Según la Comisión Europea, gobierno de la Unión, los estados miembros manifiestan una gran falta de eficacia a la hora de implantar los combustibles ecológicos en los mercados.
Los datos de la Comisión demuestran que sólo Alemania y Suecia han avanzado de forma significativa en el empleo de estas nuevas formas de energía. De hecho, Alemania ya utiliza un 3,75 por ciento de biocarburante en su consumo diario de gasolinas y gasóleos, mientras que Suecia llega al 2,23 por ciento. En España, el porcentaje es marginal: 0,44 por ciento.
Las cifras son muy pobres y ratifican el incumplimiento de los objetivos que se había marcado la propia Comisión. En principio, se pretendía que en 2005 ya fuese biocarburante un dos por ciento del combustible utilizado en toda la Unión. Sin embargo, al final de aquel año sólo un uno por ciento de lo consumido era de origen ecológico.
A la vista de la situación, Bruselas se propone dar un nuevo impulso al empleo de estos productos. Entre las medidas a tomar se piensa en fijar un objetivo mínimo de consumo de biocarburante. También se trabaja en la posibilidad de requerir a los fabricantes que desarrollen sus vehículos con las modificaciones precisas para poder emplear estos combustibles.
Según explica el diario Expansión, estas medidas forman parte de un paquete de acciones que la Comisión está ultimando y que serán presentadas la semana próxima.
Los biocarburantes son combustibles de base ecológica, generalmente obtenidos a partir de materia vegetal. Hay gasóleos, biodiésel, que son aceites vegetales mezclados en mayor o menor medida con gasóleos normales, y hay alcoholes obtenidos de la fermentación de algunos vegetales que se mezclan con gasolina. Su empleo permite reducir las emisiones contaminantes y, sobre todo, limitar la dependencia del petróleo.Si quieres saber más sobre estos nuevos combustibles, no te pierdas nuestro reportaje sobre En los últimos meses se ha hablado mucho también de los combustibles sintéticos, que son gasóleos y gasolinas obtenidos a partir de un proceso químico que transforma, por ejemplo, carbón o biomasa en un líquido muy similar a las gasolinas y gasóleos convencionales.
Aunque el uso de biocarburantes lleva un ritmo lento, la investigación en nuevos productos va muy rápida. Lo último que hemos conocido es la posibilidad de elaborar biodiésel a partir de la jatrofa, un arbusto que crece en muchos países del tercer mundo.
En estos momentos, India y Madagascar investigan la posibilidad de emplear las semillas de esta planta, la jatropha curcas, para producir un tipo de aceite que se pueda utilizar como biodiésel. Lo bueno de la jatrofa es que crece en terrenos muy pobres, incluso en los desiertos, y no le afecta ni siquiera la contaminación.
Las semillas de este vegetal, que no se puede comer, producen mucho más aceite, por ejemplo, que la soja. Además, tiene una enorme virtud: regenera los suelos a gran velocidad.
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