Mientras los crecientes gastos sociales asumidos por Petróleos de Venezuela presionaron el año pasado sus cuentas nacionales, los costos y gastos incurridos en el exterior parecen habérsele ido de las manos a la estatal.
El balance de 2005 presentado por el presidente de la compañía, Rafael Ramírez, evidencia que aun cuando los negocios internacionales lograron sumar ingresos de 54.304 millones de dólares el año pasado ($8.600 millones por encima de lo logrado en territorio nacional), la ganancia neta resultante fue de apenas 1.857 millones de dólares, es decir, poco más de 3,4%.
Si se revisa con cuidado el balance de las filiales externas, entre las cuales se encuentran Citgo (Estados Unidos) y Ruhr Oel (Alemania), se puede observar que el talón de Aquiles es la abultada partida de costos y gastos, que el año pasado alcanzó 51.779 millones de dólares, mientras que los costos nacionales bajaron significativamente versus el año anterior, al situarse en 14.536 millones de dólares.
De acuerdo con lo explicado por Ramírez, esos altos costos y gastos en el exterior son, en buena parte, atribuibles a las compras de crudos foráneos y derivados terminados para alimentar un circuito de refinación que supera los 2 millones de barriles diarios fuera de las fronteras venezolanas. De hecho, el desembolso que hicieron las filiales externas en impuestos fue de apenas 668 millones de dólares versus $5.150 millones que se dedicaron a ese fin en el país.
Estos números confirman los argumentos esgrimidos por Pdvsa y Citgo, cuando en julio anunciaron el recorte en 14% de la provisión de combustibles en Estados Unidos, afectando con ello a 1.800 estaciones de servicio, de las cuales 1.200 pertenecen a la red 7 Eleven.
No obstante, Pdvsa aún no ha difundido con detalle el estatus de otros negocios que por su ubicación geográfica hacen inviable el uso de crudos venezolanos, como es el caso del circuito Ruhr Oel en Alemania. Según Ramírez, todas las filiales externas (que son 190) siguen en revisión.
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