México podría convertirse en importador de petróleo en 2016 de mantenerse el ritmo actual de inversiones en Petróleos Mexicanos (Pemex), advirtió el catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Duncan Wood.
Durante el Seminario "La Geopolítica de Energía" que impartió el Instituto de las Américas, el especialista indicó que actualmente Pemex destina alrededor de ocho mil millones de dólares a labores de exploración y desarrollo de yacimientos de hidrocarburos.
Sin embargo, recordó que el campo petrolero Cantarell, uno de los más grandes del mundo, inició su proceso de declinación y es probable que no exista uno de igual o de similar dimensión.
En ese sentido, indicó que sin nuevas inversiones y el ascenso en la demanda del energético, "México sería importador de petróleo en 2016, lo cual es algo impensable, pero real".
Estimó que con recursos adicionales por 10 mil millones de dólares Pemex podría explotar el yacimiento de Chicontepec y con 15 mil millones de dólares desarrollar las reservas prospectivas, "lo cual demoraría el desequilibrio entre oferta y demanda hacia el año 2020".
Con 25 mil millones de dólares, agregó, la paraestatal tendría capacidad de acceder a yacimientos localizados en aguas profundas del Golfo de México y con ello garantizaría la suficiencia de petróleo hasta el año 2044.
No obstante, aseveró que el modelo económico de la empresa mexicana ha fracasado y las condiciones actuales de operación no evitarían que el país se convirtiera en importador de petróleo en el mediano o largo plazo.
En ese sentido, opinó, es necesario impulsar la iniciativa para modificar la Ley Orgánica de Pemex que le otorgue autonomía de gestión e independencia operativa.
Admitió que debido al proceso electoral en México existe falta de consenso para avanzar en los cambios legislativos que se requieren.
Consideró que en caso de que el candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, gane las elecciones del 2 de julio podría armar una coalición que sería la base para una nueva reforma en el sector energético nacional.
Comentó que aunque las empresas están conscientes de que no habrá apertura en la industria petrolera al capital privado, tienen interés de permanecer en el país porque esperan un cambio que permita a Pemex ser más eficiente y generar más oportunidades de inversión.
El catedrático manifestó que mientras en México existe estabilidad y certidumbre, en el resto de América Latina prevalece un clima tenso por el ascenso de la izquierda y los modelos económicos populistas.
Por lo tanto, estableció que la integración energética que impulsan los países de la región no podrá concretarse sin voluntad política y con grupos que apoyen esa visión.
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