Japón, India y Corea del Sur también son parte del acuerdo sobre el Reactor Internacional Termonuclear Experimental (RITE) cuyo fin es mostrar el potencial de fusión como una fuente de energía. Las partes firmaron el tratado hoy en Bruselas tras la decisión se tomó el año pasado que establecía que el reactor se construiría en Francia.
“Es un momento histórico” dijo Janez Potocnik, el comisionado de Unión Europea para la Ciencia y la Investigación, reporteros dichos en la ceremonia de firmar. “Esta es la primera vez que todos estos países importantes se ponen de acuerdo para un proyecto tan importante.”
La fusión nuclear produce energía del mismo modo que se genera en el sol y en las estrellas. Varias investigaciones científicas ya demostraron que puede reproducirse también en la tierra, por eso se la considera como una de las tecnologías del futuro para generar energía eléctrica renovable, limpia y barata.
Los esfuerzos para contener emisiones de gas que producen el efecto invernadero, evitar que sigan subiendo el precio del petróleo y la preocupación sobre la seguridad de los reactores nucleares ayudaron a que el proyecto de RITE se hiciera realidad. Las preocupaciones con respecto a la seguridad del suministro de energía, sumadas a las relaciones tensas con los países productores de petróleo de Oriente Medio, también impulsaron el proyecto.
El potencial de la fusión nuclear “es enorme” para la Unión Europea, según explicó el director del programa de investigación en energía de la Comisión Europea, Pablo Fernández Ruiz, que recordó que Europa importa el 50% de su energía, porcentaje que aumentaría hasta el 70% en 2030 de mantenerse la tendencia actual.
Con la fusión nuclear, que permite unir de forma controlada átomos de hidrógeno, Europa podría reducir considerablemente su dependencia energética del exterior.
Los reactores podrían producir para fin de siglo aproximadamente el 40% de la energía que se consume globalmente, según opinó Raymond Orbach director de la Oficina de Ciencia en el Ministerio de Energía estadounidense.
La Unión Europea aportará el 40% del costo de la construcción de la planta. Francia y los otros países que firmaron el acuerdo y no son parte de la Unión Europea, dividirán el costo restante para pagarlo. Se espera que la construcción del reactor comience el año próximo en la cuidad de Cadarache, al sur de Francia, y que las obras continúen a lo largo de una década.
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