Según el titular de Energía ecuatoriano, su país no tiene un plan de reestatizaciones. Asegura que buscan estabilidad jurídica y recuperar "espacios de soberanía".
"Antes de la apertura neoliberal en Ecuador, la Texaco le pagaba al Estado el 87% de sus ganancias en petróleo. Luego fue exactamente al revés. No digo que queremos volver a aquel esquema, pero empezaremos a conversar con las empresas extranjeras para revisar los contratos que se firmaron en los años '90", le dijo a Clarín en una entrevista telefónica el economista Alberto Acosta, ministro de Energía en el flamante gobierno de Rafael Correa.
—¿Buscan un esquema de al menos 50% más 1 para el Estado, como hacen Bolivia o Venezuela?
—El modelo será ecuatoriano, propio, pero por cierto analizamos las experiencias de países vecinos, respondió el ministro.
A Acosta le esperan tiempos de dura negociación, un anticipo de lo cual fue el pleito entre el Estado ecuatoriano y la Occidental (la poderosa Oxy de EE.UU., una de las grandes "siete hermanas" del mercado mundial del crudo) en 2006, cuando el Estado le anuló un contrato por violar una ley y la empresa la llevó a un tribunal internacional.
Acosta, un intelectual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), fue un impulsor de Correa, quien también es economista. "A principios de 2006 —dijo— nos reunimos en el living de mi casa para lanzar su candidatura y sobraban las sillas... Poco después ya estábamos en carrera y al fin ganamos el gobierno".
—¿Cuál será la prioridad de su gestión?
—Reinstitucionalizar el sector. La ortodoxia neoliberal y las prácticas mercantiles corruptas que vivió Ecuador dejaron al Estado sin mecanismos de control. Yo soy el ministro y no tengo ningún asiento en los consejos nacionales de la Electricidad y de Control de la Energía, algo insólito. Igual pasa con la transmisión y distribución eléctrica, hay delegados presidenciales pero el Ministerio no tiene nada. Y en Petroecuador, si bien es estatal, se intentó reducir el control público. La autoridad nacional del sector no puede ser el convidado de piedra.
—¿Qué puede esperar el capital privado?
—Desde ya, no reestatizaremos, sino que buscaremos recuperar espacios de soberanía. Y estamos revisando los contratos para que haya equilibrio contractual.
—¿Habrá consultas con las empresas?
—Sí, desde los próximos días. Aún es temprano para hacer más definiciones al respecto. Pero queremos estabilidad jurídica en serio, un rumbo claro y cierto. Las leyes que no son justas atentan contra esa seguridad. También debemos reorganizarnos. Es una barbaridad que exportemos crudo e importemos derivados más caros para destinarlos a energía, sin aprovechar, por ejemplo, la capacidad hidroeléctrica que tenemos.
—¿Es posible decir que van a reingresar a la OPEP?
—No hubo aún contactos oficiales, pero es la intención. Queremos volver porque eso supone para nosotros apoyo político y respaldo tecnológico.
CLARIN
"Antes de la apertura neoliberal en Ecuador, la Texaco le pagaba al Estado el 87% de sus ganancias en petróleo. Luego fue exactamente al revés. No digo que queremos volver a aquel esquema, pero empezaremos a conversar con las empresas extranjeras para revisar los contratos que se firmaron en los años '90", le dijo a Clarín en una entrevista telefónica el economista Alberto Acosta, ministro de Energía en el flamante gobierno de Rafael Correa.
—¿Buscan un esquema de al menos 50% más 1 para el Estado, como hacen Bolivia o Venezuela?
—El modelo será ecuatoriano, propio, pero por cierto analizamos las experiencias de países vecinos, respondió el ministro.
A Acosta le esperan tiempos de dura negociación, un anticipo de lo cual fue el pleito entre el Estado ecuatoriano y la Occidental (la poderosa Oxy de EE.UU., una de las grandes "siete hermanas" del mercado mundial del crudo) en 2006, cuando el Estado le anuló un contrato por violar una ley y la empresa la llevó a un tribunal internacional.
Acosta, un intelectual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), fue un impulsor de Correa, quien también es economista. "A principios de 2006 —dijo— nos reunimos en el living de mi casa para lanzar su candidatura y sobraban las sillas... Poco después ya estábamos en carrera y al fin ganamos el gobierno".
—¿Cuál será la prioridad de su gestión?
—Reinstitucionalizar el sector. La ortodoxia neoliberal y las prácticas mercantiles corruptas que vivió Ecuador dejaron al Estado sin mecanismos de control. Yo soy el ministro y no tengo ningún asiento en los consejos nacionales de la Electricidad y de Control de la Energía, algo insólito. Igual pasa con la transmisión y distribución eléctrica, hay delegados presidenciales pero el Ministerio no tiene nada. Y en Petroecuador, si bien es estatal, se intentó reducir el control público. La autoridad nacional del sector no puede ser el convidado de piedra.
—¿Qué puede esperar el capital privado?
—Desde ya, no reestatizaremos, sino que buscaremos recuperar espacios de soberanía. Y estamos revisando los contratos para que haya equilibrio contractual.
—¿Habrá consultas con las empresas?
—Sí, desde los próximos días. Aún es temprano para hacer más definiciones al respecto. Pero queremos estabilidad jurídica en serio, un rumbo claro y cierto. Las leyes que no son justas atentan contra esa seguridad. También debemos reorganizarnos. Es una barbaridad que exportemos crudo e importemos derivados más caros para destinarlos a energía, sin aprovechar, por ejemplo, la capacidad hidroeléctrica que tenemos.
—¿Es posible decir que van a reingresar a la OPEP?
—No hubo aún contactos oficiales, pero es la intención. Queremos volver porque eso supone para nosotros apoyo político y respaldo tecnológico.
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