La celebración del 69 aniversario de la Expropiación Petrolera, este 18 de marzo, debe ser un acto de toma de decisiones ante la innegable declinación de producción de crudo y no de una guerra de cifras sobre la existencia de reservas para 10, 20 ó 40 años.
"En esta ocasión debería volverse una celebración mucho más analítica y de reflexión, de cómo muchas partes activas de la sociedad están concientes de que se nos están agotando los recursos petroleros y no hacemos nada", opinó el analista petrolero, Benjamín García Páez.
A unos días de conmemorar la expropiación de la industria petrolera decretada por el presidente Lázaro Cárdenas del Río en 1938, se manifestaron declaraciones encontradas en torno al agotamiento de las reservas petroleras de México.
El empresario mexicano Carlos Slim, el tercer hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, descalificó las declaraciones del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en el sentido de que a México sólo le quedan reservas petroleras para los próximos 20 años.
A principios de marzo, Carstens previó que dada la dotación de petróleo y la velocidad a la que se extrae "nos quedan quizá 15 ó 20 años más de petróleo, y eso indica que la fuente de ingresos que estamos obteniendo del petróleo también va a tener una vida limitada".
Slim afirmó que México tiene reservas para 40 años más, aunque aceptó que se requiere invertir entre 18 mil y 20 mil millones de dólares al año en exploración y producción de crudo y petroquímica, porque "si no hacemos nada", en cuatro años importaremos petróleo.
Petróleos Mexicanos (Pemex) por su parte y con base en la relación reservas-producción, proyecta que el país tiene crudo para los próximos 9.5 años, no muy distinto de parámetros internacionales.
El director general de la paraestatal, Jesús Reyes Heroles, explicó en un noticiero de televisión que para mantener esta relación reservas-producción se debe invertir más en exploración, porque en los últimos años no se destinaron recursos suficientes a esta área.
Indicó que según la proyección de Pemex en su plan estratégico, es probable que en los próximos dos años la relación reservas-producción baje a 9.0 años, pero comenzará a recuperarse a más de 10 años para 2015, por las inversiones adicionales que se realizan.
Al respecto, el profesor-investigador de la Facultad de Economía de la UNAM, Benjamín García Páez, coincidió en que para determinar los años que le quedan de petróleo a México se debe tomar como base la relación entre las reservas existentes y la producción anual.
Expuso que con base en las cifras certificadas, México tiene petróleo para mantener su consumo interno y exportar en los próximos 10 años, pero para evitar que el crudo se acabe es necesario invertir más en exploración y en otras fuentes energéticas alternativas.
El especialista en el mercado petrolero estimó que tan sólo en exploración y producción, Pemex necesita inversiones anuales por 20 mil millones de dólares de manera sostenida, precisamente en ese horizonte de 10 años en el que se calcula se acabará el energético.
El también coordinador del Programa Unico de Especialización de la Facultad de Economía de la UNAM mencionó que el caso "más patético y elocuente" de la declinación de la producción petrolera de México es el megayacimiento Cantarell, el más importante del país.
De acuerdo con datos de Pemex, la producción promedio anual de Cantarell durante 2006 fue de un millón 788 mil barriles al día, y para este año se estima que baje a un millón 526 mil barriles.
La menor producción de este año implica una tasa de declinación de 13.1 por ciento respecto a 2006, pero la paraestatal prevé que hacia finales de la actual administración se moderará a 4.5 ó 5.0 por ciento y en 2012 Cantarell producirá más de 700 mil barriles al día.
García Páez opinó que no hay mucho que celebrar este 18 de marzo, en la ceremonia que será encabezada por el presidente Felipe Calderón en Coatzacoalcos, Veracruz, sólo "el hecho histórico, la parte épica de la expropiación petrolera", expresó.
Este aniversario de la Expropiación Petrolera, dijo, coincide con una etapa de debilitamiento productivo de Pemex, tanto por la declinación de crudo como porque no se canalizan las inversiones necesarias para compensar esta baja.
"Esto implica que en una industria donde la parte extractiva es lo más importante, no hay mucho que celebrar", lamentó, al estimar que las reservas petroleras probadas de México ascienden a unos 12 mil millones de barriles y seguirán a la baja.
Expuso que en el aspecto financiero, Pemex está prácticamente al borde de una quiebra técnica, ya que sus pasivos (que al cierre de 2006 sumaron un billón 172.9 mil millones de pesos) prácticamente se han devorado a sus activos (un billón 210.4 mil millones de pesos).
Señaló que cualquier pérdida de Pemex repercute en el erario público, debido a que por concepto de impuestos, derechos y aprovechamientos la paraestatal pagó el gobierno federal 55 por ciento de sus ventas de 2006, aunque esta carga fiscal bajó respecto al 63 por ciento en 2005.
En opinión del analista petrolero, Pemex está "tecnológicamente discapacitada" porque no dispone de recursos para adquirir o desarrollar tecnología propia, además de que existen barreras legales para permitir la inversión privada en esta área.
Ante este panorama, el catedrático consideró fundamental llevar a cabo una reforma fiscal integral para que el gasto público deje de depender de los ingresos petroleros, y Pemex pueda invertir sus ganancias y dejar de pagar tantos impuestos.
Además, es necesario modernizar el marco jurídico de la paraestatal para que institucionalmente tenga la posibilidad de buscar fuentes de financiamiento, más allá de los pocos recursos fiscales que recibe cada año.
Es necesario, agregó, modernizar el Consejo de Administración de Pemex en el que participan diversos sectores (dependencias y el sindicato, entre otros) que tienen intereses económicos sobre los ingresos petroleros, distorsionado su función.
Esto implica también una mejor administración interna, tanto por el alto número de empleados como porque los directivos toman decisiones operativas que dañan a la empresa, entre ellas, que no son justas en la asignación de contratos a particulares.
Este 18 de marzo "debiera despertar la decisión" de emprender acciones estratégicas para salvar a la principal empresa de México de todos sus problemas, sobre todo, la declinación de su actividad central, la producción de petróleo, finalizó.
"En esta ocasión debería volverse una celebración mucho más analítica y de reflexión, de cómo muchas partes activas de la sociedad están concientes de que se nos están agotando los recursos petroleros y no hacemos nada", opinó el analista petrolero, Benjamín García Páez.
A unos días de conmemorar la expropiación de la industria petrolera decretada por el presidente Lázaro Cárdenas del Río en 1938, se manifestaron declaraciones encontradas en torno al agotamiento de las reservas petroleras de México.
El empresario mexicano Carlos Slim, el tercer hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, descalificó las declaraciones del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en el sentido de que a México sólo le quedan reservas petroleras para los próximos 20 años.
A principios de marzo, Carstens previó que dada la dotación de petróleo y la velocidad a la que se extrae "nos quedan quizá 15 ó 20 años más de petróleo, y eso indica que la fuente de ingresos que estamos obteniendo del petróleo también va a tener una vida limitada".
Slim afirmó que México tiene reservas para 40 años más, aunque aceptó que se requiere invertir entre 18 mil y 20 mil millones de dólares al año en exploración y producción de crudo y petroquímica, porque "si no hacemos nada", en cuatro años importaremos petróleo.
Petróleos Mexicanos (Pemex) por su parte y con base en la relación reservas-producción, proyecta que el país tiene crudo para los próximos 9.5 años, no muy distinto de parámetros internacionales.
El director general de la paraestatal, Jesús Reyes Heroles, explicó en un noticiero de televisión que para mantener esta relación reservas-producción se debe invertir más en exploración, porque en los últimos años no se destinaron recursos suficientes a esta área.
Indicó que según la proyección de Pemex en su plan estratégico, es probable que en los próximos dos años la relación reservas-producción baje a 9.0 años, pero comenzará a recuperarse a más de 10 años para 2015, por las inversiones adicionales que se realizan.
Al respecto, el profesor-investigador de la Facultad de Economía de la UNAM, Benjamín García Páez, coincidió en que para determinar los años que le quedan de petróleo a México se debe tomar como base la relación entre las reservas existentes y la producción anual.
Expuso que con base en las cifras certificadas, México tiene petróleo para mantener su consumo interno y exportar en los próximos 10 años, pero para evitar que el crudo se acabe es necesario invertir más en exploración y en otras fuentes energéticas alternativas.
El especialista en el mercado petrolero estimó que tan sólo en exploración y producción, Pemex necesita inversiones anuales por 20 mil millones de dólares de manera sostenida, precisamente en ese horizonte de 10 años en el que se calcula se acabará el energético.
El también coordinador del Programa Unico de Especialización de la Facultad de Economía de la UNAM mencionó que el caso "más patético y elocuente" de la declinación de la producción petrolera de México es el megayacimiento Cantarell, el más importante del país.
De acuerdo con datos de Pemex, la producción promedio anual de Cantarell durante 2006 fue de un millón 788 mil barriles al día, y para este año se estima que baje a un millón 526 mil barriles.
La menor producción de este año implica una tasa de declinación de 13.1 por ciento respecto a 2006, pero la paraestatal prevé que hacia finales de la actual administración se moderará a 4.5 ó 5.0 por ciento y en 2012 Cantarell producirá más de 700 mil barriles al día.
García Páez opinó que no hay mucho que celebrar este 18 de marzo, en la ceremonia que será encabezada por el presidente Felipe Calderón en Coatzacoalcos, Veracruz, sólo "el hecho histórico, la parte épica de la expropiación petrolera", expresó.
Este aniversario de la Expropiación Petrolera, dijo, coincide con una etapa de debilitamiento productivo de Pemex, tanto por la declinación de crudo como porque no se canalizan las inversiones necesarias para compensar esta baja.
"Esto implica que en una industria donde la parte extractiva es lo más importante, no hay mucho que celebrar", lamentó, al estimar que las reservas petroleras probadas de México ascienden a unos 12 mil millones de barriles y seguirán a la baja.
Expuso que en el aspecto financiero, Pemex está prácticamente al borde de una quiebra técnica, ya que sus pasivos (que al cierre de 2006 sumaron un billón 172.9 mil millones de pesos) prácticamente se han devorado a sus activos (un billón 210.4 mil millones de pesos).
Señaló que cualquier pérdida de Pemex repercute en el erario público, debido a que por concepto de impuestos, derechos y aprovechamientos la paraestatal pagó el gobierno federal 55 por ciento de sus ventas de 2006, aunque esta carga fiscal bajó respecto al 63 por ciento en 2005.
En opinión del analista petrolero, Pemex está "tecnológicamente discapacitada" porque no dispone de recursos para adquirir o desarrollar tecnología propia, además de que existen barreras legales para permitir la inversión privada en esta área.
Ante este panorama, el catedrático consideró fundamental llevar a cabo una reforma fiscal integral para que el gasto público deje de depender de los ingresos petroleros, y Pemex pueda invertir sus ganancias y dejar de pagar tantos impuestos.
Además, es necesario modernizar el marco jurídico de la paraestatal para que institucionalmente tenga la posibilidad de buscar fuentes de financiamiento, más allá de los pocos recursos fiscales que recibe cada año.
Es necesario, agregó, modernizar el Consejo de Administración de Pemex en el que participan diversos sectores (dependencias y el sindicato, entre otros) que tienen intereses económicos sobre los ingresos petroleros, distorsionado su función.
Esto implica también una mejor administración interna, tanto por el alto número de empleados como porque los directivos toman decisiones operativas que dañan a la empresa, entre ellas, que no son justas en la asignación de contratos a particulares.
Este 18 de marzo "debiera despertar la decisión" de emprender acciones estratégicas para salvar a la principal empresa de México de todos sus problemas, sobre todo, la declinación de su actividad central, la producción de petróleo, finalizó.
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