El gobierno sueco ha decidido cerrar de manera temporal 4 de los 10 reactores nucleares que operan en el país, debido a que la central de Forsmark tuvo un incidente de tipo 2 (en la escala del 1 al 7) que generó un recalentamiento en uno de sus reactores el pasado 25 de julio.
El Gobierno dio la orden de cerrar la unidad y extendió la medida a otras tres más que cuentan con sistemas similares a los de Forsmark. Otro reactor de la misma planta, ubicada a 100 kilómetros al norte de Estocolmo, y dos de la nuclear de Oskarshamn (al sureste del país) han sido cerrados para realizar tareas de inspección y mantenimiento.
Otros cuatro reactores de la planta de Ringhals, en la costa oeste de Suecia, se encuentran bajo vigilancia reforzada. La oficina de control nuclear sueca mostró su preocupación porque, tras el fallo, no arrancó el sistema eléctrico de respaldo, que debía proveer energía al reactor.
Las centrales nucleares suecas proveen, en situaciones normales, la mitad de la energía utilizada por el país. Según la empresa operadora, la anomalía no puso en riesgo el abastecimiento eléctrico del país.
DEBATE ENERGETICO El incidente ha reabierto en Suecia el polémico tema de la dependencia energética de las nucleares a un mes de las elecciones legislativas. Varios partidos políticos, junto con la organización Greenpeace, demandaron el viernes pasado al Gobierno socialdemócrata que clarifique su posición sobre el futuro de la energía nuclear en el país.
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