El Gobierno boliviano está dipuesto a recuperar la mayoría accionarial de las tres petroleras bolivianas privatizadas parcialmente entre 1993 y 1997: Andina, Chaco y Transredes. Repsol compró 50% de la primera, British Petroleum lo hizo de la segunda y un consorcio formado por Shell y Enron adquirió la mitad del capital de la tercera. El 50% restante de todas ellas está en manos de las AFP o Administradoras de Fondos de Pensiones de ciudadanos bolivianos, dice una nota del diario español La Razón en su edición digital.
Añade que el objetivo que se ha marcado el Gobierno de Evo Morales es conseguir que las corporaciones internacionales vendan a sus socios en estas compañías el 1% del capital. De esta manera, el control pasaría a las AFP -y, más adelante, de éstas al Estado boliviano-, y las petroleras extranjeras no tendrían autoridad para tomar decisiones en la compaía.
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