Las palabras del presidente del Banco Pastor dan pábulo a pensar en una posible venta del paquete de control de Fenosa a un extranjero interesado (¿ENEL?)
Consideremos, antes de nada, que el presidente del Banco Pastor, José María Arias Mosquera, es gallego. Guiados por esa condición, no debemos reproducir sus palabras, sino interpretarlas. Durante la mañana del lunes, en el acto de presentación a la prensa de los resultados del Banco Pastor en el ejercicio 2006, Arias fue preguntado hasta cuatro veces por su participación del 3,8% en la eléctrica Unión Fenosa, donde el control le corresponde a ACS (un 40% que a partir de abrir podría ser un 46%). Lo más claro que se lo logró sacar fue su afirmación de que “la OPA de E.ON está provocando un efecto llamada”. Aún contando con la poderosa arma de la hermenéutica el efecto llamada sólo pueden entenderse como el interés del sector energético extranjero por hacerse con cualquier compañía eléctrica española en general y con Unión Fenosa en particular.
Como ya hemos dicho en Hispanidad, Florentino Pérez espera que una vez decida la Comisión Nacional del Energía (CNE) se abrirá la posibilidad, o bien de fusionar Iberdrola y Fenosa o bien de vender Fenosa para poder seguir comprando Iberdrola. Todo el mundo espera que la CNE niegue los derechos políticos que pretende Pérez, reafirmando así la postura del vicepresidente Pedro Solbes, contraria a una fusión entre IB y UF. En otras palabras, quedaría abierta la opción de vender Fenosa. Y el candidato lógico, el que siempre ha deseado entrar en la eléctrica de origen gallego, es la italiana ENEL.
Por cierto, el Consejo de la CNE se reunirá este viernes 16, y hasta es posible que decida entonces De otra forma, lo dejará para el jueves 23.
Por lo demás, el Pastor continúa su crecimiento orgánico, como banco mediano e independiente. Los resultados de 2006 le han otorgado un reconocimiento del mercado. Ahora mismo, el Pastor vale 3.860 millones de euros, y en 20 años ha multiplicado su valor por 27. El 41% del capital está en manos de la Fundación Barrié de la Maza, un 5% pertenece a Amancio Ortega y otro tanto a Rafael del Pino, a quien se abrirá las puertas del Consejo en cuanto lo solicite. Faltaría más, mientras el BPI luso –el fondo de pensiones de su personal- también posee otro 5%. No deja de ser el mismo BPI por el que suspira La Caixa.
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