Según ha manifestado el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien se encuentra de visita en China, los suministros se realizarán tanto de Siberia Occidental como de la Oriental. Muchos analistas comprenden mal el sentido de este complicado esquema.
Rusia quiere garantizar en primer lugar los envíos desde Siberia Occidental, desde la Comarca Autónoma de los Nenets de Yamal. Es una distancia dos veces mayor que el largo declarado de la nueva tubería, llamada convencionalmente “Altai” (3 mil kilómetros). Su construcción se valora en 10 mil millones de dólares, la parte rusa muestra la disposición a financiar ella misma el proyecto, sin atraer a inversores chinos.
Putin ha calificado de “más fáciles y más rápidos” los suministros de gas ruso desde Siberia Occidental que desde la Oriental, en particular desde Kovykta, provincia de Irkutsk. Según él, ese yacimiento no figura entre los prioritarios.
“La distancia de Kovykta a China es mucho más corta, por lo que sería más rentable tender la tubería desde Siberia Oriental”, dice el analista Alexei Kormschikov, del grupo financiero URALSIB. Dmitri Lukashov, de ATON, tampoco comprende por qué se prefiere construir un gasoducto dos veces más largo que el que se tendería de Siberia Oriental.
Expertos expresan dudas también con respecto a los volúmenes de los suministros y el costo del proyecto. “Los yacimientos de Siberia Occidental se explotan desde hace mucho y algunos ya están muy agotados”, dice Kormschikov. Anteriormente, expertos de la empresa TNK-BP ruso-británica valoraban de 14 mil millones de dólares el acondicionamiento del yacimiento de Kovykta y el tendido de la tubería de allí a China.
Un experto, que ha preferido mantener anonimato, ha explicado los motivos por los que se guía GAZPROM del modo siguiente: Se trata de impedir el acceso al gasoducto para la TNK-BP, de ahí las declaraciones de que en primer lugar van a potenciarse los yacimientos de gas de Siberia Occidental, dijo.
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