José Manuel Entrecanales y Florentino Pérez han puesto patas arriba todo el mapa eléctrico. En dos golpes de mano, dos de los hombres más poderosos del sector de la construcción se han convertido en una seria amenaza para mandar en uno de los negocios con más influencia del país y que más dinero mueve -cerca de 15.000 millones de euros, 2,5 billones de las antiguas pesetas-.
Contradicciones del destino, el lobby eléctrico, dirigido toda la vida por banqueros, barones de grado y familias de solera como los Ybarra, va a pasar a manos de empresarios del ladrillo.
Iñigo de Oriol y Julián Trincado (fallecido), jamás se habrían imaginado que sus dos empresas de toda la vida -Iberdrola y Unión Fenosa- iban a caer en las garras de las contructoras y que la banca -su vieja aliada de siempre- acabaría saliendo de este exclusivo club del kilovatio.
La semana arrancó con sorpresa. La entrevista que habían mantenido a primeros de septiembre el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, y de Repsol YPF, Antonio Brufau, en la propia sede de la Fundación de la eléctrica en Madrid, filtrada a La Vanguardia, presagiaba que algo iba a ocurrir.
Brufau había estado intentando sin éxito alcanzar con Pizarro un compromiso en torno a la operación de Gas Natural. Había aireado a la prensa catalana el encuentro, pero sin desvelar que había sido un fracaso y que Pizarro le exigió que con la OPA de la gasista encima de la mesa no había tal negociación.
El domingo día 24 corrían insistentes rumores de que los próximos días iban a ser claves para el devenir energético español. El Santander tenía ya la orden desde hacía dos semanas de comprar paquetes de Endesa para Acciona. Otros rumores apuntaban que Florentino Pérez podría dar en algún momento un golpe de timón. Para empezar, había dado órdenes de reforzar su posición en el capital de Unión Fenosa hasta el 40% antes de que cambie la ley de OPAs. Un síntoma de que algo iba a suceder.
Y así fue. Acciona, comandada por la familia Entrecanales, y ACS, dirigida por Florentino, decidieron el lunes y el martes pasar a la acción. El primero, en Endesa. Y, el segundo, en Iberdrola. Dos operaciones que se habían estado calentando en los mercados bursátiles desde hacía meses, pero en las que muy pocos creían. Máxime cuando Gas Natural y E.ON estaban enfrascadas en una guerra a muerte por ver quién se hacía con el control de Endesa.
Florentino Pérez, liberado de sus galácticos del Real Madrid, había decidido pasar página en el fútbol y entrar de lleno en un terreno no muy ajeno a él porque ya había probado suerte en Fenosa. Volvía a recuperar la imagen de presidente agresivo, capaz de devolver la ilusión al Gobierno y recuperar la españolidad de las eléctricas.
Pero ¿quién está detrás de estas dos operaciones?, se preguntan en círculos empresariales y políticos ¿Existe una mano negra que mueve los hilos y que ha animado a José Manuel Entrecanales y a Florentino a entrar en el sector eléctrico? ¿Está detrás Emilio Botín? ¿Lo ha propiciado el Gobierno?
Todos los tiros apuntan en esta última dirección. Acciona y ACS, reúnen todas las condiciones que el Ejecutivo necesita para crear un nuevo mapa energético: que esté pilotado por dos grandes grupos industriales y con participación mayoritaria de capital español. José Manuel Entrecanales y Florentino Pérez mantienen además unas excelentes relaciones con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Economía, Pedro Solbes. Ésta era una de las escasas opciones que le quedaban a Zapatero para salvar la cara ante el fracaso de la operación de Gas Natural y la Caixa y contrarrestar el ataque de la alemana E.ON.
Fuentes del sector aseguran que el verdadero urdidor de todo este plan es Emilio Botín. Conecta muy bien con Zapatero y se ha brindado a dar su apoyo. El Santander es quien presta a Acciona los 7.000 millones de euros. No se descarta que pueda volver temporalmente al capital de Endesa.
Los dos golpes de mano de Acciona y de ACS han caído como un jarro de agua fría tanto en la Caixa como en la sede de Repsol YPF. Precisamente cuando Brufau intentaba reconducir todo a marchas forzadas para que Gas Natural volviera a tener un papel relevante en el futuro mapa eléctrico. El presidente de Repsol YPF estuvo negociando con Sánchez Galán un día antes de que este último recibiera la llamada de Florentino Pérez anunciándole que iba a comprar un 10% de Iberdrola.
Galán se enteró de la operación de ACS por teléfono, justo el mismo martes 26, un día antes de emprender viaje a México. El presidente de ACS ha seguido el mismo guión que aplicó con la entrada en Dragados y la compra de un 22% del capital de Unión Fenosa. En ambos casos, Botín y Pérez cerraron la operación con una simple llamada de teléfono.
Horas antes, Florentino se había entrevistado -la mañana del 26- con el presidente del BBVA, Francisco González, para concretar los términos de la financiación. Previamente, había mantenido contactos con el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes. Florentino Pérez y Sánchez Galán se esperan ver esta semana con Solbes para explicarle los términos de la fusión.
El futuro del nuevo grupo estará en manos de ACS. La constructora se convertirá en el principal accionista y Sánchez Galán llevará la gestión de la eléctrica.
González no ha puesto reparos al proyecto no sólo porque el banco es accionista -controla un 5% de Iberdrola- sino porque entra un nuevo socio -ACS se ha gastado 3.340 millones en adquirir el 10%- que puede restar poder a Sánchez Galán, con quien no se lleva bien. Los continuos flirteos que Galán ha estado realizando en los últimos meses con Brufau y con Gas Natural no han gustado nada al banco ni al resto de los accionistas de la eléctrica.
Por este mismo distanciamiento que tiene con González no está claro si Galán podrá devolverle ahora el favor a Brufau cuando éste le prometió que le vendería a Iberdrola la mayor parte de los activos eléctricos que la gasista tuviera que desinvertir una vez se hiciera con los mandos de Endesa. El presidente de Repsol YPF no sabe qué hacer con Gas Natural. Ha perdido la carrera política y se ha quedado sin pareja en el nuevo baile eléctrico. ¿Qué le queda? «Ponerse a rebufo de Iberdrola y Unión Fenosa», piensan en el sector.
Fuentes próximas han asegurado que Galán no tiene todo el apoyo del BBVA. Su presidente, Francisco, González, se lleva muy bien con el presidente de Endesa, Manuel Pizarro. Ambos son de la misma cuerda política, del PP, y se han sentido heridos con la forma de actuar del máximo ejecutivo de la eléctrica.
Por esa razón, la entrada de Florentino le puede quitar protagonismo a Galán en la compañía, pero también le puede abrir muchas puertas. Hábil en el regate en corto, Florentino sabe jugar sus bazas con inteligencia y, sobre todo, tiene mucha templanza. Acostumbra siempre a dar golpes de efecto y desarmar, de esta forma, al contrario. Así se lo ha demostrado en varias ocasiones a su amigo Emilio Botín. Cuando más enquistadas estaban las negociaciones para la venta de Unión Fenosa, el presidente de ACS se presentó con una oferta por la eléctrica que Botín no pudo rechazar. Ofreció 33 euros por título cuando la compañía cotizaba a 28 euros. Ni el propio Botín se lo podía creer. Tuvo que dejar a un novio en la notaría. Amancio Ortega, dueño de Inditex, tenía prácticamente cerrada la operación, pendiente sólo para firmar, y el presidente del Santander dio marcha atrás.
Pérez y Galán pueden ser el contrapeso en la fusión de Iberdrola y Unión Fenosa. El presidente de Iberdrola no tiene esos golpes tan veloces, pero juega con astucia y sabe esperar la presa. En las últimas fechas, ha aprovechado todos los foros en los que participaba para enviar mensajes al Gobierno pidiendo ayuda. Aprendió muy bien de su padrino Iñigo de Oriol y se ha convertido en el presidente más duro a la hora de negociar con Industria.
Tras comprobar que la operación de Gas Natural se iba al traste por la OPA de E.ON, Galán no ha dejado de buscar apoyos. En los últimos meses, no ha dejado de aparecer en actos públicos y siempre que ha podido ha lanzado mensajes a Zapatero. Sostiene que en el sector de la energía «uno más uno no suman dos», en referencia a las condiciones de desinversiones que el Gobierno ha impuesto a otros proyectos de fusión. En un seminario energético celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, Galán exigió al Gobierno una moratoria para las concentraciones transfronterizas hasta tanto no se resuelva el marco regulatorio español sobre fusiones.
Sabía que en ese foro se encontraban miembros del Gobierno y que el mensaje iba a llegar a Moncloa. En la sala se encontraba el ex ministro de Industria, Claudio Aranzadi, una de las personas que suena como candidato a sustituir a Manuel Pizarro en Endesa, si E.ON se hace con los mandos de la eléctrica.
Galán es un todoterreno. Tan pronto viaja en el avión privado alquilado por su empresa para presidir un seminario, como se desplaza a cenar en Bruselas con el comisario de Energía, Andris Piebalg, para reclamar la liberalización de las tarifas.
En el caso de que haya fusión, no está claro el papel que va a jugar el BBVA. Eso sí, apoyaría un proyecto con un núcleo duro de capital español. Cuando se produjo la OPA de Gas Natural sobre Iberdrola, la entidad vasca no respaldó la operación porque la consideraban hostil.
El primero, en cambio, en dar la sorpresa esta semana y lanzar un auténtico torpedo contra el sector eléctrico fue José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, hijo primogénito de José María Entrecanales. Desde hacía tiempo, Acciona había intentado entrar en el sector, pero lo único que había logrado eran operaciones de pequeña envergadura en el negocio de las energías verdes.
Junto con su rival FCC, fue uno de los caballeros blancos que aparecieron para acudir en ayuda del Gobierno cuando entró E.ON en la pugna por el control de Endesa. Intentó hacerse con el paquete que tenía el Santander en Unión Fenosa, pero Florentino Pérez pujó más. Su objetivo ahora es llegar a tener el 25% de Endesa y está dispuesto a negociar un pacto con los alemanes.
José Manuel Entrecanales, forjado en el seno de una familia de tradición empresarial, especialmente en el sector de la construcción, había descartado entrar en el accionariado de Iberdrola por sus malas relaciones con Sánchez Galán, cuando ambos coincidieron en la antigua Airtel. Entonces, era público y notorio que entre ellos había una falta de química. Esto ha hecho decantarse a Entrecanales por Endesa y dejar libre a Iberdrola para no enfrentarse a Florentino Pérez.
Con tan solo 43 años, se ha convertido en uno de los empresarios con más proyección, aunque no hay duda de que sus dos apellidos, Entrecanales y Domecq, han influido en su ascendente carrera. Pese a su carácter fuerte, se le considera un lince para los negocios.
José Manuel Entrecanales siguió sin pestañear el lunes, día 25, desde su despacho de la sede social de la compañía, en La Moraleja, toda la operación de compra de acciones. La contratación comenzó tras cerrar la Bolsa y, en menos de una hora, los brokers del Santander habían cubierto el 10% del capital. Entrecanales no abandonó ese día el sillón presidencial hasta altas horas de la madrugada. Unicamente dejó el puesto para comunicar la operación en persona al asesor económico de Moncloa, Miguel Sebastián, y al presidente de la CNMV, Manuel Conthe. Cuando se acercó a la sede del PP se encontró con que no estaba Mariano Rajoy y tuvo que despachar con Miguel Arias Cañete. A Pedro Solbes le informó Rodrigo Uría.
Caja Madrid y Miguel Blesa, serán su principal aliado en el proyecto para detener las intenciones de E.ON. Blesa, que había pasado de ser un hombre derrotado por Manuel Pizarro antes de la OPA de Gas Natural, se ha convertido en una de las personas clave. Antes del verano presagiaba ya que iba a añadirse un tercero en la puja por Endesa.
Él mismo dice que en toda esta guerra ha permanecido de forma contemplativa. «Esto me ha dado muchas ventajas en esta operación», asegura. Dispone de 2.000 millones de euros para posibles eventualidades.
Contradicciones del destino, el lobby eléctrico, dirigido toda la vida por banqueros, barones de grado y familias de solera como los Ybarra, va a pasar a manos de empresarios del ladrillo.
Iñigo de Oriol y Julián Trincado (fallecido), jamás se habrían imaginado que sus dos empresas de toda la vida -Iberdrola y Unión Fenosa- iban a caer en las garras de las contructoras y que la banca -su vieja aliada de siempre- acabaría saliendo de este exclusivo club del kilovatio.
La semana arrancó con sorpresa. La entrevista que habían mantenido a primeros de septiembre el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, y de Repsol YPF, Antonio Brufau, en la propia sede de la Fundación de la eléctrica en Madrid, filtrada a La Vanguardia, presagiaba que algo iba a ocurrir.
Brufau había estado intentando sin éxito alcanzar con Pizarro un compromiso en torno a la operación de Gas Natural. Había aireado a la prensa catalana el encuentro, pero sin desvelar que había sido un fracaso y que Pizarro le exigió que con la OPA de la gasista encima de la mesa no había tal negociación.
El domingo día 24 corrían insistentes rumores de que los próximos días iban a ser claves para el devenir energético español. El Santander tenía ya la orden desde hacía dos semanas de comprar paquetes de Endesa para Acciona. Otros rumores apuntaban que Florentino Pérez podría dar en algún momento un golpe de timón. Para empezar, había dado órdenes de reforzar su posición en el capital de Unión Fenosa hasta el 40% antes de que cambie la ley de OPAs. Un síntoma de que algo iba a suceder.
Y así fue. Acciona, comandada por la familia Entrecanales, y ACS, dirigida por Florentino, decidieron el lunes y el martes pasar a la acción. El primero, en Endesa. Y, el segundo, en Iberdrola. Dos operaciones que se habían estado calentando en los mercados bursátiles desde hacía meses, pero en las que muy pocos creían. Máxime cuando Gas Natural y E.ON estaban enfrascadas en una guerra a muerte por ver quién se hacía con el control de Endesa.
Florentino Pérez, liberado de sus galácticos del Real Madrid, había decidido pasar página en el fútbol y entrar de lleno en un terreno no muy ajeno a él porque ya había probado suerte en Fenosa. Volvía a recuperar la imagen de presidente agresivo, capaz de devolver la ilusión al Gobierno y recuperar la españolidad de las eléctricas.
Pero ¿quién está detrás de estas dos operaciones?, se preguntan en círculos empresariales y políticos ¿Existe una mano negra que mueve los hilos y que ha animado a José Manuel Entrecanales y a Florentino a entrar en el sector eléctrico? ¿Está detrás Emilio Botín? ¿Lo ha propiciado el Gobierno?
Todos los tiros apuntan en esta última dirección. Acciona y ACS, reúnen todas las condiciones que el Ejecutivo necesita para crear un nuevo mapa energético: que esté pilotado por dos grandes grupos industriales y con participación mayoritaria de capital español. José Manuel Entrecanales y Florentino Pérez mantienen además unas excelentes relaciones con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Economía, Pedro Solbes. Ésta era una de las escasas opciones que le quedaban a Zapatero para salvar la cara ante el fracaso de la operación de Gas Natural y la Caixa y contrarrestar el ataque de la alemana E.ON.
Fuentes del sector aseguran que el verdadero urdidor de todo este plan es Emilio Botín. Conecta muy bien con Zapatero y se ha brindado a dar su apoyo. El Santander es quien presta a Acciona los 7.000 millones de euros. No se descarta que pueda volver temporalmente al capital de Endesa.
Los dos golpes de mano de Acciona y de ACS han caído como un jarro de agua fría tanto en la Caixa como en la sede de Repsol YPF. Precisamente cuando Brufau intentaba reconducir todo a marchas forzadas para que Gas Natural volviera a tener un papel relevante en el futuro mapa eléctrico. El presidente de Repsol YPF estuvo negociando con Sánchez Galán un día antes de que este último recibiera la llamada de Florentino Pérez anunciándole que iba a comprar un 10% de Iberdrola.
Galán se enteró de la operación de ACS por teléfono, justo el mismo martes 26, un día antes de emprender viaje a México. El presidente de ACS ha seguido el mismo guión que aplicó con la entrada en Dragados y la compra de un 22% del capital de Unión Fenosa. En ambos casos, Botín y Pérez cerraron la operación con una simple llamada de teléfono.
Horas antes, Florentino se había entrevistado -la mañana del 26- con el presidente del BBVA, Francisco González, para concretar los términos de la financiación. Previamente, había mantenido contactos con el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes. Florentino Pérez y Sánchez Galán se esperan ver esta semana con Solbes para explicarle los términos de la fusión.
El futuro del nuevo grupo estará en manos de ACS. La constructora se convertirá en el principal accionista y Sánchez Galán llevará la gestión de la eléctrica.
González no ha puesto reparos al proyecto no sólo porque el banco es accionista -controla un 5% de Iberdrola- sino porque entra un nuevo socio -ACS se ha gastado 3.340 millones en adquirir el 10%- que puede restar poder a Sánchez Galán, con quien no se lleva bien. Los continuos flirteos que Galán ha estado realizando en los últimos meses con Brufau y con Gas Natural no han gustado nada al banco ni al resto de los accionistas de la eléctrica.
Por este mismo distanciamiento que tiene con González no está claro si Galán podrá devolverle ahora el favor a Brufau cuando éste le prometió que le vendería a Iberdrola la mayor parte de los activos eléctricos que la gasista tuviera que desinvertir una vez se hiciera con los mandos de Endesa. El presidente de Repsol YPF no sabe qué hacer con Gas Natural. Ha perdido la carrera política y se ha quedado sin pareja en el nuevo baile eléctrico. ¿Qué le queda? «Ponerse a rebufo de Iberdrola y Unión Fenosa», piensan en el sector.
Fuentes próximas han asegurado que Galán no tiene todo el apoyo del BBVA. Su presidente, Francisco, González, se lleva muy bien con el presidente de Endesa, Manuel Pizarro. Ambos son de la misma cuerda política, del PP, y se han sentido heridos con la forma de actuar del máximo ejecutivo de la eléctrica.
Por esa razón, la entrada de Florentino le puede quitar protagonismo a Galán en la compañía, pero también le puede abrir muchas puertas. Hábil en el regate en corto, Florentino sabe jugar sus bazas con inteligencia y, sobre todo, tiene mucha templanza. Acostumbra siempre a dar golpes de efecto y desarmar, de esta forma, al contrario. Así se lo ha demostrado en varias ocasiones a su amigo Emilio Botín. Cuando más enquistadas estaban las negociaciones para la venta de Unión Fenosa, el presidente de ACS se presentó con una oferta por la eléctrica que Botín no pudo rechazar. Ofreció 33 euros por título cuando la compañía cotizaba a 28 euros. Ni el propio Botín se lo podía creer. Tuvo que dejar a un novio en la notaría. Amancio Ortega, dueño de Inditex, tenía prácticamente cerrada la operación, pendiente sólo para firmar, y el presidente del Santander dio marcha atrás.
Pérez y Galán pueden ser el contrapeso en la fusión de Iberdrola y Unión Fenosa. El presidente de Iberdrola no tiene esos golpes tan veloces, pero juega con astucia y sabe esperar la presa. En las últimas fechas, ha aprovechado todos los foros en los que participaba para enviar mensajes al Gobierno pidiendo ayuda. Aprendió muy bien de su padrino Iñigo de Oriol y se ha convertido en el presidente más duro a la hora de negociar con Industria.
Tras comprobar que la operación de Gas Natural se iba al traste por la OPA de E.ON, Galán no ha dejado de buscar apoyos. En los últimos meses, no ha dejado de aparecer en actos públicos y siempre que ha podido ha lanzado mensajes a Zapatero. Sostiene que en el sector de la energía «uno más uno no suman dos», en referencia a las condiciones de desinversiones que el Gobierno ha impuesto a otros proyectos de fusión. En un seminario energético celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, Galán exigió al Gobierno una moratoria para las concentraciones transfronterizas hasta tanto no se resuelva el marco regulatorio español sobre fusiones.
Sabía que en ese foro se encontraban miembros del Gobierno y que el mensaje iba a llegar a Moncloa. En la sala se encontraba el ex ministro de Industria, Claudio Aranzadi, una de las personas que suena como candidato a sustituir a Manuel Pizarro en Endesa, si E.ON se hace con los mandos de la eléctrica.
Galán es un todoterreno. Tan pronto viaja en el avión privado alquilado por su empresa para presidir un seminario, como se desplaza a cenar en Bruselas con el comisario de Energía, Andris Piebalg, para reclamar la liberalización de las tarifas.
En el caso de que haya fusión, no está claro el papel que va a jugar el BBVA. Eso sí, apoyaría un proyecto con un núcleo duro de capital español. Cuando se produjo la OPA de Gas Natural sobre Iberdrola, la entidad vasca no respaldó la operación porque la consideraban hostil.
El primero, en cambio, en dar la sorpresa esta semana y lanzar un auténtico torpedo contra el sector eléctrico fue José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, hijo primogénito de José María Entrecanales. Desde hacía tiempo, Acciona había intentado entrar en el sector, pero lo único que había logrado eran operaciones de pequeña envergadura en el negocio de las energías verdes.
Junto con su rival FCC, fue uno de los caballeros blancos que aparecieron para acudir en ayuda del Gobierno cuando entró E.ON en la pugna por el control de Endesa. Intentó hacerse con el paquete que tenía el Santander en Unión Fenosa, pero Florentino Pérez pujó más. Su objetivo ahora es llegar a tener el 25% de Endesa y está dispuesto a negociar un pacto con los alemanes.
José Manuel Entrecanales, forjado en el seno de una familia de tradición empresarial, especialmente en el sector de la construcción, había descartado entrar en el accionariado de Iberdrola por sus malas relaciones con Sánchez Galán, cuando ambos coincidieron en la antigua Airtel. Entonces, era público y notorio que entre ellos había una falta de química. Esto ha hecho decantarse a Entrecanales por Endesa y dejar libre a Iberdrola para no enfrentarse a Florentino Pérez.
Con tan solo 43 años, se ha convertido en uno de los empresarios con más proyección, aunque no hay duda de que sus dos apellidos, Entrecanales y Domecq, han influido en su ascendente carrera. Pese a su carácter fuerte, se le considera un lince para los negocios.
José Manuel Entrecanales siguió sin pestañear el lunes, día 25, desde su despacho de la sede social de la compañía, en La Moraleja, toda la operación de compra de acciones. La contratación comenzó tras cerrar la Bolsa y, en menos de una hora, los brokers del Santander habían cubierto el 10% del capital. Entrecanales no abandonó ese día el sillón presidencial hasta altas horas de la madrugada. Unicamente dejó el puesto para comunicar la operación en persona al asesor económico de Moncloa, Miguel Sebastián, y al presidente de la CNMV, Manuel Conthe. Cuando se acercó a la sede del PP se encontró con que no estaba Mariano Rajoy y tuvo que despachar con Miguel Arias Cañete. A Pedro Solbes le informó Rodrigo Uría.
Caja Madrid y Miguel Blesa, serán su principal aliado en el proyecto para detener las intenciones de E.ON. Blesa, que había pasado de ser un hombre derrotado por Manuel Pizarro antes de la OPA de Gas Natural, se ha convertido en una de las personas clave. Antes del verano presagiaba ya que iba a añadirse un tercero en la puja por Endesa.
Él mismo dice que en toda esta guerra ha permanecido de forma contemplativa. «Esto me ha dado muchas ventajas en esta operación», asegura. Dispone de 2.000 millones de euros para posibles eventualidades.
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