¡Las tetas de Pdvsa!: hermosas, exuberantes, de pezones dorados y generosos que todos quieren chupar, están en grave peligro de marchitarse en manos de los caporales que actualmente las exprimen hasta el cansancio y las maltratan de manera irresponsable. Las tetas se están secando y perdiendo su esplendor, comprometiendo severamente al futuro, a fuerza de unos gastos superiores a su real capacidad productora de petrodólares y la negligencia o mezquindad para reinyectarle las inversiones que reclama su operatividad. La succión criminal a la que ha sido sometida Pdvsa, presagian una catástrofe de dimensiones impredecibles, dados que sus ingresos son dilapidados a talante de nuevo rico para llenar la barriga insaciable de mamantones criollos y extranjeros.
Olvidando expresamente que la población venezolana, de economía rentista monoproductora, por largos años amarrada al botalón negro de Pdvsa, hoy más que nunca su expectativa existencial depende de lo bueno o malo que se haga con ella.
Para tener una idea aproximada de la declinación cuesta abajo que experimentan ¡las tetas de Pdvsa, basta con revisar declaraciones de los propios actores de la industria, donde abiertamente o entre líneas, admiten cifras que ponen los pelos de punta. La producción de la empresa ha disminuido sensiblemente, al punto de que sumado el aporte de las trasnacionales, no alcanza a los 3 millones de barriles diarios; se maneja un déficit de caja que sobrepasa los 8 mil millones de dólares; las deudas son cuantiosas, solamente a las compañías que explotan en la faja bituminosa no se les paga el petróleo entregado desde marzo-abril del año pasado; de 53% de la producción que hasta hace dos años se vendía a USA en dinero contante y sonante, hemos bajado a 45, mientras a los avivatos gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y tiburoncillos del Caribe, garantizamos flujo de líquido negro a precios de gallina flaca.
Ahora mismo andamos detrás de Japón en búsqueda de 3.500 millones de dólares, con factura adelantada por 15 años y acuerdo leonino a favor de los orientales. En la carrera de endeudamiento, la prisa es endemoniada conduce al pronto lanzamiento de un nuevo bono petrolero. ¿Por qué?. Simplemente porque la empresa no soporta la carga de compromisos y dispendio exigidos. ¿Cómo será de difícil la situación de Pdvsa que el gobierno atorado con el anuncio de estatizar a las 4 extractoras de crudo pesado, se ha visto en la necesidad de ofertarles: 1-pago con petróleo, de la deuda por petróleo recibido; 2-compra de activos y otros rubros, ¿también con factura petrolera?. A tal desaguisado se añade que los 5 mil trabajadores de estas empresas, supuestamente protegidos por nómina, quedarían cesantes, por cuanto estas compañías jamás han dispuesto de nóminas y todos sus trabajadores tienen categoría de empleados de confianza. Esto plantea que la dirigencia petrolera, aún los lambesuelas oficialistas, no tengan otro recurso que estallar un conflicto en defensa sus afiliados.
A las desventuras narradas arriba, aparte de otras muchas, agregan la corrupción desmelenada, y la aparición de un competidor petrolero conocido con el nombre de etanol, impulsado febrilmente por la pareja Lula-Bush, según se desprende de las intenciones, nada ocultas, de ambos gobernantes.
Dramática realidad la vivida hoy por Pdvsa, frente a la cual el pueblo venezolano, amenazado seriamente en su principal fuente de subsistencia, reclama el cese del manoseo perverso de lo que son ¡Las tetas del pueblo venezolano!.
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