ARGENTINA: Debilidades, limitaciones y condicionamientos energéticos

ARGENTINA

by Aldo Bonaveri

Para comenzar el análisis corresponde mencionar que a partir de las privatizaciones no se efectuaron obras trascendentales, y como no podría ser de otra manera ahora se pagan las consecuencias. Tales faltas de inversiones constituyen una situación grave; no se han construido represas ni usinas. Recién este año se están licitando dos usinas de 800 megas, por lo que no es tan difícil deducir la ausencia de proyectos coherentes, vocación de anteponerse a los acontecimientos, como así también la subestimación de la temática.

Indudablemente el intríngulis energético se ha posicionado como uno de los grandes interrogantes de la economía argentina. Para el Gobierno, no se corre peligro de restricciones en la provisión de energía y desabastecimiento de combustibles, desestimando los vaticinios que auguran sombras en ambos frentes. A su vez, varios versados en estos tópicos sostienen, que no se compadece una demanda ascendente sostenida, con la oferta que no alcanza el mismo ritmo de crecimiento, presagiando para un futuro no muy distante dificultades de consideración.

La falta de obras de infraestructura en centrales energéticas, como de exploraciones en hidrocarburos tendrá un costo calculado en los 4.700 millones de pesos, que deberá ser afrontado por el gobierno y los grandes usuarios, consecuencia de la sinergia creada por una superior demanda interna de gas y electricidad, y el incremento operado en los precios de los combustibles importados. Si bien el año anterior fue necesario recurrir a soluciones fuera de las fronteras, el impacto sobre las divisas que arrojará al finalizar 2006, se estima en 50% extra.

De acuerdo a la política de precios instrumentada por las autoridades nacionales, el grueso de los mayores costos que se origina por este rubro será solventado con recursos del Tesoro, y en menor proporción se trasladará a los grandes clientes del sector industrial y comercial. Tal como viene sucediendo hasta el presente, la decisión oficial es seguir conservando al margen, a los usuarios residenciales y soportar los cargos económicos que acaecerán por el impacto del brete energético. Concretamente, las mayores erogaciones serán para atender la compra de combustibles líquidos para las usinas térmicas, los incrementados volúmenes y precios del gas proveniente de Bolivia y la exención fiscal para facilitar la importación transitoria de gasoil.

GAS
Una evidencia de la falta de planificación lo refleja de cuerpo entero, la incongruencia en las previsiones de gas. Solamente 16 meses atrás, nuestro país rechazó una propuesta del entonces presidente de Bolivia, Carlos Mesa Gisbert, por la cual desde el altiplano nos suministrarían un volumen semejante a la provisión actual, salvo que la oferta contemplaba un precio de u$s 2,20 por millón de BTU, la negativa esgrimida en la ocasión se fundaba en que nuestro país “producía todo el gas que requería”.

Como siguió la historia es bien conocido; el convenio celebrado en junio con Bolivia determinó que los u$s 3,40 dólares por millón de BTU, pasaran a u$s 5, si bien es cierto que los valores internacionales son muy superiores, no podemos desconocer que en el mercado interno el combustible se factura a importes drásticamente inferiores. Por ejemplo; las generadoras de electricidad pagan u$s 1,20 por millón de BTU, en tanto que las industrias lo reciben a u$s 1,40 .

El acuerdo comercial celebrado con el presidente Evo Morales que regirá por 20 años, determina que se importa 7.700.000 de metros3 diarios., estableciéndose además que se podrán sumar 20 millones en el caso de que el consumo de nuestro país así lo requiera. Un detalle importante a considerar al respecto, es que para que para concretar esa extensión será menester adecuar la hoy insuficiente capacidad de transporte. De todas formas el costo del gas boliviano no está asegurado por la vigencia contractual; sobre el particular, el gobierno boliviano ya anticipó a su par argentino, que a partir de principio del 2007 pretende incrementar el valor del fluido remitido a nuestro país en un 20%.

En el ajedrez de los tratados internacionales, Argentina exporta gas a Chile y Uruguay, justamente con los trasandinos se produjeron “chisporroteos” primero por el corte parcial del suministro y luego por el nuevo precio aplicado (tras las correcciones acordadas con Bolivia). Lógicamente a las multinacionales que explotan en nuestro país el recurso les resulta más apetitoso atender el mercado externo; para neutralizar el efecto que ello tendría sobre los consumos locales, el gobierno implementa el aumento de las retenciones a las exportaciones, al tiempo de amortiguar las cargas al erario público.

Compramos, vendemos, ¿Cuál es la situación de autoabastecimiento?, el déficit ronda el 7%- 8% del consumo total. La mayor dificultad se verifica en el transporte, sector al que por mucho tiempo se lo desatendió, en ese aspecto la administración Kirchner destino inversiones, las que en un par de años brindarán sus frutos.

En cuanto a la producción nacional, cabe mencionar que comparando el primer semestre del año pasado con el corriente, en el 2005 se había registrado una caída del 1,4% respecto al 2004, en tanto que enero-junio del actual acumuló un alza del 1,51%, alcanzando una marca de 25.525,3 millones de m3. Estos guarismos no son para minimizar, puesto que casi un 50% de la matriz energética está vinculada con ese fluido. En el balance domestico se observa cierta disminución en los yacimientos de Loma La Lata, explotado por Repsol YPF, y de los emplazados en el Noroeste, pero ello fue subsanado por el acrecentamiento operado en la Cuenca Austral.

Austral que por estos días se aproxima a detentar el 25% de la producción nacional, experimentó el récord de crecimiento con un 13% más con relación al mismo período de 2005. Confluyeron a este comportamiento la producción añadida de los emprendimientos marítimos Carina y Aries, frente a las costa de Tierra del Fuego, en asociación con Wintershall y de PAE. La empresa de los Bulgheroni aportó un acrecentamiento de casi un 7%, en tanto Petrobras, creció un 4%. A la inversa Repsol YPF, que se mantuvo al frente de la oferta con un 28% del total, declino casi un 8%. En el sector se aguardan para el ciclo 2007-2009 inversiones del orden de los u$s 6.000 millones, estás estarán dirigidas a la incorporación de reservas e incrementar la producción de hidrocarburos.

En materia de precios en el suministro a la industria (que concentra el 30% del consumo total) se avecinan algunas complicaciones no simples de resolver; los rubros de mayor consumo pertenecen la química y petroquímica, la siderúrgica, la alimenticia, la metalúrgica, la aceitera y la cementera. Como se especificó más arriba, este sector en su mayoría abona u$s 1,40 el millón de BTU, (hay tarifas que van hasta los u$s 2 la unidad de medida), un alto porcentaje de los contratos expiran a fin de año, y por ende ya ha comenzado la negociación para renovar dichos acuerdos, la posición de las petroleras se muestra firme en la pretensión de u$s 2,75 por millón de BTU. Claro está que en las tarifas que se vienen, existe una influencia directa de los acuerdos cerrados con Bolivia. A ello deberá anexarse un nuevo cargo por fideicomiso para ampliar el sistema de transporte, que todavía no se factura.

PETROLEO
Un dato no menor que hoy no muchos recuerdan es que hasta 1997 Argentina y Brasil producían la misma cantidad de barriles de petróleo. Hoy el socio mayor del MERCOSUR obtiene 1.800.000 barriles, en tanto nuestro país solamente 600.000. La gran diferencia radica en que nuestros vecinos cualquiera fuera el signo político que ocupó el Planalto, han sabido concretar políticas definidas, coherentes y continuadas por las diferentes administraciones, fueron capaces de fortalecer a su estatal, Petrobras, la que obtiene ganancias y las reinvierte nuevas exploraciones. Ellos son tan previsibles en materia energética como en otras áreas, establecen reglas de juego claras y las respetan. Argentina, consecuentemente con el desenvolvimiento operado en otros terrenos, en materia petrolera nos hemos manejado con la improvisación y el cortoplacismo. Tan errático proceder será el camino que nos conducirá en menos de un lustro a la importación.

Por haber interrumpido la exploración petrolera nuestro país se instala al límite de su capacidad de autoabastecimiento, que ostenta desde hace 15 años. De no acontecer cambios substanciales, algunas consultoras advierten que en 2009, de mantenerse la actual cotización internacional, se precisarían más de 1.000 millones de dólares para cubrir los déficit que para esa fecha (los más pesimistas auguran que antes), demandará el mercado nacional.

El año último la producción de petróleo declinó un 3,9 % en nuestro país, mientras que en Brasil se potenciaba al ritmo del incremento de la exploración y explotación de crudo en el mundo. Perder el estatus de autoabastecimiento puede colocar al país de cara a complicaciones de certidumbre en el suministro y obligarlo a pagar por un petróleo más caro. Tal circunstancia desencadenaría en valores substancialmente más elevados de los que hoy conoce el consumo vernáculo.

Ese escenario tendría un impacto muy fuerte, habida cuenta que los precios reinantes de los combustibles en nuestro territorio están totalmente divorciados de los que se manejan en el mundo, de allí que para sostener esa situación en un escenario de importación acrecentada el Estado tendría que recurrir a subsidios, cuyo costo significaría un castigo difícil de soportar para las finanzas nacionales.

Para graficar más nítidamente el cuadro de situación corresponde señalar que luego de 1998, año en que se logró la mayor producción de la historia, la explotación del petróleo arroja descensos en la producción del 21%; lo que equivale a retrotraernos a volúmenes que se compadecen a los registrados antes de las desregulación, con la diferencia substancial que el panorama actual de reservas es muy inferior al de entonces. El resultado de la extracción verificada durante el primer semestre del año muestra una nueva caída de 18.900.000. de m3.

Estamos asistiendo a un crecimiento general de la economía internacional traccionada por el fortalecimiento de China y la India, con repercusión en la región y en menor medida en los países centrales, ello gravita considerablemente en el acrecimiento de la demanda petrolera, razón por la cual los países con crudo realizan ingentes esfuerzos para optimizar su producción, lamentablemente aquí no existen políticas que estimulen el equipamiento y la tecnificación. Así es como la conjunción de manejos equivocados, y la carencia de alicientes para la exploración de nuevos pozos, sumado a la ausencia de un marco jurídico confiable, resultan los factores determinantes para que nuestro país se encuentre inmovilizado en la materia, pese a haberse superado la severa crisis que desató el estallido de la convertibilidad, y el posterior crecimiento sostenido. Si los responsables no aciertan en establecer políticas de largo plazo, y se fijan metas que espoleen el arribo de capitales, difícilmente se podrá revertir la inconsistencia estructural del sistema energético.

En el mercado interno la repercusión se exterioriza en la falta de gasoil, la que no tomó una magnitud superior como consecuencia de la preocupante sequía que azota buena parte del territorio nacional, lo que de alguna manera le está “dando tiempo” al gobierno para abordar las medidas conducentes, que no son otras que el ingreso de fronteras afuera, de este vital insumo para la producción. El problema no es nuevo, se manifestó en marzo del 2005, ocasión en que se importaron 600.000 metros cúbicos de gasoil libres de gravámenes, y el junio pasado cuando se trajeron del exterior 200.000 m3. Ante la reiteración se dispuso la compra a Venezuela de otros 600.000 m3, exceptuando a las petroleras de los impuestos (fondos estos destinados a financiar obras viales y subsidiar a las empresas de transportes) este aditamento resulta imprescindible dado el defasaje entre precios externos e internos; de cualquier manera, si las empresas no se hicieran cargo de la totalidad del cupo en cuestión, será ENARSA quien se obligue con la diferencia. Fuentes próximas a los factores de decisión afirman que para fin de mes se contará con los cargamentos, al tiempo que aseveran la garantización normal del suministro.

En síntesis, para mantener las reservas de petróleo y de gas, deben destinarse más de 1000 millones de dólares por año sólo en exploración, las inversiones actuales son meramente paliativas.

Recientemente ENARSA ha llegado a un acuerdo con Repsol YPF y Petrobrás, por la cual se exploraran conjuntamente dos áreas marítimas de alto riesgo, situadas a 250 kilómetros de Mar del Plata y al sur de la provincia de Río Negro. El instrumento contempla que la estatal nacional y Petrobrás se harán acreedoras al 35% cada uno de lo producido, quedando el 30% al holding español. El operador en la zona será la empresa brasileña, (dueña del 85% de sus reservas en el mundo en exploraciones "off shore"). El capital será aportado por las petroleras foráneas, en tanto que ENARSA, solo en el caso que se descubra el petróleo, practicará en especie el aporte inherente a su participación.

ENERGIA ELECTRICA
Las palabras autorizadas en el tema lo vienen señalando desde tres años atrás; “se requiere la realización de obras substanciales, para atender las necesidades que ocurrirán cuando sobrevenga la recuperación económica”, el gobierno hizo oídos sordos a tales advertencias, en un principio podría haberse comprendido la actitud, en virtud de la urgencia en “apagar el incendio”, a Dios gracias se fueron sorteando los problemas más grave y el país lleva un trienio creciendo por encima de los cálculos más optimistas, pero igualmente muy poco se efectuó para solucionar el tema de fondo. Las acciones emprendidas en este lapso son insuficientes y sus beneficios fueron desbordados por la considerable evolución de la actividad industrial. Actualmente la energía eléctrica es frágil por la generación y el transporte. Lo realmente trascendente en estos procesos, es que cualquier inversión no proporciona resultados en menos de cuatro años.

Equivocadamente en el centro del poder se privilegió el “hacer política con la energía, sobre contar con políticas energéticas”; la consecuencia de esta ecuación se sintetiza en falta de inversión, y esto deriva en el estado de indefección que nos hace “transitar sobre la cornisa”. El sistema energético nacional, coinciden los expertos requiere la incorporación 1000 megawatts por año de capacidad generadora, distinta sería hoy la situación si por ejemplo se hubiera adoptado un plan en esa dirección en el 2004.

Hoy tenemos una dependencia mayúscula de las lluvias y de las temperaturas extremas, en julio tuvimos un pico de demanda que se constituyó en récord histórico 17.400 megavatios, quedamos prácticamente al límite de la capacidad disponible (menos de 18.000 megavatios), que es lo mismo que decir al borde del colapso, con esa marca no deberíamos contar con menos de 20.000 megavatios. Cabe destacar que cualquier país confiable en materia energética dispone de un margen de seguridad que va del 20% al 25%, la lógica de ello es no quedar a merced de cualquier contratiempo que se presente en las centrales generadoras, que todo el sistema responda bien y no se caiga una línea de alta tensión. Corresponde añadir que al causarse la máxima demanda, fue menester a recurrir nuevamente a Brasil importando temporalmente a razón de 300 megavatios/hora.

En los últimos años casi no se han producido incorporaciones de potencia. De una demanda en hora pico de día hábil del orden de 12.000 megavatios en 2002 se ha pasado ahora a más de 17.000 en los días fríos. El sistema está al límite, por que no quedan reservas sin emplear, además de quemar gas, fuel oil o gasoil, “ad-referéndum de disponibilidades”.

Como queda dicho la reacción de la economía es el principal factor del aumento ascendente del consumo, pero también debe agregarse que hay un uso domiciliario más intensivo, lo que está directamente vinculado al subvalúo de las tarifas en nuestro país, estas en Chile y Brasil triplican el valor en moneda real. Tan bajo costo no es gratis, solo significa un aplazamiento con consecuencias inciertas, que más temprano o más tarde, de una u otra manera vamos a pagar los argentinos. Las empresas concesionarias, tanto privadas, como públicas (provinciales), trabajan a pérdida, otro tanto ocurre con las cooperativas (es decir nosotros los propios usuarios) diseminadas por todo el territorio nacional, invariablemente operan con quebrantos operativos ¿Cuánto tiempo puede sostenerse esa realidad?, ¿Cuál será el precio final de este “festival”? Esto suena tan artificial como el 1 a 1 en los últimos años de la convertibilidad.

Hay que citar lo que se está haciendo, el Gobierno puso en marcha proyectos para aumentar la generación, tales como la convocatoria al Foninven, (fondo para la construcción de dos centrales térmicas de ciclos combinados, con aportes del sector privado), aportando 1600 MW al sistema, estas se erigirán en Campana, (Buenos Aires), y en Timbúes (Santa Fe). Las que parcialmente podrían estar operando en el venidero año. Estos proyectos que requerirán 800 millones de dólares están orientados a incrementar la oferta de energía en lapsos en que el sistema trabaja al límite de su capacidad. Por otra parte, se informó la reactivación de la construcción de Atucha II, de 745 MW, cuya puesta en marcha se calcula para 2010, coincidiendo con la salida, para su reciclaje, de la central nuclear de Río Tercero. En la represa cordobesa de Río Grande, que estuvo casi 15 años parada, se arreglaron dos transformadores ABB en 2004 y 2005 y generan ya unos 700 MW. Además se prevé obtener 600 Mw de los complejos de generación Pilar (de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba), y Necochea (de la bonaerense Centrales de la Costa,).El de Pilar es el más avanzado, implica una erogación próximo a los 120 millones de dólares para instalar dos turbinas a gas que sumarían 240 Mw cada una a los 148 Mw que actualmente generan los equipos a vapor de dicha usina. A ello se debe agregarse la construcción de una nueva línea de 132 kilowatts entre Güemes y Salta Norte, en esa provincia. Se incorporarían 203 Mw de Termoandes, (de la norteamericana AES), cuando un gasoducto esté en condiciones de alimentarlo.

Con respecto a Yacyretá, se llegó a un acuerdo con Paraguay para avanzar en la terminación de la central hidroeléctrica llevándola a su cota final de 83 metros a fines de 2008. Desde hace tres meses en 78 adicionando 250 MW al sistema y se elevará a cota 80 metros, a fines de 2007. En la reunión de los presidentes Kirchner y Duarte Frutos del 18 del cte., ambos mandatarios arribaron al acuerdo de canjear la deuda de 11.000 millones de dólares que adeuda el estado guaraní, a cambio de 40 años de suministro adicional de electricidad (8000 gigavatios al año) producida por la represa de Yacyretá.

En cuanto al suministro de aquí en más, por disposición de la Secretaría de Energía se instrumenta un modelo mediante el cual se garantizará, desde noviembre próximo, el abastecimiento sólo a consumidores residenciales, comercios y pequeñas y medianas empresas, a mediante la generadoras estatales: Yacyreta, Embalse, Atucha, y Salto Grande. Las grandes compañías (aquellas con consumos superiores a los 300 kilovatios KW de potencia) que requieran más energía que la consumida en 2005 deberán auto-generar o proveerse por fuera del mercado eléctrico mayorista existente “MEM” y convenir directamente el precio con las empresas generadoras, lo que seguramente acarreará aumentos en las facturas. No obstante, esos nuevos valores deberán ser homologados por el Ministerio de Planificación Federal.

Desde el Ministerio de Planificación Federal se les propone a los ingenios tucumanos que pongan en marcha sus usinas una vez concluida la zafra, para proveer electricidad al sistema interconectado. Cada manufactura azucarera tiene una usina eléctrica que funciona a vapor de calderas, las que a su vez son alimentadas con gas, fuel oil, o bagazo.

Ante las flaquezas que exhibe el sistema, los industriales cordobeses comunicaron que están dispuestos a llevar adelante un plan de ahorro energético en las fábricas que implicaría un consumo 10% menor, estos empresarios están persuadidos de la necesidad de ahorrar energía para que el sistema no entre en colapso.

REDES DE DISTRIBUCION
Las acechanzas no se agotan en las limitaciones que exhibe el complejo de generación, bastante delicada es la situación por la que atraviesan las distribuidoras de energía, hostigadas por las distorsiones y retrasos tarifários, sumado al fraude y las conexiones clandestinas. Con las exiguas recaudaciones y el nivel de gastos, prácticamente se están dilapidando su capital de trabajo. Lejos de poder modernizar sus redes, están penando para renovar las líneas obsoletas, contentándose con realizar mantenimientos.

No comments: