Después de atacar con dureza el pasado viernes al Gobierno español por propiciar una gran empresa energética nacional, la Comisión Europea acogió ayer sin críticas la gran fusión energética francesa. La de la empresa pública Gaz de France con Suez para impedir una oferta hostil de la italiana Enel sobre Suez no supone ninguna violación a la libre circulación de capitales garantizada en la Unión Europea (UE), destacó el Ejecutivo comunitario desestimando las denuncias italianas.
"En este momento, no tengo ningún indicio de violación de la libre circulación de capitales", afirmó el portavoz de la Comisión Europea en relación con la fusión francesa y las denuncias del Gobierno italiano contra la misma. "No me consta ninguna carta de protesta del Gobierno italiano", añadió el mismo portavoz.
GRANDES GRUPOS
El Ejecutivo comunitario insistió mucho en que la UE necesita grandes empresas energéticas para afrontar los desafíos del mundo globalizado y una mayor integración de los mercados europeos. "Necesitamos actores fuertes en el mercado", dijo el portavoz de la Comisión. Esos grandes grupos, indicó, deben ser fruto del mercado más que de la política.
Con la exquisita prudencia habitual de Bruselas cuando se trata de intereses franceses o alemanes, el portavoz comunitario eludió exigir la autorización de la fusión francesa. "Corresponde a las compañías hacer los cálculos sobre su facturación y notificar o no la operación" a las autoridades comunitarias, señaló. El portavoz recordó incluso la norma de los dos tercios, que concede la competencia de las fusiones a las autoridades nacionales cuando más del 66% de la facturación europea de cada empresa se realiza en el mismo estado. No obstante, la Comisión Europea precisó que, si la fusión francesa finalmente se notifica, será examinada con atención y de acuerdo con las normas de competencia y libre circulación de capitales.
La postura de la Comisión Europea frente a la fusión energética francesa estuvo en las antípodas de los virulentos ataques y amenazas emitidos el pasado viernes contra el Gobierno español por dificultar la compra de Endesa por parte de la alemana E.ON. El Ejecutivo comunitario, además, no ha expresado tampoco recelos ante el blindaje de Alemania para impedir cualquier compra de E.ON. En esa línea crítica, la Comisión indicó ayer que estaba examinando las medidas adoptadas por el Gobierno el pasado viernes en el sector energético y que se pronunciará cuando termine ese análisis.
DETERMINACIÓN DE PARÍS
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Philippe Douste-Blazy, defendió abiertamente en Bruselas que Francia "hace todo lo posible para que haya grandes grupos franceses". Douste-Blazy, tras participar en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE, calificó de "estratégica" la fusión francesa y señaló que la oferta italiana "no era aceptable para los intereses de Francia".
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aprovechó también el Consejo de Ministros para mantener una conversación con su homólogo alemán. Le transmitió que el Gobierno "hará todo lo posible para defender los intereses nacionales dentro del marco comunitario". Moratinos indicó que no existe una política común energética en la UE, sólo las políticas nacionales, por lo que España tiene plena legitimidad para impulsar un gran grupo energético español.
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