ESPAÑA: Las compañías energéticas españolas no se tocan

Totalmente contundente se mostró el jueves el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante los periodistas del diario británico «The Times». Sin pelos en la lengua, el primer mandatario aseguró que España está decidida a impedir que ninguna empresa extranjera realice adquisiciones dentro de su sector energético, justo una semana antes de que se haga público el dictamen de la Comisión Nacional de Energía (CNE) de E.ON sobre Endesa. Rodríguez Zapatero defendió esta postura como necesaria para salvaguardar el suministro del país, dados sus dos puntos débiles en este campo: la alta dependencia de las importaciones del gas argelino y la carencia de una compañía estatal dentro del sector energético.

El presidente criticó, además, que E.ON no sea una compañía ordinaria sino el fruto de la unión de dos grandes empresas alemanas (fusión con Rhurgas) bajo los auspicios del propio Ejecutivo germano.

Dentro del sector eléctrico español, se ha entendido este mensaje como una advertencia a dos bandas. Por un lado, dirigida a fortalecer la postura del Ejecutivo español ante E.ON en un momento en el que intenta alcanzar un pacto con ésta y, por otro, encaminada a «persuadir» a aquellos consejeros de la CNE díscolos a la presidenta del organismo, Maite Costa, que estarían pensando en no apoyar un veto total a la opa germana. Entre estos últimos, se encuentra el ponente del expediente, Jorge Fabra, que en su propuesta de resolución del mismo ha optado por la autorización con fuertes (e imposibles) condiciones; una solución que no ha gustado ni al presidente Rodríguez Zapatero ni al ministro de Industria Montilla.