Estas fueron las ideas centrales lanzadas a la platea repleta de políticos y expertos del bloque por José Manuel Durão Barroso, el presidente de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, durante una conferencia de un día sobre energía, organizada en Portugal por el periódico local Diario de Noticias. El foro se realiza en un contexto de precios altos del petróleo, de fuertes limitaciones ambientales y de inestabilidad política en varios países exportadores. Motivos suficientes para que la seguridad y la continuidad de la oferta energética se hayan convertido en una de las principales preocupaciones de los dirigentes europeos. El aspecto ambiental, con una demanda mundial energética en aumento, con el planeta enfrentando los riesgos del recalentamiento, con una UE que es el primer importador de energía del mundo, no fue esquivado por Durão Barroso al señalar que el propósito del bloque es disminuir en 20 por ciento el consumo para 2020.
La Comisión pretende acelerar la transición de la UE hacia una economía con baja emisión de gases para la atmósfera, reduciendo cinco por ciento el nivel existente en 1990, pero los expertos consideran que ese objetivo difícilmente pueda ser cumplido, ya que las emisiones han aumentado en lugar de disminuir .
En materia energética, "es preciso que la UE hable con voz única", porque actuando en conjunto, el bloque tendrá fuerza para "proteger y afirmar sus intereses en un mundo cada vez más competitivo en términos de recursos energéticos", precisó. El encuentro de alto nivel contó, entre otros, con la participación del primer ministro de Portugal, José Sócrates, y de la comisaria de la Competencia de la Comisión de la UE, holandesa Neelie Kroes.
Durante su intervención, Durão Barroso presentó un esbozo del paquete de medidas destinadas a establecer una política energética común, que la sede de la UE de Bruselas deberá presentar en la cumbre que celebrará en enero próximo. En esa oportunidad, según Durão Barroso, la Comisión presentará un paquete global de medidas energéticas con el propósito de combatir las consecuencias de las alteraciones climáticas, crear un mercado único competitivo y reducir la vulnerabilidad externa. Las propuestas van a contemplar varios instrumentos, tales como un análisis estratégico de la energía, una clasificación a largo plazo de las fuentes renovables, un informe sobre el mercado interno, un estudio sobre las infraestructuras del sector con interés estratégico, así como otro acerca del carbón como elemento sustentable en la UE.
"Con este paquete, la UE va a salvaguardar su futuro energético", garantizó Durão Barroso.
En la actualidad, la UE es el mayor importador y el segundo consumidor de energía del mundo después de Estados Unidos, con una dependencia del exterior de 50 por ciento, valor que podría subir hasta 70 por ciento en 2030. Portugal y Chipre, con más de 95 por ciento de compra de energía al exterior, son los países más dependientes de la UE. En este contexto, es "absurda y peligrosa" la existencia "de 27 minimercados europeos de energía, en lugar de uno solo", opinó el presidente de la Comisión, incluyendo a Bulgaria y a Rumania, que ingresarán el 1 de enero de 2007 al bloque que hoy conforman 25 estados.
"Felizmente se está produciendo una revolución tranquila en toda Europa, con el reconocimiento de la necesidad de una política energética integrada común", añadió.
La comisaria Kroes, al ser consultada por IPS, dijo que la UE "debe comenzar a caminar hacia la búsqueda de soluciones, porque sólo así podrá encontrar esas soluciones".
Sobre las diferentes políticas imperantes, expresó que Portugal "es el único estado miembro del bloque que entiende la nueva lógica de separación de las infraestructuras de la distribución y producción de energía".
En la óptica de Durão Barroso, un frente unido energético de los dos países miembro, se traducirá en un fortalecimiento de la UE ante Rusia, principal proveedor de gas natural al resto del continente, estado con el que espera establecer un nuevo acuerdo de colaboración en este campo.
Otro aspecto considerado relevante por los expertos asistentes, lo constituye el anuncio del apoyo que la UE ofrecerá a los estados miembro que deseen apostar en la energía nuclear, en especial en las áreas de investigación y de seguridad.
"El debate sobre energía nuclear en Europa no debe ser un tabú", enfatizó Durão Barroso.
Sin embargo, a renglón seguido apuntó que "cabe a los gobiernos del bloque, no a la Comisión, decidir si recurren o no a la energía nuclear, pero la UE puede dar una contribución a aquellos que lo desearen".
La energía nuclear es uno de los cuatro pilares de la política de la Comisión para reducir las emisiones de dióxido de carbono en la UE. Los demás son el aumento de la eficiencia energética, el recurso a fuentes renovables y el uso de hidrocarburos limpios.
En Portugal, el empresario Patrik Monteiro de Barros realizó un proyecto para construir una central nuclear de última generación, con una potencia instalada de 1.600 megavatios (MW), que demoraría siete años en comenzar a funcionar. Pero Sócrates, afirmó que el recurso a este tipo de energía no está en el programa ni en la agenda de este gobierno, cuya legislatura termina en 2009. En cambio, el gobernante lusitano no esconde su opción por la energía solar, eólica y la obtenida por el aprovechamiento de las olas marítimas.
Ardiente defensor del ambiente, Sócrates ocupó esa cartera ministerial durante el gobierno de Antonio Guterres (1995-2002), el ex secretario general del Partido Socialista y actual Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Poco antes de las 14:00 horas, el primer ministro salió apresuradamente del seminario, pues contaba con una hora para llegar a la localidad de Moura, bajo los cielos casi siempre limpios del sur de Portugal, para presidir la colocación de la primera piedra de la fábrica de paneles solares destinados a la mayor central de este tipo del mundo.
El alcalde de Moura, José Maria Pós-de-Mina, explicó que esa fábrica producirá los paneles fotovoltaicos para la central, que deberá comenzar a funcionar en diciembre de 2007. Con más de 350.000 paneles puestos en cerca de 10.000 estructuras en 114 hectáreas ubicadas en la zona más soleada de Europa, la central se convertirá en la mayor del mundo, con una capacidad instalada de 62 megavatios, seis veces más que el actual más grande complejo de este tipo, situado en Alemania. Tanto la fábrica como la central solar están siendo construidas por la empresa española Acciona, con una inversión de 264,6 millones de euros (338 millones de dólares al cambio actual).
Pero lo que más parece entusiasmar a Sócrates es que la producción de la gigantesca central solar permitirá evitar la emisión para la atmósfera de 60.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año, principal responsable de provocar el llamado efecto invernadero.
source: IPS
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