El mes pasado, los funcionarios Chevron en la nación de África Occidental anunciaron sus planes para sostener conversaciones con los ciudadanos que se preocupan por la situación de la industria petrolera nigeriana y la distribución de riqueza proveniente del sector.
Chevron manifestó en junio que esperaba hablar con líderes de comunidad para que, mediante esfuerzos comunes, cese la violencia que en el último tiempo interrumpió la extracción del petróleo en Nigeria.
Las compañías petroleras ubicadas en la región del Delta del Níger sufrieron numerosos ataques tanto en los yacimientos en el continente como los que se encuentran en las costas. Varios trabajadores fueron tomados como rehenes e incluso otros murieron debido a los ataques.
En respuesta al malestar, el Gobierno nigeriano envió tropas a la región pero de todas formas la violencia continúa.
Según Michael Barrett, vocero de Chevron, la empresa puso en práctica su “Memorandum de Entendimiento Global”. Una estrategia definida para mejorar “la transparencia y la responsabilidad” de Chevron Nigeria Limited y de sus accionistas. Otro de los objetivos del memorandum es el de continuar con programas de “desarrollo sustentable” para la comunidad.
La estrategia de la empresa energética es similar a la de otras compañías internacionales que hacen negocios en países en vías de desarrollo donde la mayor parte de la población es pobre y obtiene pocas ventajas de la riqueza natural. Nigeria no es la excepción. Un reciente estudio que realizado por expertos nigerianos en petróleo muestra que la mayoría de los pobres del país no reciben beneficios de las reservas del petróleo.
La disparidad provocó un desprecio para la industria petrolera entre los nigerianos y también estimuló el accionar de los movimientos militantes que interrumpen la producción de petróleo para llamar la atención de quienes manejan la economía que divide a la población.
Algunos expertos dicen que la capacidad de producción de petróleo bajó un 20 % debido a la violencia contra las empresas petroleras estatal y extranjeras. Sin embargo, existen otros especialistas como el funcionario nigeriano Deji Ariyibi quienes aseguran que la producción se redujo en un 50 %.
Se estima que desde 1970 la producción de petróleo generó un beneficio de 300 mil millones de dólares. Sin embargo, la mayor parte de los nigerianos permanecen en la pobreza. Esta situación engendró la violencia que afecta la producción de las petroleras estatales y extranjeras, como Chevron que en 2003 debió cerrar una de sus operaciones debido a los ataques por parte de los militantes.
Con la esperanza que se pueda revertir la tendencia, Barrett asegura que en los últimos cinco años Chevron donó 143 millones de dólares a la Comisión de Desarrollo para el Delta del Níger, un programa gubernamental dedicado a mejorar la situación de las áreas rurales.
Si la población nigeriana estuviera satisfecha probablemente el negocio sería más beneficioso y ayudaría a preparar el terreno para futuros proyectos, como la nueva planta de Gas Natural Líquido que Chevron planea construir en el 2009.
Sin embargo, los analistas aseguran que Chevron no puede marcar una diferencia en Nigeria a menos que influya en el gobierno para que redistribuya los ingresos que se obtienen gracias al petróleo.
“No creo que la situación de Nigeria tenga relación con Chevron o cualquier otra compañía petrolera que opera allí. Tiene que ver con la distribución de la riqueza”, dijo Fara Emerson de Energy Security Analisis Inc., en una reciente entrevista con la agencia UPI.
“Los militantes no están enojados con Chevron sino con el gobierno y la forma en la que distribuye la riqueza del país.”
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