ESPAÑA: Endesa, camino del despiece

by Emilio J. González
Hace año y medio, España tenía dos grandes empresas eléctricas:
Endesa e Iberdrola. Hoy, por culpa del Gobierno y de su deseo de satisfacer los intereses del tripartito sin importar el precio, una de ellas, Endesa, la antigua empresa pública que tantos esfuerzos y tantos impuestos costó construir y convertir en una de las primeras multinacionales españolas, parece condenada al despiece tras la tan inopinada como irregular entrada de la eléctrica pública italiana Enel en la batalla por el control de la compañía presidida por Manuel Pizarro.

Hace unos días, el ministro de Industria, Joan Clos, se despachaba en una entrevista hablando de reducir las cuotas de mercado de las compañías eléctricas a un máximo del 30 por ciento cuando Endesa tiene un 40 por ciento. En consecuencia, está claro lo que se avecina, y mucho más si se tiene en cuenta que el pasado 16 de febrero Clos y el director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, David Taguas, se reunieron con el consejero delegado de Enel, Fluvio Conti. Después vinieron las palabras de Clos, que implican, evidentemente, un troceo de Endesa. La cuestión es en cuántos pedazos.

Los italianos, evidentemente, van a llevarse una buena tajada. Han pagado 39 euros por cada acción de Endesa, 25 céntimos más que la oferta de la OPA de E.On y quien paga ese precio es para obtener algo a cambio, sobre todo cuando entra como Enel en pleno plazo de aceptación de la OPA de la eléctrica alemana e incrementado a pasos agigantados su participación en la compañía española sin esperar, siquiera, a las autorizaciones pertinentes por parte de la Comisión Nacional de la Energía, que aún no se ha pronunciado respecto a si los italianos pueden incrementar o no su participación en el capital de Endesa hasta el 24,9 por ciento. Había prisa, y mucha, no fuera a ser que E.On mejorase su oferta, ahora que todavía puede hacerlo legalmente, y dejara a los italianos y a sus padrinos gubernamentales fuera de juego.

Enel, por tanto, tendrá su ración, muy generosa, de la tarta de Endesa, puesto que ha sacado a Zapatero y los suyos de un callejón sin salida al que les condujo el orgullo del presidente. Desde el primer momento, Zapatero se empeñó en que Endesa nunca sería alemana y, desde ese mismo instante, desde Moncloa y desde Industria empezaron a hacerse gestiones para buscar accionistas españoles que parasen los pies alemanes. Acciona entró en el juego pero se quedó sola porque nadie más quiso colaborar y el Ejecutivo tuvo que irse fuera de España a buscar quien secundara sus intenciones, aún a costa de pagar el precio tan alto que vamos a pagar, en forma de posible desmantelamiento de Endesa y de esa pérdida de reputación de España entre los inversores internacionales que denuncia The Economist.

Acciona, obviamente, también tendrá su pedacito de pastel si así lo desea. Pero, ¿y E.On? El viernes por la mañana, la compañía alemana comunicó su deseo de que la CNMV le autorice a comprar acciones en el mercado, pese a que el plazo de aceptación de su OPA aún no ha concluido, teniendo en cuenta lo que está sucediendo. De acuerdo con el real decreto de OPAs, E.On puede hacerlo siempre y cuando pague las acciones a un precio superior al ofrecido en su OPA, lo que conlleva automáticamente que abone a los accionistas que acudan a ella el mismo precio al que adquiera las acciones en el mercado.

Por consiguiente, y salvo una sorpresa mayúscula por parte de la CNMV, que implicaría un incumplimiento flagrante de la legislación española, E.On podrá comprar acciones y si paga a los accionistas de Endesa al mismo precio, podrá hacerse con un porcentaje nada desdeñable del capital de la eléctrica. Acciona y Enel, en cambio, tienen sus posibilidades muy limitadas en este sentido ya que si superan el umbral del 24,9 por ciento del capital de Endesa están obligadas a lanzar una OPA por el 100 por ciento del mismo en mejores condiciones que las ofrecidas por E.On.

En consecuencia, los alemanes todavía tienen cosas que decir en todo este asunto, y eso sin contar con que la entrada de Enel en Endesa no provoque una nueva oleada de demandas de E.On en los tribunales españoles y estadounidenses. Y si E.On tiene algo que decir, también algo le tocará en el reparto de la tarta de Endesa, aunque solo sea para apaciguar un poco a la canciller alemana Ángela Merkel, quien desde el primer momento respaldó a la compañía germana en sus pretensiones.

Hasta este momento, ya tenemos tres posibles trozos de Endesa, pero podría haber un cuarto. No olvidemos que el Pacto del Tinell, por el cual se decía que Cataluña debía tener una empresa eléctrica, sigue vivo; que Zapatero ha hecho todo lo posible por satisfacer estos intereses de la Generalitat catalana, que en las condiciones que la Comisión Nacional de la Energía impuso a E.On se contempló, sin causa que lo justificara, la venta de activos de Endesa para que Gas Natural pudiera adquirirlos. Y no olvidemos, por último, que el Estado, a través de la SEPI, posee un 2,9 por ciento de Endesa que va a ser determinante para el futuro de la eléctrica y para el cumplimiento de los compromisos de Zapatero con unos y otros, esto es, Enel, Acciona y la Generalitat. En consecuencia, todo apunta a que, por desgracia, una empresa que tantos años, esfuerzos y dinero de todos los españoles costó construir va a terminar despiezada por la irresponsabilidad flagrante del Gobierno.

El mercado no descarta un pacto de E.ON, Enel y Acciona después de la opa a Endesa
by MARÍA JESÚS PÉREZ
La alemana E.ON no parece dispuesta a dar su brazo a torcer en la lucha por Endesa. La aparición de Enel puede haber frustrado su proyecto de conseguir una participación que le permita controlar la eléctrica que preside Manuel Pizarro, pese a lo cual los mercados no descartan que decida mantener la opa y que gracias a ella consiga hacerse con un paquete importante. A partir de ahí, se podría plantear un posible «reparto» de la compañía con sus dos grandes rivales, Enel y Acciona.

La otra posibilidad pasa porque E.ON compre hasta un 25% de Enel para forzar a la empresa italiana a que desista en la pugna por la empresa eléctrica española y luego canjearle las acciones que ésta tiene de Endesa por las suyas propias que haya adquirido Enel. Esa es la teoría que ayer publicó el semanario alemán «Der Spiegel», tal y como recogió ABC, y de la que el resto de medios informativos germanos también se han hecho eco.

La propuesta parece que partió del banco de inversiones Goldmann Sachs, que propuso a E.ON «un espectacular plan de rescate para recuperar la iniciativa en la pugna por el control de Endesa.

La primera oferta de E.ON
Mucho ha llovido desde la primera oferta de E.ON por Endesa, hace ahora poco más de un año y muchas cosas han pasado también desde los primeros compromisos de los alemanes con la eléctrica española. Entonces, E.ON presentaba una oferta amistosa de compra por Endesa a 27,5 euros por acción en metálico, lo que valoraba a la compañía española en 29.100 millones de euros. El precio superaba en un 29,1% la «raquítica» oferta lanzada por Gas Natural, a 21,3 euros por acción. Igualmente, ese 21 de febrero de 2006, E.ON, que condicionaba el éxito de su opa a alcanzar el 50,01% del capital, se comprometía a comprar todos los activos de Endesa y a mantener una división en Madrid para Europa del Sur e Iberoamérica.

Endesa parecía haber encontrado finalmente un «caballero blanco» con el que hacer frente a la opa hostil de Gas Natural. Sin embargo, doce meses después, la situación es otra bien distinta. Han entrado en juego dos nuevos personajes empresariales -Acciona y Enel- y un pacto político -Zapatero-Prodi-, por lo que las condiciones de la operación son otras. E incluso son susceptibles de variar aún más en los próximos días y hasta que venza la opa de E.ON el 29 de marzo.

Una Endesa independiente
El proyecto del «segundo caballero blanco», Acciona, actualmente con el 21% del capital, pasaba por defender una Endesa independiente, por lo que a Pizarro tampoco le parecía tan mal. La compañía que preside José Manuel Entrecanales condicionaba su permanencia en la eléctrica al hecho de contar con influencia «significativa» en su gestión.

Pero todo ha vuelto a cambiar. La llegada de Enel (participada en un 30% por el Estado italiano) de la mano -dicen- de Rodríguez Zapatero, ha puesto otra vez «patas arriba» la operación. El accionariado, es otro: Caja Madrid (9,9%), Sepi (3%), Acciona (21%) y Enel (22% oficialmente y 24,9% según confirman algunas fuentes), lo que suma el 56% del capital de Endesa. Esto complica de una forma determinante la opa de E.ON. De momento, conseguir el 50,01% de las acciones va a ser prácticamente imposible.

Sin embargo, expertos bursátiles consultados por ABC coinciden en que, si bien la entrada de Enel en escena ha reabierto la batalla por el control de Endesa -¿quién mandará en la española finalmente, Acciona, Enel, E.ON?- no impide, ni mucho menos, que E.ON se quede con las acciones que vayan a su opa y luego decida qué hacer. «En este caso, la alemana podría llegar a un pacto con Acciona y con Enel y trocear los activos de Endesa, si bien también se antoja una situación con bastantes dificultades, ya que, no todos los «trozos» son igual de apetitosos», explica Antonio López, director de análisis de Fortis Bank.

«Si los alemanes se hacen con un paquete del 40% podrían negociar la división de activos de Endesa y quedarse con una cuota de mercado de entre el 15 y el 20% en España», añaden desde Ahorro Corporación. No eran sus planes originales, pero tampoco es una posibilidad que desagrade a E.ON. Además, le permitiría presentar el asunto ante sus propios accionistas no como una derrota sino, simplemente, una victoria parcial. Cuestión de matices.

Otros expertos, sin embargo, no ven muy viable esta posibilidad, ya que «el Gobierno español no parece estar a favor de desmembrar compañías, sino todo lo contrario, quiere impulsar el desarrollo de grupos con tamaño, capaces de competir en el exterior», dice Raimundo Fernández-Cuesta, del departamento de análisis de Credit Suisse en Londres.

Si nos atenemos a lo que se ha publicado, lo que realmente ha buscado el Gobierno español con la entrada de Enel «parece ser el mantener los centros de decisión de Endesa, empresa clave en el sector, en manos de un núcleo accionarial que se perciba como más cercano a España. El compartir el control de Endesa entre Acciona y Enel podría ser una solución preferible para el Gobierno ante la compra inminente de E.ON», añade.

Ampliar su presencia en España
Además «no creo que la eléctrica italiana haya decidido entrar en el capital de la española para luego vender su parte. Lo habrá hecho para ampliar su presencia en un mercado tan importante como el español. Enel ya está presente en España a través de Viesgo, pero su cuota de mercado es tan pequeña que necesita aprovechar todas las ocasiones que se le presenten para crecer en este país», explica.

Lo único cierto es que la entrada de Enel en el capital de Endesa hace prácticamente imposible que la junta de accionistas de la eléctrica española pueda suprimir el próximo 20 de marzo los blindajes estatutarios, condición a la que está supeditada la opa de E.ON.

Si Enel, la Sepi y Acciona, que sumarán casi un 50% del capital, no votan a favor de levantar los blindajes, el grupo alemán necesitaría una participación superior al 96% en la Junta, porcentaje que nunca se ha alcanzado.

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