Etanol del imperio suscita contradicciones en Venezuela

"Yo le garantizo a Venezuela que habrá mucha gente comprando petróleo venezolano", aseguró hace un mes Celso Amorim, canciller de Brasil, en previsión a la polémica que desataría la alianza entre ese país y Estados Unidos para expandir la producción y uso del etanol, un alcohol que ha comenzado a sembrar esperanzas futuras sobre un menor consumo de la costosa gasolina convencional.
La reacción del presidente Chávez no se hizo esperar. Tras explicar las ingentes cantidades de superficies sembradas que se requieren para generar apenas unos miles de barriles diarios de etanol -desplazando alimentos como el maíz, la yuca y la caña de azúcar del consumo humano-, sugirió que del etanol es preferible poco.
Hasta ahora, sin embargo, Venezuela no se había resistido a la embriaguez del etanol. En 2005, como parte del lanzamiento del plan de negocios de Pdvsa, bautizado no por casualidad Siembra Petrolera, se anunció la importación de etanol brasileño para sustituir el tetraetilo de plomo en la gasolina nacional, así como la fabricación del alcohol en suelo patrio, con lo cual se daría impulso, además, al plan de siembra.
El primer contrato de provisión de etanol brasileño se firmó ese año y permitió la disposición por parte de Pdvsa de 25 millones de litros, una cantidad insignificante que impulsó, no obstante, el proyecto piloto para el uso de ese hidrocarburo en el mercado interno.
Ya al cierre de 2006 se importaron 150 millones de litros de etanol que significaron 1% del consumo interno de combustibles de uso automotor. Pdvsa, por su parte, creó la filial Alcoholes de Venezuela para acometer el proyecto junto a la Corporación Venezolana Agraria.

Y el globo se desinfló

De haber cuajado los planes que se trazaron las autoridades en los lapsos establecidos, en este momento toda la gasolina del mercado interno, unos 250 mil barriles diarios, estaría mezclada al menos en un mínimo porcentaje con etanol y las obras de construcción de la primera planta para su fabricación local estarían avanzadas para inaugurarla este mismo año.

Sin embargo, lo altamente corrosivo que resulta el etanol al reaccionar con el agua depositada típicamente en tuberías y tanques de las bombas ha impedido su veloz masificación, hasta tanto se ejecute un plan nacional de mantenimiento de instalaciones que garantice la existencia de menos de 2 mil partes por millón de agua.

Por ahora, sólo los autos del oriente del país están utilizando etanol brasileño en sus tanques, principalmente los que adquieren gasolina de 91 octanos, uno de los motivos por los cuales parte del parque automotor ha migrado últimamente al uso del tipo de 95 octanos.

El plan global de etanol ideado por las autoridades petroleras y agrícolas del país prevé la construcción de 15 plantas en suelo local, 11 de ellas con ayuda de Cuba a través del convenio integral de cooperación; para producir en 2010 unos 55 mil barriles diarios del combustible.

La primera fase, cuya fecha no se ha precisado, contempla la provisión de 25 mil barriles al día para ser mezclados en 10% con la gasolina tradicional. Para ello se estima la necesidad de sembrar 276 mil hectáreas de caña de azúcar, lo cual implicaría expandir en 13% el plan de siembra previsto para 2006.

Los primeros recursos para emprender este ambicioso proyecto ya se comprometieron para la planta de etanol número uno, que estará ubicada en el estado Portuguesa. Se trata de 340 millardos de bolívares que serán ejecutados por CVA Azúcar. Según se ha informado, Mérida y Trujillo también tendrán plantas de etanol y otras tres se situarán en Barinas.

¿Por qué América Latina?


El director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, Claude Mandil, fue enfático y honesto al recomendar a las naciones europeas importar etanol brasileño antes de dedicar hectáreas propias a su fabricación.

El riesgo de convertir a los países en monoproductores, el incremento de precios que registrarían los alimentos al menos a corto plazo -un fenómeno que ya comenzó a observarse en México- y la lucha que se propiciaría para acceder a ellos se perfilan como los principales obstáculos de dedicar ingentes cantidades de hectáreas a la formulación de etanol.

No por casualidad entonces, tras ignorar por años a América Latina, el país del Norte ha comenzado a evaluar la potencialidad de las vastas áreas verdes de la región. La mayor parte de sus gobiernos -entre ellos los mismos que se benefician del financiamiento venezolano previsto en el Acuerdo Energético de Caracas o Petrocaribe- ha considerado la oferta de EEUU como una oportunidad para expandir su producción agrícola mientras coquetea con la idea de la "OPEP del etanol".

Colombia, incluso, anunció la disposición de 6 millones de hectáreas en la cuenca del Orinoco para sembrar caña destinada a la elaboración del alcohol, una noticia que enfureció a Chávez y que ha propiciado por parte del Gobierno venezolano la propuesta a sus vecinos de otras alternativas: el MTBE (metil terbutil éter), prohibido en EEUU y que en Venezuela lo produce Pequiven; y el gas natural, del cual al país aún le queda por superar un significativo déficit de 800 millones de pies cúbicos diarios en su mercado interno.

¿Y los fertilizantes?

El etanol es un alcohol combustible que se puede producir a través de procesos de fermentación similares a los que requiere la elaboración de los alcoholes etílicos.

Se trata entonces de un hidrocarburo que puede ser generado por dos vías: mediante el tratamiento del etano, uno de los componentes del gas natural; y a través del procesamiento y destilación de alimentos como la caña de azúcar, la yuca o el almidón de maíz. Estudios han demostrado que virtualmente cualquier componente orgánico puede utilizarse para producir etanol, entre ellos la celulosa que se usa como materia prima para el papel.

Si se opta por la vía de la siembra, las superficies cosechadas requieren, como cualquier otra, la disposición de urea, un fertilizante que es producido por la industria petroquímica a partir del gas.

Saúl Amaliach, presidente de Pequiven, calcula que para producir 1 millón de b/d de etanol es necesario sembrar 20 millones de hectáreas de maíz o caña de azúcar que a su vez requieren 4 millones de toneladas de urea a partir de 400 millones de pies cúbicos diarios de gas. Se gastarían, por ende, dos litros de combustible por cada litro de etanol producido.

Alcohol en litros

Los dos primeros. Brasil es el principal productor mundial de etanol con 18 mil millones de litros al año. Su estatal petrolera, Petrobrás, tiene en visualización 40 proyectos que significan $8 mil millones y ya comenzó a exportarlo a países como Venezuela, Nigeria y Japón. Junto a EEUU suma 70% de su fabricación mundial.

El etanol imperial. Según la prensa brasileña, la alianza Bush-Lula en la materia implica una inversión de 100 mil millones de dólares en cinco años. La magnitud del desembolso ha comenzado a generalizar la idea de crear una OPEP del etanol, a lo cual Venezuela contestó con la formación de una OPEP del gas con Argentina y Bolivia.

Uso en crecimiento. En suelo carioca se mezcla hoy el etanol en 40%. Aunque en EEUU su uso es bastante variable según la localización geográfica, hay estaciones y autos preparados para utilizar E85, la gasolina con mayor mezcla de etanol del mercado, que es 85%.

Todos quieren intervenir. No sólo firmas petroleras como Petrobrás están interesadas en el negocio. Gigantes del sector alimentos, entre ellos Cargill, están incursionando en la producción de etanol.

Mercados atentos. El etanol se ha ido haciendo su propio mercado. En las principales bolsas del mundo ya se cotiza el RBOB, base combustible para agregar etanol en las estaciones de servicio.
Investigadores a tono. Empresas de capital de riesgo, entre ellas Microsoft, están invirtiendo en el desarrollo de tecnología de transformación de celulosa para formular un etanol menos contaminante.

Source: El Universal

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