ESPAÑA: El detonante para una revolución

Al margen de cómo termine la guerra por el control de Endesa, lo que es seguro es que marca un antes y un después para el sector eléctrico español. La OPA de Gas Natural supuso el inicio del proceso de concentración de las compañías energéticas de país, aunque fue la irrupción de E.ON lo que realmente lo aceleró. La llegada del gigante alemán dejó patente el riesgo de que las eléctricas españolas, más pequeñas que sus rivales europeas, terminen en manos extranjeras.

Desde entonces se han multiplicado los movimientos dentro del sector. El más significativo de ellos fue el desembarco de ACS en Iberdrola con la intención de fusionarla con Unión Fenosa, de la que la constructora es también primer accionista.

La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán buscó, sin embargo, otra alternativa para garantizar su independencia y evitar ser engullida por un gigante europeo. En noviembre del año pasado inició las negociaciones para adquirir Scottish Power por 17.200 millones de euros. La fusión con Unión Fenosa ha quedado aparcada por el momento.

Si al final desiste de su OPA por Endesa, también es previsible que Gas Natural intente alguna otra operación para ganar tamaño. La batalla por el control de la mayor eléctrica española es sólo el primer episodio de una larga historia.

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