El Director Ejecutivo del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, Marcio Zimmermann, dijo que su país estudia alternativas menos ambiciosas al llamado “Gran Gasoducto del Sur”.
Ese plan fue propuesto por el Presidente venezolano Hugo Chávez para interconectar energéticamente a toda Suramérica. Brasil prefiere ir por etapas.
El funcionario participó hoy en una rueda de prensa en Brasilia para presentar el “Plan Nacional de Energía Hasta 2030”, que prevé una expansión de la oferta desde diversas fuentes para sustentar el crecimiento económico y atender la demanda de una población que crecerá en 35 millones de habitantes en las próximas tres décadas.
Una de las alternativas es que el gas venezolano se lleve directamente hasta los Estados del noreste de Brasil y no hasta el sur, dijo el Director Ejecutivo del Ministerio de Minas y Energía, Marcio Zimmermann.
“Primero uno estudia una etapa entera. Ahora estamos estudiando hacerlo por etapas en función de la disponibilidad de gas de Venezuela”, dijo el funcionario a los periodistas.
El proyecto originalmente propuesto por el Gobierno venezolano anticipa inversiones de unos US$ 23.000 millones para construir una red de más de 10.000 kilómetros de longitud que cruzaría todo Brasil rumbo a Argentina, Uruguay y Paraguay, y transportaría 150 millones de metros cúbicos al día del combustible.
Zimmermann dijo que el proyecto de esa magnitud no concordaría con la oferta exportable prevista por Venezuela de 50 millones de metros cúbicos a partir del 2016.
Para Brasil y Argentina la alternativa más viable y con menos inversiones sería abastecer el sur con gas de Bolivia, que además conllevaría un costo menor, dijo.
El uso del gas natural de Venezuela no necesariamente estaría atado al proyecto del “Gasoducto del Sur”, explicó el funcionario.
La expansión del gas natural en la matriz energética de Brasil no dependería solamente de Venezuela sino también de la importación de Gas Natural Licuado (LGN) y del aumento de la producción de la estatal Petrobras.
Para satisfacer la demanda interna, Brasil, tendrá que importar unos 124 millones de metros cúbicos hasta el 2030, según el plan oficial.
Hasta el 2015 se prevé mantener estable en 30 millones de metros cúbicos diarios las compras desde Bolivia y construir una primera planta de descompresión de LGN.
ADN
Ese plan fue propuesto por el Presidente venezolano Hugo Chávez para interconectar energéticamente a toda Suramérica. Brasil prefiere ir por etapas.
El funcionario participó hoy en una rueda de prensa en Brasilia para presentar el “Plan Nacional de Energía Hasta 2030”, que prevé una expansión de la oferta desde diversas fuentes para sustentar el crecimiento económico y atender la demanda de una población que crecerá en 35 millones de habitantes en las próximas tres décadas.
Una de las alternativas es que el gas venezolano se lleve directamente hasta los Estados del noreste de Brasil y no hasta el sur, dijo el Director Ejecutivo del Ministerio de Minas y Energía, Marcio Zimmermann.
“Primero uno estudia una etapa entera. Ahora estamos estudiando hacerlo por etapas en función de la disponibilidad de gas de Venezuela”, dijo el funcionario a los periodistas.
El proyecto originalmente propuesto por el Gobierno venezolano anticipa inversiones de unos US$ 23.000 millones para construir una red de más de 10.000 kilómetros de longitud que cruzaría todo Brasil rumbo a Argentina, Uruguay y Paraguay, y transportaría 150 millones de metros cúbicos al día del combustible.
Zimmermann dijo que el proyecto de esa magnitud no concordaría con la oferta exportable prevista por Venezuela de 50 millones de metros cúbicos a partir del 2016.
Para Brasil y Argentina la alternativa más viable y con menos inversiones sería abastecer el sur con gas de Bolivia, que además conllevaría un costo menor, dijo.
El uso del gas natural de Venezuela no necesariamente estaría atado al proyecto del “Gasoducto del Sur”, explicó el funcionario.
La expansión del gas natural en la matriz energética de Brasil no dependería solamente de Venezuela sino también de la importación de Gas Natural Licuado (LGN) y del aumento de la producción de la estatal Petrobras.
Para satisfacer la demanda interna, Brasil, tendrá que importar unos 124 millones de metros cúbicos hasta el 2030, según el plan oficial.
Hasta el 2015 se prevé mantener estable en 30 millones de metros cúbicos diarios las compras desde Bolivia y construir una primera planta de descompresión de LGN.
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