Las sucesivas órdenes de ayudas lanzadas durante el 2006 desde la Consejería de Industria y Tecnología de Castilla-La Mancha para fomentar las energías limpias han tenido especial relevancia para la energía fotovoltaica, cuyo impulso ha sido especialmente significativo este año.
En concreto, estas ayudas han generado una inversión de 815 millones de euros promovida en la mayoría de los casos por familias que han presentado proyectos para la obtención de agua caliente sanitaria.
Un hecho destacado por el consejero de Industria y Tecnología, José Manuel Díaz-Salazar, que ha mostrado la relevancia de este tipo de energía que además de generar una importantísima inversión está asegurando que las familias se beneficien de una energía limpia que rebaja su factura de la luz.
Díaz-Salazar también ha destacado el carácter socializador de la energía fotovoltaica, uno de los pilares en los que se sustenta la Ley de Fomento de las Energías Renovables e Incentivación al Ahorro y Eficiencia Energética en Castilla-La Mancha.
Una vez entre en vigor esta norma, se desarrollará el Plan Estratégico para el Desarrollo Energético de Castilla-La Mancha que prevé una generación territorialmente distribuida de las energías renovables en base a cuatro planes: eólico, cultivos bioenergéticos, solar (fotovoltaica y termoeléctrica) e hidrógeno.
En el 2006, el Gobierno regional en colaboración con el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), han destinado un total de 16 millones de euros para fomentar el ahorro, la eficiencia energética y las energías renovables.
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