No hay que ser un genio para reconocer que el cambio del Gobierno Zapatero sobre la opa de E.ON a Endesa, que sufrió un giro de 180 grados, supone una señal al mercado internacional de que las grandes compañías españolas están a tiro. Lo han dicho todos los analistas y bancos de inversión y no hay más que seguir la cotización de las mayores empresas eléctricas españolas, que no ha dejado de subir desde que el mercado atisba que E.ON se puede llevar el gato al agua en Endesa.
Si un sector regulado como la energía puede asaltarse desde el exterior y doblegar la voluntad del Gobierno español, no hay mucho más que hablar para el resto de sectores económicos, han asegurado todas las fuentes consultadas por ABC.
La señal enviada por el Gobierno a una Europa, que más que un club de hermanitas de la caridad es un club de tiburones, ha sido muy clara y muy negativa para las pocas multinacionales españolas, que casi se pueden contar con los dedos de una mano. Apenas Telefónica, Endesa, Repsol, Altadis o Iberia, que provienen de la privatización de los antiguos monopolios públicos. Los dos grandes bancos, Santander y BBVA, producto de fusiones, otras compañías como Iberdrola, Fenosa o las grandes constructoras y algunos casos raros de buena gestión como Inditex. Y poco más. Todas ellas están muy bien situadas en los «ranking» internacionales. El Santander está ya entre los diez primeros bancos del mundo por capitalización y el BBVA entre los quince. Telefónica es la quinta mundial por capitalización pero la tercera por número de clientes, y eso que los puestos uno y dos los ocupan compañías chinas. Las constructoras españolas son líderes mundiales en concesiones y ACS ya es la segunda constructora europea por capitalización por detrás de Vinci, pero es que Sacyr-Vallehermoso, Ferrovial, FCC y Acciona, ocupan las siguientes posiciones. En energía, Endesa es la séptima eléctrica europea e Iberdrola la octava, y Repsol, pese al gran tamaño que le sacan las grandes petroleras, se encuentra también en el club de las diez primeras. Sobre el fenómeno Inditex-Zara, basta con decir que la compañía que preside Amancio Ortega es la segunda del mundo, por detrás de H&M.
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