Una de las cuestiones que más interés suscitó en E.ON antes de lanzar la opa sobre Endesa fue el de las filiales europeas de la eléctrica española, ya que el objetivo del grupo alemán es mantener esa presencia en Italia, Francia, Polonia y Turquía.
Así se desprende de la decisiva reunión mantenida por directivos de E.ON y Endesa en Madrid el 1 de febrero de 2007, tan sólo 20 días antes de que la alemana presentara su oferta sobre la española, para confirmar el «due diligence» de la operación. Esta fue una de las cinco reuniones y los tres contactos telefónicos que ambas compañías mantuvieron antes de que E.ON lanzase su opa. Posteriormente, la cifra de reuniones y contactos supera el medio centenar, según ha precisado la alemana a una juez de Nueva York.
E.ON ha tenido que aportar esta documentación en Estados Unidos por la denuncia interpuesta por Gas Natural por un supuesto uso de información privilegiada en la opa a Endesa. La juez ha desestimado en principio esta demanda, pero la gasista ha tenido acceso a numerosos datos, que ahora aportará al juez de Barcelona que está estudiando una demanda similar.
Proceso de «due dilligence»
El «due diligence» se refiere al proceso de investigación y análisis que se realiza antes de efectuar una inversión, adquisición o venta de una compañía. El objetivo es mostrar al inversor los asuntos financieros clave que deben ser considerados durante las etapas de valuación, negociación y cierre de la transacción.
Endesa también ha informado de estos encuentros a la CNMV, pero con menor precisión y detalles que E.ON lo ha hecho a la juez de Nueya York.
Según ha podido saber este periódico, en ese encuentro estuvieron, por parte de Endesa, el director de su asesoría jurídica, Joaquín Valcárcel; de la dirección de estrategia, Ignacio Antoñanzas; y el subdirector de ese departamento, Enrique de las Morenas. Por E.ON, el director general de fusiones y adquisiciones, Rolf Pohlig; el director de este departamento, Frank Possmeier; el director general de la asesoría jurídica, Karl-Heinz Feldmann; y el director de ese departamento, Frank Fischer. También estuvieron tres personas del despacho de Pérez-Llorca que asesora a E.ON en esta operación: M. Temboury, F. Quicios y P. Pérez-Llorca.
«No change control»
En la reunión, los representantes de Endesa aseguraron a los de E.ON que la posible compra de la eléctrica española por la alemana no supondría perder el control («no change control») de las filiales Endesa-Italia, Snet (Francia) y Dolna Odra (Polonia), así como de las participadas Ergon Energia (Italia), Byalistok (Polonia) y Altek (Turquía), según recogen las propias notas manuscritas de los directivos alemanes en esa reunión. No obstante, y como se puede observar en el documento al que ha tenido acceso este periódico, los directivos de Endesa detallaron los acuerdos que existen sobre la venta de las acciones de sus filiales europeas, especialmente en los casos de Endesa-Italia y Snet, donde ASM Brescia -en la primera- y CDF y EDF -en la segunda-, poseen ciertos derechos en el caso de que la compañía española vendiera sus acciones.
E.ON se interesó también mucho en ese encuentro por la «eventual modificación» del sistema de tarifas eléctricas en nuestro país, así como por «una eventual modificación del cálculo del déficit de tarifas». En 2005, a Endesa le correspondieron 1.683 millones de euros por ese concepto y este año, hasta agosto, el déficit de tarifas del sector alcanzaba ya los 2.172 millones de euros.
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