Desde hace cierto tiempo dejé atrás el chantaje ideológico que sostienen muchos amigos del MVR: "no puedes hacer una crítica porque beneficias al enemigo". Bajo este pretexto, muchos malestares, manejos dolosos y desviaciones fueron amordazados y reprimidos durante años y por esta razón la militancia que hoy se manifiesta en muchos casos de forma explosiva, que en cada Aló, Presidente va con sus pancartas a expresar su descontento o simplemente sus problemas, es un detonante que ha roto esa mordaza y ha dado rienda suelta a la expresión espontánea del soberano.
El daño que se le hizo al proceso y al propio gobierno es enorme, no hay formas de avanzar en una revolución si no se produce una teoría que oriente el proceso revolucionario y no se ejerce duramente la crítica y autocrítica a fin de evaluar y direccionar el curso, corregir los errores y rectificar las desviaciones.
Dicho lo anterior quiero referirme al reciente incendio en la Refinería de Amuay, este accidente, que por esas casualidades de la vida no deja saldos fatales, debe producir un estremecimiento, desde la Junta Directiva de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) hasta el último obrero que trabaja en esta gran corporación.
Este incidente pone nuevamente al descubierto severas deficiencias que pudieran estar presentes en el área operacional, de mantenimiento o de seguridad, todo parece indicar por la alta frecuencia de estos lamentables y costosos incendios, que se están cometiendo graves omisiones en los programas de mantenimiento o en los manuales operacionales.
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