Vecinos de una región petrolera del sur de Bolivia tomaron anoche la empresa Transredes de la Shell y cerraron las válvulas de bombeo de gas y crudo a las principales regiones de este país en protesta contra las medidas de Morales.
“Hemos decidido cerrar las válvulas de gas para exigir al Gobierno que atienda nuestras demandas”, declaró a la cadena de radio Erbol el vicepresidente del comité de huelga de Camiri, Mirko Orgaz.
Según lo emitido por la cadena radiofónica, más de medio millar de manifestantes rebasaron el control militar y tomaron la planta de bombeo ubicada en las afueras esa ciudad, a 520 kilómetros al sureste.
La medida fue decidida tras una asamblea popular en la que pobladores decidieron “radicalizar” sus presiones ante la ausencia de negociaciones con las autoridades, según señaló Orgaz.
El gabinete de prensa del ministerio de Gobierno informó que el gobierno se encontraba analizando la situación, pero declinó confirmar la toma de la planta.
Transredes, que controla una red oleoductos de más de 3.000 kilómetros, aseguró que emitiría un comunicado oficial en las próximas horas. Pobladores de Camiri, un antiguo emporio petrolero, mantienen cortada desde el lunes la carretera que comunica al oriente boliviano con la frontera argentina, en demanda de la “refundación” de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la instalación allí de una gerencia y la expropiación de dos refinerías de propiedad de la brasileña Petrobras.
El Gobierno se ha negado a enviar una misión negociadora hasta esa localidad y había pedido una tregua que fue rechazada por los manifestantes. Pánfilo Ramírez, uno de los líderes de la protesta, dijo a la emisora Fides que el cierre de válvulas afectará el abastecimiento de gas y crudo a ciudades bolivianas. Bolivia exporta gas natural a Brasil y Argentina.
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