteorológicos, la desertificación de zonas que, en otros tiempos fueron verdaderas reservas ecológicas, la salinización de grandes espejos de aguas y otros fenómenos que afectan directamente, el desarrollo de la vida del hombre.
Si la contaminación actual del medio ambiente, se generó con el consumo de más o menos, la misma cantidad de petróleo que resta por malgastar, pero no en siglo y medio, sino en la tercera parte de ese tiempo, ¿cómo podrá la tierra combatir y auto curarse del daño recibido?, si antes de aplicarse un remedio por una herida, le estaremos ocasionando otra más grave.
Solo la cordura de los hombres, el cambio de costumbres egoístas y consumidoras, la conciencia de que la tierra es el habitad perfecto para el desarrollo de la vida, permitirán que los daños hechos curen, y evitar los que están por venir.
Pensemos en la herencia que le preparamos a nuestros hijos y nietos. Recibimos de nuestros padres y abuelos, un planeta azul. ¿Entregaremos a nuestros herederos, una bola de hollín, inhabitable y muerta?.
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