ESPAÑA: La batalla empresarial cambia de eje

by F. CORTÉS / M. J. PÉREZ
En sus orígenes, la lucha por el control de Endesa surgió como una operación netamente empresarial, en la que una compañía se planteaba 'comerse' a otra. Esa condición, sin embargo, cambió prácticamente en el minuto uno de partido, cuando en el entorno de Gas Natural a alguien se le ocurrió que el apoyo del entonces ministro José Montilla -hoy presidente de la Generalitat- actuaría como un bálsamo para vencer cualquier reticencia. En especial la del presidente de Endesa, Manuel Pizarro, un hombre acostumbrado al pacto y la negociación, pero que, por carácter, se rebela cuando considera que está sufriendo un atropello.

De la política nacional a la geo-estrategia sólo hubo un paso. La entrada de E.on en escena, hace ahora un año, internacionalizó el proceso y lo convirtió en una cuestión de Estado. Frente al 'eje atlántico' en el que estaba incrustada España en la última etapa del Gobierno Aznar, Zapatero había manifestado su intención de colocar a nuestro país en el 'eje franco-alemán', aunque fuese de comparsa. La fusión entre Endesa y E.on y la sintonía que de forma habitual parecía mostrar el presidente con sus colegas Chirac y Merkel -más con el primero que con la segunda- se interpretó en algunos sectores como parte del proceso. Pero se trataba tan sólo de un espejismo.

Esta misma semana se ha visto la predisposición de Rodríguez Zapatero a crear su propio 'eje', el que une Madrid y Roma. Y sobre él empieza ya a pivotar el futuro de Endesa.Desde que comenzara la 'operación Endesa', Zapatero ha sido parte del proceso. Algunos piensan que incluso Merkel podría sentirse engañada después de haberse reunido el año pasado con el presidente del Gobierno precisamente para templar ánimos. «La entrada de Acciona dejó traslucir en su momento un cambio de criterio respecto de las posiciones mantenidas con la canciller alemana», comenta Juan Ignacio Sanz, profesor de Esade.

Y es que a Zapatero, quizás, con tanta reunión en Ibiza, se le han 'pegado' las formas de obstruccionismo empresarial para con los extranjeros de los italianos, verdaderos maestros en maniobrar para obstaculizar acuerdos prácticamente cerrados. «Salvo que uno crea en las casualidades, hay que pensar que tanto la entrada de Acciona, en su momento, como la de ahora de Enel, cuentan con el beneplácito del Gobierno, pues nunca una toma de participación de esta naturaleza tiene lugar sin la aprobación, aunque sea tácita, del Gobierno», apunta el profesor Sanz.

Precisamente ahora, cuando todo parecía indicar que el proceso de opas sobre Endesa ya tenÌa un claro final, aparecen en escena los italianos de la pública Enel, «casualmente, unos días después de que el presidente del Gobierno español se encontrara con el primer ministro italiano Romano Prodi en Baleares, y casualmente unas horas después de que el ministro Joan Clos hiciera pública su intuición sobre que en la opa a Endesa habrÌa una solución española.

Para algunos expertos en la materia energética aliarse con Italia lo mismo, al final, no resulta ser la mejor opción. Tanto España como Italia, dicen, no son precisamente dos de las grandes potencias en la Unión Europea. La que manda es Alemania, sin duda, y ponerse en contra de Merkel podría tener sus consecuencias ahora que ha quedado más que transparente que desde Bruselas se soluciona poco.

No en vano, la Comisión Europea ha eludido valorar la noticia de la entrada de la empresa eléctrica italiana Enel en la batalla por la española Endesa y, si bien recalcaba que son los mercados los que tienen que decidir, defendía que las compañías públicas tienen el mismo derecho a lanzar ofertas que las privadas.

Los expertos creen ver en el acuerdo entre los Gobiernos español e italiano un frente común que busque el equilibrio entre multinacionales del sur del Mediterráneo con el eje franco-alemán: con Enel en el accionariado de Endesa, se crearía una eléctrica de mayor tamaño que E.on y similar a la francesa EDF, mientras que Telefónica, si consigue hacerse con el control de Telecom Italia, se convertirÌa en la primera compañía de telecomunicaciones del mundo. Varias preguntas quedan en el aire, al margen de si los alemanes finalmente se retiran o no, pero una es prioritaria: ¿Es mejor para España una alianza con Italia a costa de enemistarse con los alemanes? El tiempo le dará o no la razón al RodrÌguez Zapatero.


Endesa: ¿Ganará Enel o E.ON? Zapatero y la Ley de Murphi
by Miguel Angel Belloso (Blog)

Enel se ha hecho ya con el 22 por ciento de Endesa, es su primer accionista y camina imparable hasta el límite del 24,9 por ciento, que es lo máximo que se puede tener sin estar obligado a lanzar una opa por el 100% de la compañía. El asunto se ha puesto tan complicado para E.ON que no se sabe quién ganará finalmente la partida. ¿Por quién apuesta usted? ¿Será verdad que en España, en último término, no se puede hacer nada sin contar con el respaldo del Gobierno, o nada que no sea de su agrado?

Un eventual triunfo de Enel sería la peor solución de las posibles. Se trata de una empresa pública -el Gobierno italiano pasaría a ser el principal accionista de la primera eléctrica española privada-, se trata de una empresa que no destaca precisamente por su eficiencia, se trata de ponernos en manos del Ejecutivo de Prodi, que está en la cuerda floja, y se trata de forjar una disparatada alianza política con Italia, que es un país en crisis, del que no podemos aprender nada destacable.

El escenario es desolador para los accionistas, que ven cómo se esfuma la posibilidad de vender a 38,75, el precio ofertado por los alemanes, y la alta probabilidad de que las acciones caigan en caso de que no se puedan levantar los blindajes y se retire la OPA. Me consta que E.ON ha barajado tirar la toalla. ¿Lo hará finalmente?

Acciona también se opone a retirar los blindajes, con lo que un porcentaje que incluso podría ser superior al 45 por ciento del capital, rechazaría esta medida, que, de momento, es una de las condiciones de E.ON para seguir adelante. Ahora bien, ¿Le interesa en estos momentos a E.ON tanto como antes este asunto? Si todos los accionistas tuvieran limitados los derechos de voto a un 10%, la posición de los cuatro en liza, Enel, Acciona, E.ON y CajaMadrid, estaría equilibrada, pero ¿sería gobernable una compañía en estas circunstancias?

Por otra parte, ¿cuáles son los planes de Enel en Endesa? Probablemente trocear la compañía. Quedarse con los activos en Europa, ganar más cuota eléctrica en España -ahora tiene el 3% del mercado con Viesgo- y dejar el resto para Acciona y Gas Natural, que no parece ajena a la operación. El Gobierno de Zapatero habría conseguido un resultado colosal: liquidar la principal compañía del sector sólo por el prurito de demostrar que quien manda en este país es Zapatero, también en las compañías privadas.

¿Y qué pasa con los accionistas de la compañía? ¿Cómo se les explica que por el presunto bien de España, que por una demostración de fuerza ante los alemanes, pueden perder la posibilidad de realizar las jugosas plusvalías que suponía vender a 38,75, ya que en ningún caso podrán vender a 39? ¿Qué explicación se les dará cuando la acción probablemente caiga como consecuencia de la intrínseca debilidad en que se queda Endesa desde el punto de vista de la gestión y de su papel en el sector dentro y fuera de España?

Una oferta en dinero por el 100% para todos los accionistas, para los ricos y para los pobres, para los grandes y para los mediopensionistas, es incomparablemente mejor que la operación italiana, trufada de política y pensada para impedir el libre juego del mercado. Esto son los hechos, queridos amigos, la praxis del presidente que prometió no intervenir en la economía como Aznar, los sucios manejos de quien se presentó como un adalid de la libre empresa. La apuesta del peor presidente que ha tenido jamás este país, el compendio de todo aquello que jamás habríamos podido imaginar que podría sucedernos. El activista contemporáneo de la Ley de Murphy.

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