Autor: DANIEL CARDOZO
Cuando se trata de fanáticos y extremistas, los grupos radicales musulmanes siempre llevan la batuta y son considerados aun más frenéticos y crueles que cualquiera de los demás radicales, guerrilleros o terroristas del mundo entero.
Muestras de su crueldad sin mesura sobran en las paginas web del mundo donde se vanaglorian de mostrar decapitaciones, torturas, fusilamientos y todo tipo de actos criminales aun en contra de mujeres indefensas por una sola razón: atreverse a pensar distinto a ellos u “ofender” su sagrado Islam aun cuando ellos ofendan a quien se les pegue la gana, pues dentro de su pensamiento, ellos son seres predestinados a joder a medio mundo pero a ellos nadie puede tocarles.
Es un hecho que por ejemplo, los actuales gobiernos de Siria e Irán están dirigidos por fanáticos fundamentalistas a quienes no les importa cortar el cuello de quien sea con tal de imponer sus preceptos religiosos e ideológicos, pero es Irán quien de manos de su actual “presidente” ha dado muestras absolutas de barbarie al negar el holocausto, diseminar la idea de desaparecer del mapa a Israel o tratar obstinadamente de empujar a la humanidad a una catástrofe nuclear, y no faltan aquellos imbeciles con corbata que, a cuenta de su propio fundamentalismo ideológico y sus obcecadas ideas de dominación absolutista, se le unan en el coro fatalista que grita “ tenemos derecho a destruir al mundo pero nadie tiene derecho a cuestionarnos”.
Uno de estos regimenes que apoyan el fundamentalismo islámico es el de Venezuela, encarnado en Hugo Chávez, quien a cuenta de su odio acérrimo en contra de los paises desarrollados – en especial los EUA – acepta de buen grado sustentar las acciones de un puñado de iracundos desalmados que entre oraciones, llamados a la guerra santa y bombas, tratan de destruir toda forma de civilización avanzada en el mundo.
Entre acuerdos “de cooperación”, planes de “desarrollo” y otras fachadas, el régimen de Caracas pretende esconder su ya cantada intención de sustentar – al igual que una Rusia postrada entre la corrupción y sus propias contradicciones – las pretensiones atómicas de un sangriento asesino confeso de la calaña del presidente de Irán, quien ya posee su propio prontuario como terrorista internacional, pero las cosas no son tan sencillas como parecen: hay un claro acuerdo entre Caracas y Teherán quienes, usando el petróleo como arma y la intimidación – o terrorismo – como método y por medio de sus políticas de acercamiento, intentan postrar de rodillas al mundo occidental, o mejor dicho, al resto de la humanidad que ha alcanzado un grado de modernidad, civilización y progreso distinto y superior al que exhiben los dos gorilas atómicos de Teherán y Caracas.
Según se desprende de las noticias y los análisis de avezados investigadores el “eje del siglo XXI” Caracas – Teherán – Damasco – La Habana y algunos otros países del ya minoritario entorno comunista – pregúntense que hacia un avión de la fuerza aérea vietnamita en días pasados en Maiquetía o el porque de los acercamientos entre Caracas y Corea del Norte – tiene una única intención y sentido: forzar a las grandes potencias encabezadas por USA a tomar alguna acción en contra de los gobiernos de países como Irán o Venezuela que continuamente y por medios insospechados, no solo atacan al gigante del norte sino que en sus vecindades prenden mechas desestabilizadoras muy peligrosas aupando a todo tipo de movimientos radicales o terroristas, todo a costa del petróleo y de la miseria de sus pueblos.
No por nada entre quienes encabezan la lista de provocadores mundiales esta el delirante “presidente” de Venezuela – su ultima demostración de bajeza moral fue este fin de semana pasado en su alocución dominical – así como todos y cada uno de los lideres fundamentalistas o radicalistas tenebrosos de cada una de las naciones mencionadas anteriormente, y tampoco es nada raro que estas naciones apoyen y financien todo tipo de organizaciones criminales y terroristas que estén dispuestas a destruir objetivos occidentales o a crear condiciones de zozobra alrededor del mundo.
Pero el petróleo sigue siendo la herramienta estratégica preferida por ser este no solo imprescindible en el mundo actual sino también muy volátil en sus costos, pero el uranio y la amenaza nuclear es a su vez, el complemento perfecto para amenazar y atacar al mundo entero y poseer cierto nivel de protección, y es por eso que el gobierno de Caracas esta tan embutido en las ya probadas investigaciones y explotaciones de reservas del mineral radioactivo, pues busca desesperadamente poseer en corto tiempo un arma persuasiva eficiente – tal cual la tuvo Cuba en su momento – como lo es un misil atómico a corta distancia de su tan odiado y amado enemigo: los Estados Unidos de América.
Pareciera una absoluta demencia el pensar esto, pero igualmente resultó impensable para algunos ciegos e ilusos cuando hace cuatro años por estos mismos medios alerte acerca del plan de destrucción de la democracia que desde Cuba se exporto a Venezuela apenas olfatearon la posibilidad de la no aceptación del modelo castrista, así que no duden que los tiros – o los misiles – vengan por ahí.
La otra parte, el factor petrolero, es obvio hacia donde se dirige: buscan desesperadamente o el motivo para que Irán, Venezuela, Nigeria y otros países dentro de ese ámbito de barbarie ideológica se vean “obligados” a cortar el suministro petrolero a USA y sus aliados usando como excusa cualquier acción que tomen las naciones industrializadas en contra de estos gobiernos terroristas o incluso mediante la creación de ficticios atentados o que estos países industrializados, viendo que con lo que gastan petróleo con esos “proveedores” se financian movimientos terroristas, guerrillas, narcotráfico y subversiones en su contra e incluso dentro de sus propias fronteras disfrazados como ayudas a los pobres u ONG´S, sean estas naciones las que corten las compras en forma de boicot, para así se eleve el precio del crudo por encima de los 100$ el barril, crear una espiral inflacionaria en los grandes países consumidores y una gran crisis energética – como sucedió en épocas pasadas, solo que ahora tendría un impacto muchísimo mayor – con la intención de que esta situación pueda poner de rodillas a las grandes potencias ante estos miserables asesinos fundamentalistas, comunistas y “bolivarianos”.
Cuando se trata de fanáticos y extremistas, los grupos radicales musulmanes siempre llevan la batuta y son considerados aun más frenéticos y crueles que cualquiera de los demás radicales, guerrilleros o terroristas del mundo entero.
Muestras de su crueldad sin mesura sobran en las paginas web del mundo donde se vanaglorian de mostrar decapitaciones, torturas, fusilamientos y todo tipo de actos criminales aun en contra de mujeres indefensas por una sola razón: atreverse a pensar distinto a ellos u “ofender” su sagrado Islam aun cuando ellos ofendan a quien se les pegue la gana, pues dentro de su pensamiento, ellos son seres predestinados a joder a medio mundo pero a ellos nadie puede tocarles.
Es un hecho que por ejemplo, los actuales gobiernos de Siria e Irán están dirigidos por fanáticos fundamentalistas a quienes no les importa cortar el cuello de quien sea con tal de imponer sus preceptos religiosos e ideológicos, pero es Irán quien de manos de su actual “presidente” ha dado muestras absolutas de barbarie al negar el holocausto, diseminar la idea de desaparecer del mapa a Israel o tratar obstinadamente de empujar a la humanidad a una catástrofe nuclear, y no faltan aquellos imbeciles con corbata que, a cuenta de su propio fundamentalismo ideológico y sus obcecadas ideas de dominación absolutista, se le unan en el coro fatalista que grita “ tenemos derecho a destruir al mundo pero nadie tiene derecho a cuestionarnos”.
Uno de estos regimenes que apoyan el fundamentalismo islámico es el de Venezuela, encarnado en Hugo Chávez, quien a cuenta de su odio acérrimo en contra de los paises desarrollados – en especial los EUA – acepta de buen grado sustentar las acciones de un puñado de iracundos desalmados que entre oraciones, llamados a la guerra santa y bombas, tratan de destruir toda forma de civilización avanzada en el mundo.
Entre acuerdos “de cooperación”, planes de “desarrollo” y otras fachadas, el régimen de Caracas pretende esconder su ya cantada intención de sustentar – al igual que una Rusia postrada entre la corrupción y sus propias contradicciones – las pretensiones atómicas de un sangriento asesino confeso de la calaña del presidente de Irán, quien ya posee su propio prontuario como terrorista internacional, pero las cosas no son tan sencillas como parecen: hay un claro acuerdo entre Caracas y Teherán quienes, usando el petróleo como arma y la intimidación – o terrorismo – como método y por medio de sus políticas de acercamiento, intentan postrar de rodillas al mundo occidental, o mejor dicho, al resto de la humanidad que ha alcanzado un grado de modernidad, civilización y progreso distinto y superior al que exhiben los dos gorilas atómicos de Teherán y Caracas.
Según se desprende de las noticias y los análisis de avezados investigadores el “eje del siglo XXI” Caracas – Teherán – Damasco – La Habana y algunos otros países del ya minoritario entorno comunista – pregúntense que hacia un avión de la fuerza aérea vietnamita en días pasados en Maiquetía o el porque de los acercamientos entre Caracas y Corea del Norte – tiene una única intención y sentido: forzar a las grandes potencias encabezadas por USA a tomar alguna acción en contra de los gobiernos de países como Irán o Venezuela que continuamente y por medios insospechados, no solo atacan al gigante del norte sino que en sus vecindades prenden mechas desestabilizadoras muy peligrosas aupando a todo tipo de movimientos radicales o terroristas, todo a costa del petróleo y de la miseria de sus pueblos.
No por nada entre quienes encabezan la lista de provocadores mundiales esta el delirante “presidente” de Venezuela – su ultima demostración de bajeza moral fue este fin de semana pasado en su alocución dominical – así como todos y cada uno de los lideres fundamentalistas o radicalistas tenebrosos de cada una de las naciones mencionadas anteriormente, y tampoco es nada raro que estas naciones apoyen y financien todo tipo de organizaciones criminales y terroristas que estén dispuestas a destruir objetivos occidentales o a crear condiciones de zozobra alrededor del mundo.
Pero el petróleo sigue siendo la herramienta estratégica preferida por ser este no solo imprescindible en el mundo actual sino también muy volátil en sus costos, pero el uranio y la amenaza nuclear es a su vez, el complemento perfecto para amenazar y atacar al mundo entero y poseer cierto nivel de protección, y es por eso que el gobierno de Caracas esta tan embutido en las ya probadas investigaciones y explotaciones de reservas del mineral radioactivo, pues busca desesperadamente poseer en corto tiempo un arma persuasiva eficiente – tal cual la tuvo Cuba en su momento – como lo es un misil atómico a corta distancia de su tan odiado y amado enemigo: los Estados Unidos de América.
Pareciera una absoluta demencia el pensar esto, pero igualmente resultó impensable para algunos ciegos e ilusos cuando hace cuatro años por estos mismos medios alerte acerca del plan de destrucción de la democracia que desde Cuba se exporto a Venezuela apenas olfatearon la posibilidad de la no aceptación del modelo castrista, así que no duden que los tiros – o los misiles – vengan por ahí.
La otra parte, el factor petrolero, es obvio hacia donde se dirige: buscan desesperadamente o el motivo para que Irán, Venezuela, Nigeria y otros países dentro de ese ámbito de barbarie ideológica se vean “obligados” a cortar el suministro petrolero a USA y sus aliados usando como excusa cualquier acción que tomen las naciones industrializadas en contra de estos gobiernos terroristas o incluso mediante la creación de ficticios atentados o que estos países industrializados, viendo que con lo que gastan petróleo con esos “proveedores” se financian movimientos terroristas, guerrillas, narcotráfico y subversiones en su contra e incluso dentro de sus propias fronteras disfrazados como ayudas a los pobres u ONG´S, sean estas naciones las que corten las compras en forma de boicot, para así se eleve el precio del crudo por encima de los 100$ el barril, crear una espiral inflacionaria en los grandes países consumidores y una gran crisis energética – como sucedió en épocas pasadas, solo que ahora tendría un impacto muchísimo mayor – con la intención de que esta situación pueda poner de rodillas a las grandes potencias ante estos miserables asesinos fundamentalistas, comunistas y “bolivarianos”.
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