La adquisición de Scottish Power por Iberdrola tendrá una segunda parte con la fusión de este grupo con Unión Fenosa. Por lo menos, así lo había diseñado Florentino Pérez, presidente de ACS, el accionista de referencia de la eléctrica madrileña, cuando decidió comprar hace dos meses el 10% de la compañía vasca. El objetivo de esta operación es la fusión de ambas empresas. Para ello, ACS está decidido a llegar hasta el 24,9% del capital de Iberdrola.
No obstante, tanto desde esta eléctrica como desde el grupo de construcción han subrayado que con la actual legislación sobre operaciones de concentración en nuestro país no se podría llevar a cabo esa fusión, ya que «uno más uno es menos de uno», según el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán. «Es necesario que uno más uno sea, por lo menos, más de dos», subrayó.
Cambio de legislación
Galán ha pedido públicamente el cambio de la legislación y desde el Gobierno se han producido respuestas contradictorias. Mientras el vicepresidente Pedro Solbes ha dicho que el Ejecutivo está estudiando introducir algunos cambios, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que no se iba a hacer una legislación a la medida de las eléctricas.
Un primer paso se ha dado ya con la aprobación de la nueva ley de opas y de las funciones del Tribunal de Defensa de la Competencia. Otro paso sería, como demandan casi todas las empresas, eliminar el decreto aprobado por el Gobierno de Aznar en 2000 que limita al 3% los derechos políticos de cualquier sociedad que tenga ese porcentaje o más en dos o más empresas del sector de la energía.
De hecho, ACS ha solicitado a la Comisión Nacional de Energía (CNE) una excepción a esa ley para poder mantener su presencia en Unión Fenosa (40,47%) y en Iberdrola (10%). La CNE resolverá mañana esta petición, así como la solicitud de esa constructora para elevar su participación en la eléctrica vasca hasta el 24,9%.
Como no se sabe ni cuándo se harían esos cambios legislativos ni qué alcance tendrían, Iberdrola ha diseñado una estrategia según la cual, tras la adquisición de Scottish Power, una posterior fusión con Unión Fenosa sería competencia exclusiva de la Comisión Europea. Es decir, que esta integración no dependerá en nuestro país del Gobierno de turno o de la representación que tengan los partidos políticos en la Comisión Nacional de Energía o en el Tribunal de la Competencia.
Algunos analistas entienden que la adquisición de Scottish Power por Iberdrola complica la futura fusión entre ésta y Fenosa. Por lo menos, le va a salir más cara a ACS, ya que su participación actual en Iberdrola (10%) se diluirá hasta el 7,86%. Bien es cierto que si ACS aumenta su presencia en la eléctrica, lo hará en una compañía más grande, con más valor.
A la espera de Endesa
Mientras fructifican estas operaciones, podría cerrarse el proceso de opas sobre Endesa, actualmente paralizado por los tribunales. El previsible triunfo de la oferta de los alemanes convertiría al grupo Endesa-E.ON en el líder eléctrico mundial. Su capitalización bursátil sería el doble de la que tendría la cada vez más hipotética integración de Endesa con Gas Natural.
En el sector también se apunta a que la futura fusión entre Iberdrola y Unión Fenosa se ampliaría a la gasista catalana. Sería una forma de que esta compañía «salvara su imagen» tras dos sonados fracasos y de que la eléctrica vasca correspondiera a aquella por el acuerdo existente entre ambas para la compra-venta de activos en la opa a Endesa.
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