Mientras que Mexicana de Lubricantes pretende llevar a cabo una negociación directa con Petróleos Mexicanos para evitar que pase de nueva cuenta a manos de la paraestatal, la empresa Bardahl de México pretende utilizar un hueco legal para participar de un negocio en el que originalmente no estaba invitado.
En marzo pasado, Salvador Martínez Garza, presidente de Impulsora Jaliscience, que es dueña formal de 51 por ciento de Mexicana de Lubricantes, le envió una carta a Luis Ramírez Corzo, director de Pemex, en la que le propone lleva a cabo una reunión entre los abogados de ambas empresas para “encontrar una alternativa viable”.
De entrada, Martínez Garza no quiere presentar los estados financieros de Mexicana de Lubricantes de los años 2001, 2002, 2003 y 2004 ni nombrar los consejeros y comisarios correspondientes al consejo de administración de la empresa como lo ha solicitado Pemex Refinación.
“De acceder a dicha petición, Impulsora Jalisciense correría el riesgo de que Pemex pretendiera ejercer nuevamente la opción de compra consignada en el contrato de coinversión, como ya lo pretendió en mayo de 2003”, señala la carta.
La primer alternativa que propone para terminar con el conflicto legal que hay en ambas empresas es “modificar el contrato de coinversión eliminando la cláusula de opción de compra”.
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