El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió hoy el apoyo del Congreso para reducir la dependencia del petróleo extranjero y mejorar el acceso a seguros de salud a bajo costo, dos de sus prioridades para este año.
Como en tantos otros asuntos de interés nacional, Bush pidió a la oposición demócrata, que ahora controla el Congreso, que evite la pugna partidista y trabaje con el Ejecutivo para afrontar los retos del país.
"Espero poder trabajar con los republicanos y los demócratas del Congreso para reformar nuestro sistema de cuidado de salud e incrementar la seguridad energética", dijo Bush durante su acostumbrado discurso radiofónico de los sábados.
Reiterando la advertencia que hiciera el martes pasado durante su discurso sobre el "Estado de la Unión", Bush dijo que la dependencia de EEUU del crudo extranjero "nos deja vulnerables a regímenes hostiles y a terroristas que pueden perjudicar nuestra economía mediante la interrupción del suministro de petróleo".
El mandatario estadounidense repitió su propuesta de incrementar la producción de combustibles alternativos, como el etanol, por entender que con medidas como esa, Estados Unidos puede llegar a reducir el consumo de gasolina en hasta un 20 por ciento en la próxima década.
Bush quiere además que los productores de automóviles reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, de manera que el país deje de consumir 32.174 millones de litros de gasolina para el 2017.
Este objetivo significará que la media de consumo tendrá que pasar de los 8,55 litros por cada 100 kilómetros de hoy en día a los 6,88 litros por cada 100 kilómetros en 10 años lo que le costará centenares de millones de dólares a los fabricantes estadounidenses de automóviles.
En el área de salud, Bush volvió a insistir en un plan que permita a las familias deducir los gastos médicos de sus impuestos y que, según sus cálculos, beneficiará a poco más de 100 millones de estadounidenses que tienen seguro de salud a través del sector privado.
"Hemos sentado metas importantes y ahora los republicanos y los demócratas deben trabajar juntos para convertirlas en realidad", observó Bush, quien indicó que en las próximas semanas continuará discutiendo detalles de sus propuestas.
Pero los demócratas han tachado de insuficiente tanto el plan energético como el de seguro médico, y renovaron hoy su petición de que Bush "pase de las palabras a los hechos".
En nombre de la oposición demócrata, el alcalde de la ciudad de Los Ángeles (California), Antonio Villaraigosa, dijo que "tanto en Irak como en casa, es hora de un nuevo rumbo".
"Debemos de dejar de hablar sobre los retos, como la energía, y trabajar juntos para resolverlos", afirmó Villaraigosa.
Destacó que los retos delineados por Bush el martes pasado, como la salud, la educación, la guerra en Irak y la reforma migratoria, sólo podrán resolverse "si anteponemos la flexibilidad al partidismo".
Como en tantos otros asuntos de interés nacional, Bush pidió a la oposición demócrata, que ahora controla el Congreso, que evite la pugna partidista y trabaje con el Ejecutivo para afrontar los retos del país.
"Espero poder trabajar con los republicanos y los demócratas del Congreso para reformar nuestro sistema de cuidado de salud e incrementar la seguridad energética", dijo Bush durante su acostumbrado discurso radiofónico de los sábados.
Reiterando la advertencia que hiciera el martes pasado durante su discurso sobre el "Estado de la Unión", Bush dijo que la dependencia de EEUU del crudo extranjero "nos deja vulnerables a regímenes hostiles y a terroristas que pueden perjudicar nuestra economía mediante la interrupción del suministro de petróleo".
El mandatario estadounidense repitió su propuesta de incrementar la producción de combustibles alternativos, como el etanol, por entender que con medidas como esa, Estados Unidos puede llegar a reducir el consumo de gasolina en hasta un 20 por ciento en la próxima década.
Bush quiere además que los productores de automóviles reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, de manera que el país deje de consumir 32.174 millones de litros de gasolina para el 2017.
Este objetivo significará que la media de consumo tendrá que pasar de los 8,55 litros por cada 100 kilómetros de hoy en día a los 6,88 litros por cada 100 kilómetros en 10 años lo que le costará centenares de millones de dólares a los fabricantes estadounidenses de automóviles.
En el área de salud, Bush volvió a insistir en un plan que permita a las familias deducir los gastos médicos de sus impuestos y que, según sus cálculos, beneficiará a poco más de 100 millones de estadounidenses que tienen seguro de salud a través del sector privado.
"Hemos sentado metas importantes y ahora los republicanos y los demócratas deben trabajar juntos para convertirlas en realidad", observó Bush, quien indicó que en las próximas semanas continuará discutiendo detalles de sus propuestas.
Pero los demócratas han tachado de insuficiente tanto el plan energético como el de seguro médico, y renovaron hoy su petición de que Bush "pase de las palabras a los hechos".
En nombre de la oposición demócrata, el alcalde de la ciudad de Los Ángeles (California), Antonio Villaraigosa, dijo que "tanto en Irak como en casa, es hora de un nuevo rumbo".
"Debemos de dejar de hablar sobre los retos, como la energía, y trabajar juntos para resolverlos", afirmó Villaraigosa.
Destacó que los retos delineados por Bush el martes pasado, como la salud, la educación, la guerra en Irak y la reforma migratoria, sólo podrán resolverse "si anteponemos la flexibilidad al partidismo".
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