En los últimos negocios de ventas de empresas, ha llamado la atención la diferencia entre el precio fijado por la valoración y el monto de la venta.
El pasado viernes muchos pensaban que los fondos de pensiones, aliados con la multinacional canadiense Enbridge, se quedarían con el control de Ecogás, la mayor empresa transportadora de gas natural del país.
Todo apuntaba al éxito de este proceso que se perfilaba como el que serviría para demostrar que las entidades del sector solidario podían comenzar a convertirse en dueñas de la infraestructura.
Pero no fue así. El precio ofrecido por los fondos de pensiones de 1,96 billones de pesos se ubicó por debajo del mínimo establecido por el Gobierno.
¿Qué pasó? ¿Falló la valoración de los fondos? ¿Se descacharon todos?
Fuentes vinculadas al proceso señalaron que la banca de inversión Santander Investment, contratada por el Gobierno para estructurar la venta, le puso el día de la audiencia sobre la mesa al ministro de Hacienda, la directora de DNP y al ministro de Minas ad hoc, Andrés Uriel Gallego, unos precios de referencia para que ellos tomaran la decisión final de escoger el que más consideraran conveniente.
Los miembros del Gobierno optaron por uno de los más altos en aras de buscar la maximización de los ingresos para la Nación y de paso evitarse dolores de cabeza posteriores con organismos de control.
Luis Fernando Alarcón, presidente de Asofondos, afirmó que así sea muy rigurosa la valoración técnica de una empresa también hay un grado de subjetividad. “En últimas no todas las cosas valen lo mismo para todo el mundo”.
“En estas cosas cada uno tiene su visión pues la rentabilidad de una compañía puede depender de cómo se ve el mercado de suministro de gas, cómo se ven los volúmenes a transportar, las expansiones que haya que hacer y cómo se ven los gastos operativos”, agregó.
Los fondos de pensiones estuvieron asesorados por la banca de inversión JP Morgan pero además trabajaron en llave con Enbridge, una multinacional experta en el transporte de hidrocarburos que conoce al dedillo el negocio.
Para el presidente de Ecogás, Carlos Alberto Gómez, el error de los que valoraron la compañía o de los que asesoraron a los fondos fue no mirar más allá de los flujos de caja descontados. “En las visitas que hicieron al cuarto de datos de la empresa muchas veces se les dijo que el negocio de Ecogás no estaba en la compra misma de la empresa sino en las oportunidades futuras”, dijo Gómez.
Pero no solo ha llamado la atención la valoración de Ecogás. En las últimas ventas y privatizaciones, el precio fijado por el banquero de inversión, difieren de lo que finalmente pagan los inversionistas.
El pasado viernes muchos pensaban que los fondos de pensiones, aliados con la multinacional canadiense Enbridge, se quedarían con el control de Ecogás, la mayor empresa transportadora de gas natural del país.
Todo apuntaba al éxito de este proceso que se perfilaba como el que serviría para demostrar que las entidades del sector solidario podían comenzar a convertirse en dueñas de la infraestructura.
Pero no fue así. El precio ofrecido por los fondos de pensiones de 1,96 billones de pesos se ubicó por debajo del mínimo establecido por el Gobierno.
¿Qué pasó? ¿Falló la valoración de los fondos? ¿Se descacharon todos?
Fuentes vinculadas al proceso señalaron que la banca de inversión Santander Investment, contratada por el Gobierno para estructurar la venta, le puso el día de la audiencia sobre la mesa al ministro de Hacienda, la directora de DNP y al ministro de Minas ad hoc, Andrés Uriel Gallego, unos precios de referencia para que ellos tomaran la decisión final de escoger el que más consideraran conveniente.
Los miembros del Gobierno optaron por uno de los más altos en aras de buscar la maximización de los ingresos para la Nación y de paso evitarse dolores de cabeza posteriores con organismos de control.
Luis Fernando Alarcón, presidente de Asofondos, afirmó que así sea muy rigurosa la valoración técnica de una empresa también hay un grado de subjetividad. “En últimas no todas las cosas valen lo mismo para todo el mundo”.
“En estas cosas cada uno tiene su visión pues la rentabilidad de una compañía puede depender de cómo se ve el mercado de suministro de gas, cómo se ven los volúmenes a transportar, las expansiones que haya que hacer y cómo se ven los gastos operativos”, agregó.
Los fondos de pensiones estuvieron asesorados por la banca de inversión JP Morgan pero además trabajaron en llave con Enbridge, una multinacional experta en el transporte de hidrocarburos que conoce al dedillo el negocio.
Para el presidente de Ecogás, Carlos Alberto Gómez, el error de los que valoraron la compañía o de los que asesoraron a los fondos fue no mirar más allá de los flujos de caja descontados. “En las visitas que hicieron al cuarto de datos de la empresa muchas veces se les dijo que el negocio de Ecogás no estaba en la compra misma de la empresa sino en las oportunidades futuras”, dijo Gómez.
Pero no solo ha llamado la atención la valoración de Ecogás. En las últimas ventas y privatizaciones, el precio fijado por el banquero de inversión, difieren de lo que finalmente pagan los inversionistas.
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