Repsol YPF no está dispuesta a tirar la toalla en Bolivia, pero tampoco va a invertir o a negociar nada bajo presión de rehenes (dos de sus máximos ejecutivos están retenidos en el país por un presunto delito de contrabando). Se siente injustamente perseguida, cuando ha sido la primera petrolera en aceptar renegociar el marco contractual y en reafirmar su compromiso inversor en Bolivia. Fuentes de su sector creen que las distintas facciones de la coalición gubernamental están polarizando en la española sus disputas por el liderazgo de la misma.
Repsol YPF está convencida de que más pronto que tarde habrá concordia y acuerdo con las autoridades bolivianas, porque es lo que más beneficia a ambas partes. Bolivia necesita inversiones para poder producir y exportar hidrocarburos con los que financiar su desarrollo y las petroleras internacionales que operan en ese país, 25 en total, necesitan a su vez un marco jurídico estable y un horizonte de rentabilidad razonable para las inversiones que ya han hecho (1.000 millones de euros en el caso del grupo hispano argentino, de los que sólo se han repatriado 30 millones de euros) y para las que aún tienen en cartera. Salvo eso, señalan fuentes empresariales, todo es negociable. Y la prueba, agregan, en el caso concreto de Repsol YPF, es el pragmatismo que ya demostró hace unos meses en Venezuela dónde ha sido la primera petrolera internacional en aceptar y negociar los cambios contractuales y operativos promovidos por el Gobierno de Hugo Chávez.
1 comment:
El ministro Soliz está muy firme
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