El etanol brasileño está experimentando un auge sin precedentes, con un record de inversiones privadas destinadas a ayudar a resolver la demanda interna por el combustible proveniente de la caña de azúcar y la creciente demanda de países como Estados Unidos, Suecia y Japón. Mientras los precios del petróleo suben a precios nunca antes vistos, el resto de América Latina y el Caribe están intentando ampliar el modelo del etanol de Brasil a través de la región.
Durante un reciente discurso en Rio de Janeiro, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, bromeó que la OPEP pronto tendría que permitir la entrada de Brasil a sus filas, ya que el país americano planea transformar a los biocombustibles como el etanol en su principal producto de exportación.
El etanol brasileño explica ya un tercio de la producción mundial, pero esto no pone a Brasil en una posición que le permita resolver la creciente demanda mundial por ese combustible, ya que su consumo interno lo sitúa como el país más etanol-dependiente. Hoy representa el 20% de sus combustibles para vehículos, mientras que en el resto del mundo la gasolina contiene un promedio de 2,6% etanol.
El etanol tiene varias ventajas: es limpio y renovable, ayuda a reducir las emisiones de carbono, mientras conserva las reservas de combustibles fósiles. Es barato cuando es producido de forma eficiente, en Brasil sus costos están por debajo de US$1 por galón. Es versátil, y puede sustituir la gasolina en automóviles con motores que pueden utilizar más de un combustible, o se mezcla con gasolina en motores convencionales. Es de alto octanaje, lo que permitirá que las 500 millas de Indianápolis del próximo año utilicen solamente etanol.
Brasil espera al menos US$10 mil millones en nuevas inversiones para el sector antes de 2010, ayudando a ampliar su capacidad productiva con 90 nuevos molinos. Los planes de la industria estiman que podrán doblar las exportaciones brasileñas del etanol llegando a cerca de 5 mil millones litros por año antes de 2010.
Petrobras planea invertir US$225 millones en una tubería que una el estado de Goias con São Paulo antes de 2008 que permita exportar el etanol. A principios de junio el Banco Japonés para la Cooperación Internacional (JBIC por sus siglas en inglés) prometió US$570 millones para el financiamiento de proyectos de agro-energía brasileños, incluyendo los planes de Petrobras para aumentar exportaciones de etanol. El gigante norteamericano de los agronegocios Cargill compró su primer molino brasileño de etanol en junio, e invertirá según se informa US$44 millones para doblar su producción antes de 2008. La Royal Dutch /Shell, que hasta ahora exporta petróleo bruto desde Brasil, comenzó a exportar etanol en junio, y enviará cerca de 150 millones de litros del combustible brasileño a EE.UU. este año, según comentó un portavoz de la compañía.
Las exportaciones brasileñas alcanzarían los 2.400 millones litros este año, con más de 800 millones de litros destinados para Estados Unidos, explicó un portavoz del grupo cultivador de caña Unica.
El tema está siendo interesante en el resto de la región. Colombia comenzó la producción de etanol en 2005, con inversiones iniciales de US$100 millones, y busca mezclarlo con la gasolina para evitar agotar las reservas de petróleo del país.
El presidente Hugo Chávez, anunció a fines de 2005 que Venezuela destinaría US$900 millones durante los próximos cinco años para plantar la caña de azúcar destinada a producir etanol, usando el bio-combustible como sustituto de los aditivos de la gasolina. Venezuela planea llevar la producción a 25.000 barriles al día antes de 2010. Perú ya utiliza un combustible de la mezcla del etanol, y también tiene un plan para producir hasta 25.000 barriles un etanol del día, esperando proveer etanol a su propio mercado y a California. Ecuador está considerando su propio camino para el etanol.
En América Central, que gastó cerca de US$5 mil millones en importaciones de petróleo el año pasado, algunos creen que una industria de etanol podría ayudar a cortar los costos de combustibles y a subir las exportaciones.
Arnaldo Vieira de Carvalho, oficial de inversión del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington D.C. que está ayudando los gobiernos mesoamericanos a realizar un estudio de viabilidad del etanol para la región, dice que América Central parece tener un gran potencial. El BID está por financiar proyectos para producir el biocomustible en la zona, pero debe contar con los estudios.
Un estudio publicado en 2005 por la CEPAL, mostraba que Centroamérica podría producir bastante etanol como para crear el 10% de mezcla gasohol sin necesidad de realizar nuevas inversiones significativas en plantaciones de caña. El programa no requiere subsidios del gobierno, según el informe, y los análisis de costos indicaron que la zona podría haber ahorrado hasta US$187 millones en 2003 solamente.
Guatemala, Costa Rica y El Salvador ya cuentan con algunas plantas de procesamiento necesarias para el cambio al etanol, y según los dichos de Carvalho esos países están considerando planes para mezclar el 10% del etanol con gasolina dentro de uno o dos años. Los países de América Central y el Caribe no están sujetos a la tarifa de 54 centavos por galón que limita los envíos brasileños de etanol a EE.UU, lo que permite una ventaja a potenciales exportadores de etanol en la región.
En República Dominicana, Alcogroup de Bélgica dijo recientemente que construirá una planta de etanol y los agricultores dominicanos están en negociaciones con otros inversionistas.
Una firma brasileña ha estado considerando inversiones en etanol en Jamaica mientras que el gobierno del Brasil desea ayudar a Guatemala y a Haití para comenzar a trabajar en el etanol. El gobierno de Cuba ha hecho un llamado para que firmas privadas le ayuden a construir la infraestructura necesaria para su producción, y México está apostando a la caña y al maíz, con la construcción de nuevas plantas.
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