En letra cursiva la respuesta de Federico Bernal a una editorial de POLITICA ONLINE la cual se difunde en letra normal.
Estimados Editores
POLITICA ONLINE
Buenos Aires, Argentina.
A propósito de la editorial de vuestro newsletter del jueves 1 de marzo de 2007, les acerco algunos comentarios (subrayados en rojo) bajo la modalidad de paráfrasis crítica. En negro e intercalado transcribo el original.
Mis opiniones no buscan defender ni sostener las políticas oficiales en materia de hidrocarburos, sino simple y humildemente aportar otro enfoque al análisis del panorama petrolero argentino y sudamericano.Saluda a Uds. muy cordialmente,
Federico Bernal
Bioquímico y biotecnólogo egresado de la UBA. Analista del Area de Recursos Energéticos y Planificación para el Desarrollo del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (IDICSO) de la USAL. Colaborador experto en energía e hidrocarburos del Periódico Le Monde Diplomatique (Edición Cono Sur); colaborador experto en energía e hidrocarburos del Diario Página 12; conductor de programa de TV por Cable “Conciencia y Energía” (Metro).
'El petróleo ha regresado a la política. Mientras los biocombustibles y el hidrógeno como energías alternativas avanzan muy tímidamente en los porcentajes reales de reemplazo de los combustibles fósiles, los expertos auguran de 30 a 50 años más de reinado de los hidrocarburos. Y esto ocurre en un mundo en el que la energía desborda su importancia histórica, para vincularse directamente a la existencia misma de los Estados.
El discurso y la estrategia europea sobre su seguridad energética nos llena la boca de biocombustibles, hidrógeno, energía eólica y solar. Nos reservan el centenario papel de meros exportadores de energía o energéticos, de países satélites. Quieren seamos las granjas productoras de biocombustibles e hidrógeno para satisfacer su propia demanda. (Ver Le Monde Diplomatique Nº92 http://www.eldiplo.org/resumen.php3?numero=92&resumen=92/R_12_52 )
Restringir el debate de las energías alternativas y renovables a una cuestión de plazos de implementación es relegar el interés latinoamericano, cuya defensa y consolidación debe recaer en la discusión de la soberanía tecnológica aplicada a este tipo de energías, la soberanía energética, el rol energético de América latina y la cuestión medioambiental “nacionalizada”.
Cabe agregar que al hablar de energías alternativas no se puede omitir la nuclear e hidroeléctrica. Estas deben ser impuestas por y desde América latina por ser las únicas viables como energías de base sustitutas de la termoeléctrica. Por suerte tampoco avanzan tímidamente sino todo lo contrario. Argentina, México y Brasil están dando importantísimo impulso a la generación nucleoeléctrica. Particularmente en nuestro país, constituye -junto a la hidroeléctrica- la única solución a la problemática energética local en el corto plazo.
Vladimir Putín, Hugo Chávez y Evo Morales, pueden dar cuenta de la notable ampliación de sus espacios de maniobra -cada uno en su escala-, que viven gracias a ser los felices poseedores de grandes reservas hidrocarburíferas bajo control del Estado.
Muy cierto, pero sería imprudente ignorar que la estrategia política y geopolítica de estos países pasa por sus hidrocarburos. Venezuela será la primera potencia petrolera del globo en breve, una vez queden certificadas las reservas de la Faja del Orinoco. Rusia es la primera potencia gasífera del planeta, vuelve a pesar militar y políticamente sobre la Cuenca del Caspio y tiene a Europa en la mano por su alta dependencia del gas ruso. En pocas palabras, son incomparables estos países con la Argentina.
Además, si uno analiza los comienzos de las maniobras políticas y revolucionarias de estos tres mandatarios, se verá que tardaron varios años cuando no décadas en nacionalizar el petróleo. Por ejemplo, la revolución bolivariana se inicia en 1992 ¿Alguien recuerda cuándo comenzó Evo? En la Argentina, para ser más específicos, Mosconi al frente de YPF demoró 7 años en dominar el mercado interno de combustibles.
Cuesta imaginar a Evo Morales pulseando con el poderoso Lula da Silva, si no estuviera sentado sobre una de las reservas de gas natural más grandes del mundo; o al propio Chávez desplegando su revolución bolivariana por el continente, sin el auxilio de sus petrodólares.
Si bien son las segundas de Sudamérica, las reservas de gas natural bolivianas son despreciables en términos mundiales. Entre los cinco mayores reservorios mundiales, se destacan: Rusia (26,7%), Irán (15,3%), Qatar (14,4%), Arabia Saudita (3,8%) y Emiratos Arabes Unidos (3,4%). Por su parte, América latina sólo cuenta con el 4% de las reservas mundiales. En Sudamérica los países con las mayores reservas son dos: Venezuela, con el 2,3% de las reservas mundiales, seguida por Bolivia, con apenas el 0,4%.
Ahora bien, asimilar las acciones revolucionarias de Chávez con sus petrodólares es caer en un análisis economicista sobre la proliferación y victoria bolivariana en América latina. Es adoptar la visión eurocentrista -propia de editoriales de The Wall Street Journal o del Diario El País- para explicar los fenómenos nacionales y populares en el Tercer Mundo. Existieron grandes revolucionarios y revoluciones que sin un centavo o en desventaja económica movilizaron nuestra América y expulsaron al invasor cuantas veces se lo propusieron. La misma campaña libertadora del siglo XIX no nadó en la abundancia de recursos económicos, sin embargo triunfó en Ayacucho.
Los verdaderos hombres como las más nobles causas no siguen otros hombres, mucho menos el dinero (ni se propagan por el dinero). Los cambios revolucionarios triunfan cuando se dan simultáneamente ciertas condiciones objetivas y subjetivas para que así sea. El motor y el energético fundamental del cambio lo constituyen las ideas y los objetivos de emancipación. El dinero podrá aligerar o no las transformaciones, como también degradar aceleradamente las revoluciones.
Los petrodólares tampoco le quitan el sueño a Chávez. Si no cómo se explica que proponga un barril de crudo un 40% debajo del valor actual? ¿Acaso autoboicotea la revolución?
No obstante resulta obvio que esta Venezuela socialista y multimillonaria es una combinación perfecta para la revolución. Los bolivarianos no hacen más que sacarle el máximo provecho a esta coyuntura.
¿Y la Argentina de Néstor Kirchner? El presidente esta en el último año de su mandato y en este tema central, ha seguido un camino gradualista desde una visión optimista; o desde un costado más crítico, ha preferido el gatopardismo de concretar pequeñas e insustanciales reformas, para que nada cambie.
Creo que la consigna debería pasar más bien por señalar la incompatibilidad de una política petrolera nacional hacia afuera (ENARSA-PDVSA y ENARSA-YPFB) y antinacional hacia adentro. Salvo, claro está, que Kirchner haya pensado primero en fortalecer a ENARSA con hidrocarburos desde el exterior para entrar de lleno a competir en el mercado interno o negociar con las transnacionales con mayor poder (no considero a Petrobras como una transnacional). (Ver Le Monde Diplomatique Nº 88 “ENARSA y el gas boliviano”)
Es bien sabido que las empresas del rubro valen por sus reservas probadas; si el presidente ha decidido librarles una guerra en base a negociaciones, entonces vamos bien. En cambio, si decide librarles una guerra jurídica entonces debería comenzar por investigar todos los contratos. La combinación de ambas estrategias es la clave, aunque si paralelamente no afectamos sus ingresos será en vano.
Durante el mandato de Kirchner ocurrieron no pocas cosas en la región en este tema en particular. Evo Morales cumplió su promesa de nacionalizar las reservas de gas y hace pocos días Hugo Chávez anunció que Venezuela recuperará el control de los activos petroleros de la Faja del Orinoco, hasta ahora explotado por empresas extranjeras, revirtiendo así la apertura al capital privado realizada durante el gobierno de Rafael Caldera por el respetado ex presidente de Pdvsa, Luis Giusti.
En igual sentido que el punto anterior, recojo las palabras del ex Ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada (nota del 18/02): “El país requiere de una estrategia adecuada frente a la negativa de las compañías de precisar los textos de los contratos. Ella puede consistir en promover la alianza YPFB con ENARSA, la empresa argentina, que podrá desarrollar los campos que se nieguen a hacerlo las transnacionales, como ofreció el Presidente Néstor Kirchner. De modo simultáneo, se requiere un gran acuerdo de YPFB con la venezolana PDVSA, a fin de liberarnos del asfixiante dominio transnacional. Estos son caminos que cumplen el decreto de nacionalización y no de los posteriores contratos que han abandonado su contenido.”
Kirchner opera políticamente en el exterior en ayuda de la nacionalización hidrocarburífera en Bolivia. Se suma además como socio estratégico en la recertificación de reservas y producción del crudo en la Faja del Orinoco. Visto desde esta óptica, el presidente argentino coincide plenamente con la política petrolera de Evo y Chávez. El boliviano -como Soliz Rada- entienden que no habrá nacionalización viable sin ayuda de Argentina y Venezuela. Por su parte Chávez recurre a Argentina, China, Brasil, India, Irán, Rusia, Bielorrusia para activar la Faja del Orinoco.
Bolivia y Venezuela luchan contra el poder petrolero anglosajón desde adentro hacia fuera. En estos términos -y por supuesto partiendo de la superioridad y predominio del poder petrolero multinacional en la Argentina- bien podría suponerse correcta la estrategia de Kirchner: comenzar la lucha desde afuera hacia adentro. Primero se fortalece ENARSA enmarcada en una estrategia petrolera regional (Petrosur, Gasoducto del Sur, Banco del Sur, etc.); segundo y paralelamente se avanza en el frente interno:
• 500 nuevas estaciones de servicio ENARSA-PDV.
• Este año ENARSA quebrará el oligopolio gasífero al aportar el 7,5% de los 37.473 millones de m3 que consumirá la Argentina; por lo tanto, el sector privado representará el 92,5% (7,5% menos). Al comenzar a operar el gasoducto del Noreste en 2010, la empresa nacional aportará el 30,7% de los 42.152 millones de m3 a consumir por nuestro país, cifra ésta que incluye un 4% anual de crecimiento en el consumo del mercado interno.• ENARSA en la Faja del Orinoco: (cifras preliminares) extraerá unos 200 mil barriles. Un 30% de la producción local.
Kirchner, mucho más prudente, se limitó a crear la brumosa Enarsa e imponer su participación en proyectos de exploración y otras actividades, por ahora marginales en lo que hace al corazón del negocio petrolero en la Argentina.
La peor bruma, niebla o neblina es aquella que involuntariamente nos hace coincidir en el análisis con el enemigo. Desde el PRO, pasando por Lilita hasta el socialismo eternamente nefasto critican enconadamente a ENARSA, pues además de rememorarles a la YPF estatal, está transformándose en el punto de convergencia y acción entre nuestro país y las políticas energéticas sudamericanas bolivarianas.
Durante el actual mandato, varias veces el gobierno alentó las versiones sobre una nacionalización de YPF o una compra por parte del Ejecutivo de una parte sustancial de su capital. Nada sucedió.
Sin dudas que la nacionalización de YPF es un hecho justo por donde se lo mire. Mi inquietud es la siguiente: ¿está el pueblo argentino capacitado para sostener la defensa y profundización de la nacionalización de los hidrocarburos en el país? ¿Está ENARSA en condiciones de hacerse de todos los pozos de explotación y exploración de YPF? ¿El auxilio de PDVSA no perjudicará la presencia de Repsol en Venezuela, creándoles problemas a los venezolanos? Al respecto, ¿qué lecciones deja la reciente nacionalización en Bolivia?
Visto nuestros patéticos 8 años de reservas de petróleo y gas (IDICSO-USAL). Conviene: - ¿nacionalización de YPF? o ¿recuperación de la renta hidrocarburífera?
Incluso, en el reciente viaje de Kirchner a Venezuela, los medios de ese país revelaron que Chávez le dijo que sería un formidable golpe de efecto para una eventual campaña de Cristina Kirchner, que nacionalizara YPF.
En su afán revolucionario y latinoamericanista el presidente Chávez muchas veces pierde de vista que a él le llevó 17 años nacionalizar el petróleo en su país (me baso en sus palabras pronunciadas el 27/2) “«Estamos recuperando la propiedad y la gestión de estas áreas estratégicas. Se acabó la privatización del petróleo en Venezuela. Era el último espacio que nos faltaba por recuperar. Esta es la verdadera nacionalización del petróleo. El petróleo es de todos los venezolanos».
Venezuela -cuya matriz de generación eléctrica depende en un 80% de la hidráulica- tuvo que pasar además por los golpes petroleros de 2002 y 2003. ¿Qué tal un golpe petrolero en la Argentina cuya misma matriz depende en un 55% de la generación térmica, cuyas centrales se abastecen en un 92% en base a gas natural? ¿Qué tal un golpe petrolero en nuestro país cuya matriz energética primaria depende en un 90% de los hidrocarburos? Finalmente, debemos recordar que fue el pueblo y fundamentalmente las FFAA quienes rescataron a Chávez de las garras golpistas: estamos en condiciones de rescatar a Kirchner o cualquier otro hombre que defienda una medida tan justa como la nacionalización? ¿Y nuestras fuerzas armadas que mayoritariamente leen a García Hamilton para enterarse de la vida de San Martín, están capacitadas para vencer internamente el sector antinacional?
La pregunta es si Kirchner terminará su mandato conformándose con la fundación de la incierta Enarsa, o si irá a fondo como lo hizo aquel presidente mexicano, Lázaro Cárdenas, que en 1938 alcanzó el ideal largamente acariciado de la Revolución: la nacionalización de la renta petrolera, hasta entonces en manos de empresas norteamericanas. Fue aquella cabrona medida, el antecedente necesario de la poderosa Pemex de nuestros días. Cárdenas contó entonces con un favorable contexto internacional, Estados Unidos estaba entrando en la Segunda Guerra Mundial y no se podía dar el lujo de abrir un nuevo frente con su vecino inmediato. Por lo menos, así lo entendió el presidente Roosvelt que tragó saliva y miró para otro lado.
Lázaro Cárdenas fue apuntalado en primer lugar por Mosconi y la experiencia de YPF; asimismo, no fue el contexto internacional sino local (huelga masiva petrolera) lo que impulsó la decisión de nacionalizar el petróleo mexicano. ¿Cómo se ubican frente a la nacionalización nuestros trabajadores petroleros? ¿Tienen margen las empresas privadas para aumentar salarios ante posibles huelgas o amenazas de huelga? Hechos recientes indican que sí.
Hoy se podría arriesgar que un avance del Estado argentino sobre la renta petrolera contaría con un marco regional favorable, teniendo en cuenta las experiencias de Bolivia y Venezuela. No parece además que cause una decisión de este tipo, alguna de las catástrofes bíblicas que algunos comentarios interesados vaticinan.
Las empresas no huyeron de Bolivia ni de Venezuela porque cada una a su modo cuenta con un extraordinario potencial hidrocarburífero. En Bolivia, la visión estratégica y latinoamericanista de Lula impidió el ahogamiento de la nacionalización boliviana a través de la huída de Petrobras. Muchas empresas que se podrían haber ido siguen allí porque la nacionalización aún no ha triunfado.
Que el marco regional es favorable no cabe la menor duda ¿Pero qué hay del marco local? El genio menemista no sólo ha privatizado, sino que -como bien señala esta editorial- ha atomizado (provincializado) el recurso ¿Qué reacción tendrán las provincias con Neuquén a la cabeza (emporio petrolero neoliberal) si Kirchner decide nacionalizar el recurso e YPF? La recuperación de la renta debe albergar un verdadero federalismo petrolero. El gobierno nacional debe ser lo suficientemente fuerte como para poder intervenir esa provincia.
La provincialización -factor desestabilizador por antonomasia (para eso fue creado por Menem)- es inexistente o muy débil en Venezuela. Bolivia lo está padeciendo y vemos que además de su complejidad es punta de lanza como freno a las políticas nacionales en materia petrolera. En la Argentina son 10 provincias las que convalidan la provincialización y privatización de YPF; 10 provincias que frenan y frenarían futuras políticas de centralización por parte de ENARSA; 10 provincias de las cuales la mitad cuenta con empresas provinciales que hasta licitan en el exterior; 10 provincias que al aceptar nuclearse bajo la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos, osan llamarse “Estados”.
Horas después de anunciar la nacionalización petrolera, Lázaro Cárdenas realizó una excursión al Nevado de Toluca y nadó sólo en una laguna de aguas heladas, en las alturas. Un presidente nadando en aguas heladas en la cima de un volcán, es una imagen poderosa para un gobierno que si no se sueña revolucionario al menos se dice reformista. ¿Se animará Kirchner a nadar en el volcán?Desconozco su arrojo por nadar en un volcán de aguas heladas, y mal que me pese, si no pudo asistir a las altas cumbres bolivianas por parte médico, dudo que el mismo profesional convalide un baño helado en las alturas.No obstante, si los resultados de las presidenciales de este año son favorables al gobierno, será el punto de inflexión para abandonar la contradicción, ambigüedad e indecisión en muchos aspectos y frentes -entre los que está el petrolero y el energético- para entonces sí avanzar hacia la total extirpación del modelo neoliberal en la Argentina. ARGENPRESS
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