La decisión de la empresa Repsol Butano de cerrar la planta de almacenamiento y envasado de Peligros, prevista para julio de 2008, tendrá importantes repercusiones no sólo en Granada sino en las restantes provincias de Andalucía Oriental a las que abastece. Según la información recabada por este periódico en fuentes sindicales, la medida supondrá multiplicar por cuatro el número de camiones cargados con bombonas y cisternas con gas a granel que circulen por las carreteras de esta parte de la comunidad autónoma.
Cada jornada transitarán por carreteras granadinas, jienenses, malagueñas y almerienses 40 vehículos de gran tonelaje, repletos de gas, con lo que se incrementará extraordinariamente el transporte de mercancías peligrosas por carretera, «justamente cuando la Unión Europea recomienda en distintas directrices que se disminuya este tipo de traslados», explica Marco Antonio Pérez Barrionuevo, delegado sindical de UGT en la planta de Peligros.
En la actualidad, casi todo el gas butano y propano que llega a la factoría de Peligros es trasladado por ferrocarril y en la misma es envasado en distintos formatos o distribuido a granel para grandes consumidores de las cuatro provincias mencionadas. En el mismo momento que sean clausuradas las instalaciones, este suministro a los clientes habrá de realizarse desde puntos tan distantes como Algeciras o Cartagena, con lo que el abastecimiento se aleja del punto de consumo un mínimo de 300 kilómetros.
La situación anterior puede presentar a su vez otro problema: en caso de condiciones meteorológicas adversas (nevadas que impidan el tránsito), cortes de carretera por accidentes, problemas de transporte por huelgas u otras situaciones, peligraría el abastecimiento.
Sin llegar a situaciones tan problemáticas como las anteriores, hay otras más corrientes que igualmente pueden tener un efecto pernicioso en el abastecimiento de gas. El responsable de UGT señala a este respecto que hoy día la planta de envasado tiene un servicio de emergencia de 24 horas por el que, en cualquier momento, un camión cisterna de propano puede suministrar este combustible a hospitales, colegios, residencias de la tercera edad... que lo precisen por habérseles agotado y fuera del horario habitual. «Hay turnos de guardia para garantizar este servicio, que en poco tiempo coloca el camión en el punto de destino», precisa el delegado de UGT.
A partir del cierre de la planta, estos centros tendrán que esperar un número indeterminado de horas hasta que el camión cisterna pueda suministrarle el gas.
Pérdida de empleo
Pero los problemas de abastecimiento no son los únicos que plantea el cierre de la planta de Repsol Butano. Desde UGT se señala que la decisión supondrá la pérdida de 47 empleos directos, 28 de los cuales son de carácter fijo en la empresa. A esta cantidad hay que añadir los indirectos, como son los que desempeñan los trabajadores de mantenimiento eléctrico, mecánico, de transporte... «La empresa baraja la posibilidad de ofertar movilidad geográfica y funcional, pero no descartamos un expediente de regulación de empleo», añade Pérez Barrionuevo.
Según este sindicalista, Repsol Butano ha lanzado el mensaje que negocia ya el cierre de las siete plantas de envasado, «cuando es absolutamente falso». En su opinión, los dos sindicatos lo único que han hecho ha sido pedir que la empresa gasista justifique los cierres y si hay un plan alternativo a los mismos. «Pero la compañía sólo plantea el cierre puro y duro, sin más», agrega el delegado sindical de UGT.
Ideal
Cada jornada transitarán por carreteras granadinas, jienenses, malagueñas y almerienses 40 vehículos de gran tonelaje, repletos de gas, con lo que se incrementará extraordinariamente el transporte de mercancías peligrosas por carretera, «justamente cuando la Unión Europea recomienda en distintas directrices que se disminuya este tipo de traslados», explica Marco Antonio Pérez Barrionuevo, delegado sindical de UGT en la planta de Peligros.
En la actualidad, casi todo el gas butano y propano que llega a la factoría de Peligros es trasladado por ferrocarril y en la misma es envasado en distintos formatos o distribuido a granel para grandes consumidores de las cuatro provincias mencionadas. En el mismo momento que sean clausuradas las instalaciones, este suministro a los clientes habrá de realizarse desde puntos tan distantes como Algeciras o Cartagena, con lo que el abastecimiento se aleja del punto de consumo un mínimo de 300 kilómetros.
La situación anterior puede presentar a su vez otro problema: en caso de condiciones meteorológicas adversas (nevadas que impidan el tránsito), cortes de carretera por accidentes, problemas de transporte por huelgas u otras situaciones, peligraría el abastecimiento.
Sin llegar a situaciones tan problemáticas como las anteriores, hay otras más corrientes que igualmente pueden tener un efecto pernicioso en el abastecimiento de gas. El responsable de UGT señala a este respecto que hoy día la planta de envasado tiene un servicio de emergencia de 24 horas por el que, en cualquier momento, un camión cisterna de propano puede suministrar este combustible a hospitales, colegios, residencias de la tercera edad... que lo precisen por habérseles agotado y fuera del horario habitual. «Hay turnos de guardia para garantizar este servicio, que en poco tiempo coloca el camión en el punto de destino», precisa el delegado de UGT.
A partir del cierre de la planta, estos centros tendrán que esperar un número indeterminado de horas hasta que el camión cisterna pueda suministrarle el gas.
Pérdida de empleo
Pero los problemas de abastecimiento no son los únicos que plantea el cierre de la planta de Repsol Butano. Desde UGT se señala que la decisión supondrá la pérdida de 47 empleos directos, 28 de los cuales son de carácter fijo en la empresa. A esta cantidad hay que añadir los indirectos, como son los que desempeñan los trabajadores de mantenimiento eléctrico, mecánico, de transporte... «La empresa baraja la posibilidad de ofertar movilidad geográfica y funcional, pero no descartamos un expediente de regulación de empleo», añade Pérez Barrionuevo.
Según este sindicalista, Repsol Butano ha lanzado el mensaje que negocia ya el cierre de las siete plantas de envasado, «cuando es absolutamente falso». En su opinión, los dos sindicatos lo único que han hecho ha sido pedir que la empresa gasista justifique los cierres y si hay un plan alternativo a los mismos. «Pero la compañía sólo plantea el cierre puro y duro, sin más», agrega el delegado sindical de UGT.
Ideal
1 comment:
Creo que el fin último de Repsol es quitar de enmedio a la botella de butano en pro del gas natural ya que recientemente han comprado un megabuque para transportar gas natural y vendérselo a la empresa española "Gas Natural" y así eliminan el coste de personal y de inmovilizado material (Factorías). Y como siempre, los grandes perjudicados somos los consumidores porque nos van a quitar la energía más barata, limpia, segura y eficiente que hay hoy por hoy en el mercado. Los políticos deberían de hacer algo, y ya.
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