¿Vender o seguir esperando? Ésta es la tesitura a la que se enfrentan los cerca de un millón de accionistas de Endesa , catorce meses y medio después de que Gas Natural deshiciera la aparente calma del sector energético con el lanzamiento de una opa hostil sobre la primera eléctrica española.
Si se echa un vistazo a los números, la tentación de “coger el dinero y salir corriendo” puede ser bastante lógica: las acciones casi han duplicado su valor desde el 5 de septiembre de 2005. Cotizan a 35,67 euros –lo hacían a 18,37 en aquella fecha– y, además, los inversores se han embolsado 2,4 euros en dividendos durante este periodo, lo que supone una rentabilidad por este concepto del 6,72% a cierre de ayer.
Pero también parece razonable la postura de esperar el desenlace de la batalla por el control del grupo que preside Manuel Pizarro. El largo año de culebrón ha jugado en todo momento a favor de los accionistas de Endesa.
Para muchos analistas, los 35 euros que se comprometió a pagar la eléctrica alemana E.ON el pasado 26 de septiembre son un suelo de valoración para los títulos de la española. El consejo de administración de Endesa se reunió el pasado martes y, pese a considerar positiva la oferta de E.ON, eludió pronunciarse sobre el precio.
Sin embargo, en un escrito al Tribunal Supremo para que levante la suspensión cautelar de la opa de Gas Natural, Endesa dice que la alemana “puede mejorar su oferta de 35 euros y, a juzgar por su capacidad financiera, podría hacerlo en términos inalcanzables para Gas Natural.
El mercado se lo está pensando. Las acciones de Endesa han llegado a cotizar a 36,25 euros, lo que estaría descontando un aumento del precio que se ha comprometido a pagar E.ON. Pero los inversores han empezado a aflojar y los títulos de la eléctrica han retrocedido en los últimos días hasta 35,47 euros.
Preocupa la posición de Acciona, que ha reforzado su presencia como primer accionista de Endesa esta misma semana –tienen ya el 20% del capital–, y que podría dificultar la opa de E.ON, cuya oferta considera insuficiente (ver información adjunta). En los últimos días ha aparecido un nuevo factor para complicar la escena: la posible entrada de Manuel Jove, presidente de Fadesa, en el capital de Endesa.
Pero también parece razonable la postura de esperar el desenlace de la batalla por el control del grupo que preside Manuel Pizarro. El largo año de culebrón ha jugado en todo momento a favor de los accionistas de Endesa.
Para muchos analistas, los 35 euros que se comprometió a pagar la eléctrica alemana E.ON el pasado 26 de septiembre son un suelo de valoración para los títulos de la española. El consejo de administración de Endesa se reunió el pasado martes y, pese a considerar positiva la oferta de E.ON, eludió pronunciarse sobre el precio.
Sin embargo, en un escrito al Tribunal Supremo para que levante la suspensión cautelar de la opa de Gas Natural, Endesa dice que la alemana “puede mejorar su oferta de 35 euros y, a juzgar por su capacidad financiera, podría hacerlo en términos inalcanzables para Gas Natural.
El mercado se lo está pensando. Las acciones de Endesa han llegado a cotizar a 36,25 euros, lo que estaría descontando un aumento del precio que se ha comprometido a pagar E.ON. Pero los inversores han empezado a aflojar y los títulos de la eléctrica han retrocedido en los últimos días hasta 35,47 euros.
Preocupa la posición de Acciona, que ha reforzado su presencia como primer accionista de Endesa esta misma semana –tienen ya el 20% del capital–, y que podría dificultar la opa de E.ON, cuya oferta considera insuficiente (ver información adjunta). En los últimos días ha aparecido un nuevo factor para complicar la escena: la posible entrada de Manuel Jove, presidente de Fadesa, en el capital de Endesa.
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