VENEZUELA: PDVSA 2017-27-37

by Rafael Díaz Casanova (Analitica)
Con ese extraño nombre se pueden identificar los bonos que está emitiendo PDVSA por un monto agregado de cinco mil millones de dólares americanos para colocarlos de manera inicial en el mercado venezolano.

El precio de un combo compuesto por un cuarenta por ciento de los que vencen el 2017, otro cuarenta por ciento de los que vencen el 2027 y el veinte por ciento restante de los que vencen el 2037 se venderá con una prima de cinco y medio por ciento y los cupones de rendimiento anual son de cinco y un cuarto por ciento para los de diez años, cinco y tres octavos para los de veinte años y cinco y medio por ciento para los que vencerán dentro de treinta años. Para asumir el riesgo de colocar dinero en esta colocación se tienen que analizar varios factores.

El primero de ellos es la calidad de la empresa emisora. PDVSA mantuvo por muchos años una de las más altas calificaciones entre las empresas singulares de Latinoamérica. Mejor dicho, hasta hace relativamente poco tiempo, PDVSA era la mejor empresa al sur del Río Grande. Era la compañía petrolera que mostraba los mejores índices en muchos de los rubros que tienen en consideración los analistas de la industria.

Desde hace varios años esta situación ha cambiado. La empresa no suministra la información financiera ni operativa que permita compararla con sus competidores. Su flujo de caja se ha distraído en dádivas que tampoco se contabilizan ni se auditan y la seguridad de sus operaciones se ha visto muy disminuida.

El segundo factor que se debe analizar es el del futuro de la actividad. En este sentido, el mes de septiembre del año pasado comentamos el libro “El fin del petróleo” escrito en 2004 por Paul Roberts y traducido por Jordi Vidal donde se hace un extenso análisis de las perspectivas de la industria y ahora podemos ver como Estados Unidos y Brasil han aunado esfuerzos para promover la industria del etanol como fuente renovable de combustibles para vehículos de motor. Se estima que para el 2025 se estará sustituyendo alrededor del veinticinco por ciento de los combustibles fósiles por etanol, en las operaciones de automotores.

Luego de este análisis formal se debe acometer el problema financiero.

Se trata de unos papeles que se adquieren en bolívares a una tasa que teóricamente coincide con la oficial, mas se les ha fijado un precio de 105,50% por lo que quien adquiera estos títulos y los mantenga hasta su vencimiento recibirá dólares que le habrán costado dos mil doscientos sesenta y ocho bolívares y dado que su rendimiento promedio es ligeramente inferior al cinco y tres octavos por ciento, estará comprando unos papeles con un rendimiento instantáneo de cinco mil ciento diecinueve por cien mil o dicho en términos comunes cinco coma ciento diez y nueve por ciento.

Mas ha pagado una prima de cinco y medio por ciento que deberá amortizar en algo menos de veinte años que es el plazo medio de vencimiento lo que significa una disminución del rendimiento de doscientos setenta y cinco por diez mil o cero coma doscientos setenta y cinco por ciento. Esta complicada y poco precisa operación nos arroja un rendimiento al vencimiento de cuatro coma ochocientos cuarenta y cuatro por ciento que para un papel con calificación BB no resulta suficientemente atractivo.

Un elemento adicional que tiene que tomarse en cuenta es el sitio donde se negociará este papel en el mercado secundario.

De acuerdo a la información suministrada por la empresa emisora, los bonos se inscribirán en la Bolsa de Luxemburgo lo cual, sin lugar a dudas, influirá en su liquidez.

En resumen, pensamos que se trata de una operación de bajo rendimiento para quienes lo hagan a largo plazo y de alto riesgo para quienes piensen liquidarlos en poco tiempo.

Caracas, marzo 26 de 2007