by Oliver L. Campbell
A través de los años, los distintos gobiernos han evitado aumentar los precios de la gasolina por la reacción desfavorable del público. Ahora el Presidente Chávez ha decidido que los precios son demasiado bajos y ha anunciado que gobierno los va a aumentar.
La verdad es que los precios han venido bajando en términos reales porque no han sido aumentados en consonancia con la inflación Esta es una oportunidad para corregir la situación, pero es por verse si el gobierno se arriesga a decretar un aumento de cierta magnitud, precisamente por temor de una reacción violenta de la ciudadanía como ha habido en el pasado.
La primera pregunta es ¿cuál es la pérdida económica por tener los precios tan bajos? Hay dos tipos de pérdidas que generalmente se toman en consideración:
a) El costo de oportunidad. Este es el ingreso que se ha dejado de obtener por no poder vender en el mercado internacional el volumen de crudo consumido en el mercado interno. Los precios actuales del crudo venezolano exceden los $50 por barril.
b) El costo de producción. Este es el costo de producir el petróleo (excluyendo la regalía), refinarlo y distribuir y vender los productos en el mercado interno. PDVSA no nos ha informado cuánto cuesta en total, pero vamos a asumir que sea unos $8 ($4 la producción, $2 la refinación y $2 la distribución y venta).
Descartemos la opción del costo de oportunidad ya que nadie ha sugerido que los venezolanos debamos pagar el precio internacional por los combustibles que consumimos. Solo sirve para mostrar que los transportistas y conductores particulares gozan de un tremendo beneficio.
Poder comparar los precios actuales de la gasolina con el costo promedio de producción sería útil porque creo que la mayoría de nosotros aceptamos que PDVSA no deba perder dinero al vender sus productos en el mercado local. Por eso, como una medida de relaciones públicas, es conveniente que PDVSA nos diga cuál es ese costo.
Pero no creo que el costo de operación sea el factor determinante para fijar los precios. El gobierno decidirá hasta qué nivel puede aumentar los precios sin causar un revuelo entre los usuarios y sin afectar seriamente los sectores de menos recursos.
Si penalizar a las clases pudientes con sus carros lujosos es un objetivo, el gobierno debe tomar en cuenta que es difícil lograr eso sin perjudicar a las clases pobres. Casi todas las mercancías en Venezuela se transportan por carretera en camión y un aumento en el combustible se reflejará en el costo de la comida y otros productos esenciales.
El efecto sería regresivo ya que golpearía más a los pobres que a los pudientes. Pero se disminuye el problema al poner el precio del diesel muy por debajo del precio de la gasolina ya que la mayoría de los camiones y autobús consumen diesel. Sin embargo, hay camionetas que consumen gasolina y los pasajes aumentarán.
También hay muchas familias de recursos limitados que tienen un carro viejo que utilizan para llevar los muchachos a la playa, para ir a las montañas y para visitar parientes y amigos que viven lejos. Es uno de los placeres que las clases de menos recursos pueden permitirse todavía porque, al tener un carro, cuesta relativamente poco el combustible.
Es por eso que he estado de acuerdo con la política de la gasolina barata, aunque reconozco que muchos lectores no compartirán esta opinión. Para mí, un país petrolero puede establecer precios subsidiados para sus ciudadanos en bien de su calidad de vida. Sabemos, por ejemplo, que el costo de viajar en avión con familia es prohibitivo para mucha gente y la única alternativa es utilizar el automóvil.
Los que están a favor de altos precios de la gasolina citan lo siguiente:
1) El argumento económico. Es importante frenar el consumo de manera que libere volúmenes para vender en el mercado internacional. Estos ingresos adicionales proveen los fondos que el gobierno necesita para llevar a cabo sus programas sociales.
2) Protección del ambiente. Las personas con credenciales “verdes” predican que es necesario reducir la contaminación y el calentamiento de la tierra. Ellos dicen que los precios bajos conducen al alto consumo y que la única manera de reducir el manejo no esencial es mediante el aumento de los precios. Esto va acompañado con la fabricación de motores más “limpios” y el uso de gasolina sin plomo.
3) Incentivo para el contrabando. Los precios de la gasolina son mucho más altos en Colombia y en Brasil lo cual conduce al contrabando. Si los precios se llevaran al nivel en Colombia, se eliminaría esta pérdida para Venezuela.
Todos estos argumentos tienen algo de validez. En cuanto a los ambientalistas, creo que existe otra opción para frenar el consumo de gasolina. Desde hace tres años se ha notado un gran incremento en el número de 4 X 4 que circulan en las calles de las ciudades, especialmente en Caracas.
Estos monstruos de rapaz consumo fueron construidos para usar en el campo o en vías de acceso y no para llevar los muchachos a la escuela o hacer las compras en el supermercado. Sé que Caracas tiene huecos en algunas calles pero no tan profundos que ameritan un 4 X 4.
Para un buen gusto, un buen susto. El gobierno debería aumentar considerablemente el impuesto de venta de esos vehículos y también los impuestos trimestrales. Esto no soluciona el problema de los 4 X 4 existentes, pero debería frenar su producción en el futuro.
Mientras mas potente el motor, mas gasolina consume así que un impuesto por tamaño del motor sería una posibilidad. Por ejemplo, se podría aumenta el impuesto, en forma progresiva, de todos los carros de más de 2.000cc. El venezolano está acostumbrado a manejar un vehículo grande y le costará manejar uno mas compacto. Pero veo muchos Toyota Corolla en la calle y esto es un buen signo que el gusto va cambiando.
Una diferencia grande entre el costo de la gasolina y el diesel probablemente conduzca a la compra de más carros con motores diesel en el futuro. Pero puede afectar el precio de los carros de segunda mano en seguida. Como dije, el aumento de la gasolina trae sus problemas.
La verdad es que los precios han venido bajando en términos reales porque no han sido aumentados en consonancia con la inflación Esta es una oportunidad para corregir la situación, pero es por verse si el gobierno se arriesga a decretar un aumento de cierta magnitud, precisamente por temor de una reacción violenta de la ciudadanía como ha habido en el pasado.
La primera pregunta es ¿cuál es la pérdida económica por tener los precios tan bajos? Hay dos tipos de pérdidas que generalmente se toman en consideración:
a) El costo de oportunidad. Este es el ingreso que se ha dejado de obtener por no poder vender en el mercado internacional el volumen de crudo consumido en el mercado interno. Los precios actuales del crudo venezolano exceden los $50 por barril.
b) El costo de producción. Este es el costo de producir el petróleo (excluyendo la regalía), refinarlo y distribuir y vender los productos en el mercado interno. PDVSA no nos ha informado cuánto cuesta en total, pero vamos a asumir que sea unos $8 ($4 la producción, $2 la refinación y $2 la distribución y venta).
Descartemos la opción del costo de oportunidad ya que nadie ha sugerido que los venezolanos debamos pagar el precio internacional por los combustibles que consumimos. Solo sirve para mostrar que los transportistas y conductores particulares gozan de un tremendo beneficio.
Poder comparar los precios actuales de la gasolina con el costo promedio de producción sería útil porque creo que la mayoría de nosotros aceptamos que PDVSA no deba perder dinero al vender sus productos en el mercado local. Por eso, como una medida de relaciones públicas, es conveniente que PDVSA nos diga cuál es ese costo.
Pero no creo que el costo de operación sea el factor determinante para fijar los precios. El gobierno decidirá hasta qué nivel puede aumentar los precios sin causar un revuelo entre los usuarios y sin afectar seriamente los sectores de menos recursos.
Si penalizar a las clases pudientes con sus carros lujosos es un objetivo, el gobierno debe tomar en cuenta que es difícil lograr eso sin perjudicar a las clases pobres. Casi todas las mercancías en Venezuela se transportan por carretera en camión y un aumento en el combustible se reflejará en el costo de la comida y otros productos esenciales.
El efecto sería regresivo ya que golpearía más a los pobres que a los pudientes. Pero se disminuye el problema al poner el precio del diesel muy por debajo del precio de la gasolina ya que la mayoría de los camiones y autobús consumen diesel. Sin embargo, hay camionetas que consumen gasolina y los pasajes aumentarán.
También hay muchas familias de recursos limitados que tienen un carro viejo que utilizan para llevar los muchachos a la playa, para ir a las montañas y para visitar parientes y amigos que viven lejos. Es uno de los placeres que las clases de menos recursos pueden permitirse todavía porque, al tener un carro, cuesta relativamente poco el combustible.
Es por eso que he estado de acuerdo con la política de la gasolina barata, aunque reconozco que muchos lectores no compartirán esta opinión. Para mí, un país petrolero puede establecer precios subsidiados para sus ciudadanos en bien de su calidad de vida. Sabemos, por ejemplo, que el costo de viajar en avión con familia es prohibitivo para mucha gente y la única alternativa es utilizar el automóvil.
Los que están a favor de altos precios de la gasolina citan lo siguiente:
1) El argumento económico. Es importante frenar el consumo de manera que libere volúmenes para vender en el mercado internacional. Estos ingresos adicionales proveen los fondos que el gobierno necesita para llevar a cabo sus programas sociales.
2) Protección del ambiente. Las personas con credenciales “verdes” predican que es necesario reducir la contaminación y el calentamiento de la tierra. Ellos dicen que los precios bajos conducen al alto consumo y que la única manera de reducir el manejo no esencial es mediante el aumento de los precios. Esto va acompañado con la fabricación de motores más “limpios” y el uso de gasolina sin plomo.
3) Incentivo para el contrabando. Los precios de la gasolina son mucho más altos en Colombia y en Brasil lo cual conduce al contrabando. Si los precios se llevaran al nivel en Colombia, se eliminaría esta pérdida para Venezuela.
Todos estos argumentos tienen algo de validez. En cuanto a los ambientalistas, creo que existe otra opción para frenar el consumo de gasolina. Desde hace tres años se ha notado un gran incremento en el número de 4 X 4 que circulan en las calles de las ciudades, especialmente en Caracas.
Estos monstruos de rapaz consumo fueron construidos para usar en el campo o en vías de acceso y no para llevar los muchachos a la escuela o hacer las compras en el supermercado. Sé que Caracas tiene huecos en algunas calles pero no tan profundos que ameritan un 4 X 4.
Para un buen gusto, un buen susto. El gobierno debería aumentar considerablemente el impuesto de venta de esos vehículos y también los impuestos trimestrales. Esto no soluciona el problema de los 4 X 4 existentes, pero debería frenar su producción en el futuro.
Mientras mas potente el motor, mas gasolina consume así que un impuesto por tamaño del motor sería una posibilidad. Por ejemplo, se podría aumenta el impuesto, en forma progresiva, de todos los carros de más de 2.000cc. El venezolano está acostumbrado a manejar un vehículo grande y le costará manejar uno mas compacto. Pero veo muchos Toyota Corolla en la calle y esto es un buen signo que el gusto va cambiando.
Una diferencia grande entre el costo de la gasolina y el diesel probablemente conduzca a la compra de más carros con motores diesel en el futuro. Pero puede afectar el precio de los carros de segunda mano en seguida. Como dije, el aumento de la gasolina trae sus problemas.
Oliver L. Campbell, MBA, DipM, FCCA, ACMA, MCIM nació en El Callao,Venezuela en 1931, donde su padre trabajaba en la industria aurífera. Comenzó a trabajar en Shell de Venezuela en el año 1953, y después de una larga carrera en la industria, ocupo la responsabilidad de Coordinador de Finanzas de PDVSA. Los puntos de vista expresados no necesariamente son los de Petroleumworld.
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