Este se encuentra en la Faja del Orinoco (centro este): 54.000 km2 que encierran 1,2 billón de barriles de crudo extrapesado.
Los expertos coinciden que el futuro del petróleo está en el crudo extrapesado, cuyos yacimientos más grandes están en esta Faja al norte del río Orinoco, más grande que Costa Rica.
Allí, las grandes multinacionales petroleras, conocidas como "majors", junto a la estatal Petróleos de Venezuela, invirtieron 15.000 millones de dólares y producen 600.000 barriles diarios (b/d), de los 2,6 millones que según la Agencia Internacional de Energía (AIE) produce el país.
El gobierno y los expertos calculan el crudo que puede ser extraído de la Faja en 240.000 millones de barriles, cuya certificación comenzó recientemente, los que sumados a los 77.000 millones de barriles de reservas probadas, colocan a Venezuela delante de Arabia Saudita.
El gobierno anunció que iniciará negociaciones para tomar el control accionario de las cuatro asociaciones estratégicas que explotan el crudo de la Faja, integradas por seis multinacionales y PDVSA, que tiene una participación de un promedio de 39,8%.
El encargado en PDVSA de los negocios con las empresas privadas, Eulogio Del Pino, anunció que el gobierno "está dispuesto a ir con 60% de participación". Precisó que esto "no depende de un cronograma específico, sino de las negociaciones que se establecen entre los socios".
Las asociaciones son Sincor (la francesa Total, PDVSA y la noruega Statoil), Petrozuata (la estadounidense Conoco Phillips y PDVSA), Ameriven (Conoco Phillips, PDVSA y la estadounidense Chevron) y Cerro Negro (la estadounidense Exxon-Texaco, PDVSA y British Petroleum).
Las negociaciones serán difíciles porque las asociaciones estratégicas "no han recuperando sus inversiones" y tienen "también deudas importantes" de 7.000 millones de dólares, dijo a la AFP Robert Bottome, director de la publicación Veneconomía.
Comenzarán después de la reunión ministerial de la OPEP del primero de junio en Caracas y son consideradas como decisivas para las relaciones entre el gobierno de Chávez y las multinacionales petroleras.
El ideólogo energético del gobierno, el viceministro de petróleo Bernard Mommer, declaró recientemente a El Universal que Venezuela hace "un segundo intento de convivencia" con las multinacionales.
Las "majors" quieren quedarse y desarrollarse en la Faja, llamada a asegurar el abastecimiento de combustible del mundo en los próximos 50 años, pero no a cualquier precio, dijo un experto extranjero a la AFP.
Precisó que están acostumbradas a trabajar como accionistas minoritarias en otros países, pero que "todo dependerá de las condiciones que se les ofrezca para controlar el dinero que inviertan".
Chávez quiere diversificar la explotación de la Faja con empresas estatales de China, Rusia, Irán, India, Brasil, pero esto no le permitirá prescindir de la tecnología de las "majors" y sobre todo de su ingeniería, según los expertos consultados. Porque de allí provendrán los recursos para sus ambiciosos proyectos de transformación social en Venezuela y de liderazgo latinoamericano.
El gobierno gravó con un impuesto a la extracción de 17,33% a las asociaciones estratégicas, que se suma a la regalía de 16%, y es inminente el aumento del impuesto a la renta de 34% a 50%.
Cuando las asociaciones estratégicas fueron creadas en la apertura petrolera al capital privado de los 90, el precio del petróleo era de 15 dólares el barril, por lo que obtuvieron grandes reducciones fiscales.
El gobierno quiere también que aumenten su tasa de recuperación de crudo del 7% actual al 20%.
Pero esto requerirá una tecnología de inyección de vapor que costará el doble que la actual de inyección de nafta, indicó a la AFP un ingeniero petrolero extranjero.
Un experto europeo se interrogó: "¿Quién hará la extracción en caliente? Intevep (la empresa de teconología de PDVSA) está rota, imposible que la hagan los chinos".
La empresa más codiciada de la Faja es Sincor, que con una inversión de 5.000 millones de dólares produce 180.000 b/d del crudo sintético de mejor calidad, más caro que los crudos livianos de referencia, que Chávez bautizó como "el néctar del petróleo".
Bottome estimó que "Total decidió oponerse fuertemente a la migración (a empresa mixta) de Jusepin (30.000 b/d) para hacer un precedente para Sincor, hacerse los duros para tener mejores condiciones después para Sincor, pero PDVSA se ha puesta dura también".
En Jusepin, el gobierno ofreció a Total condiciones peores que a las demás petroleras: 35% de participación accionaria contra 65% para PDVSA, contra 40% y 60% respectivamente en las demás.
En abril el gobierno extinguió los 32 convenios operativos que se convirtieron en empresas mixtas controladas por PDVSA, con regalía de 33,33% e impuesto a la renta de 50%, en aplicación de la ley de hidrocarburos de 2001 que revisó la apertura petrolera.
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